15 noviembre 2011

SE ACERCA EL CLÁSICO


Otra vez llega el momento de medir fuerzas, de ver quién es el más fuerte. Dos estilos, dos maneras de entender el ataque chocarán para vencer. El Barça no cambiará su talante, será arrogante y entusiasta. El Bernabéu no modificará el ego de un equipo que maneja con absolutismo el concepto de posesión. El decreto siempre es el mismo, el balón es mío y no estoy dispuesto a compartirlo. Nadie mezcla los ataques posicionales con tanta belleza y solvencia. El Barça volverá a retar a su viejo enemigo y lo hará desde la conservación del balón.

En la otra esquina del cuadrilátero estará el más peligroso de todos. El Real Madrid maneja su instinto asesino con crueldad. Recuperar, pegar y matar. Los blancos disfrutan en las distancias cortas, noquean con ganchos directos al mentón. Adaptarse al rival, para destruirlo, no es sinónimo de capitulación. Sus ataques directos son fluidos, rápidos y bellos. Nadie ataca, sin elaborar, de manera más rápida y eficaz. Y si no fuera suficiente siempre queda la última bala en la recámara, el contraataque.


No sólo es fútbol, es algo más
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