30 marzo 2014

EL CAMPAMENTO BASE QUEDA CERCA


Durante esta temporada, hasta tres equipos, ya habían impedido que el Mallorca sumara tres victorias consecutivas. El Decano era uno de ellos. Pero en fútbol siempre hay espacio para la revancha y el Mallorca tuvo oportunidad de ejercerla. Y otra vez volvió a desaprovecharla. Para ascender habrá que cerrar más puntos como local y ejercer una mayor jerarquía será casi una obligación. 
Inicialmente Lluís Carreras calcó, con algunos cambios en características de futbolistas, su estrategia de combate. Bigas cerró el lateral y Ximo volvió a sus labores de mariscal de la zaga. Su velocidad siempre otorga una posibilidad más de rectificación en las coberturas. Y un repliegue suyo salvó un gol cantado del Recreativo. Sólo cometió un fallo en todo el partido. Eso sí, casi costó un gol. Por delante jugaron Generelo fijando posición, Thomas alargando sus llegadas y Riverola masticando la elaboración. El partido se inició con un ritmo lento y cansino. Esto favoreció la conservación del contrario y el Recreativo pudo irse al descanso con ventaja en el marcador. No aprovechó la ocasión y al final el Mallorca empujó para ganar. Zamora forzando su expulsión salvó un punto y la derrota de su equipo. 
En los encuentros anteriores las características del Recreativo habían sido veneno puro para los futbolistas mallorquines. Sergi Barjuan volvió a arriesgar en su planteamiento de control de partido. Su premisa fue clara. Inicio del juego desde atrás implicando a sus pivotes. Dimas y Montoro se dejaron ver pero no fueron prácticos. Por delante las diagonales de Álvaro Antón sembraron alguna duda y Linares no pudo vestirse de amenaza. 
Los dos equipos dejaron pasar minutos con la aspiración de aprovechar un error de su adversario. Carreras cerró el doble pivote, con la salida de Pep Lluis Martí, repuntando a Thomas. Por su parte Sergi Barjuan refrescó su línea de contraataque para así forzar a los centrales rojos. Al final hubo un empate que puede considerarse justo. Una mención especial merece el número treinta y ocho. Marco Asensio fue, sin duda  el mejor del partido. Con él, los ataques tuvieron un color diferente y, además, pudo marcar un gol de tiro libre directo que Cabrero salvó con una magnífica intervención. El Mallorca sigue sin llegar al campamento base del Play Off. Ahora quedan diez finales y toca seguir escalando para así llegar a la cima. 

24 marzo 2014

UNA VICTORIA ANÍMICA


El choque era más que complicado. Muy difícil. Sumar tres puntos ante un filial que tiene talento, velocidad y racha de ganador es tarea para un equipo comprometido. Pero los partidos son muy imprevisibles y los mallorquines se vieron con superioridad muy pronto. La expulsión de William condicionó el estilo y la estrategia de ambos contendientes. El Real Madrid Castilla pasó de atacar a contraatacar y el Mallorca tuvo que asumir responsabilidad. Estos partidos, en ocasiones, se complican. El rival termina por no jugar continuamente a la ruleta rusa. El repliegue blanco cerró espacios y obligó al Mallorca a proponer. Y no supo hacerlo.  
Por su parte el filial blanco inicialmente jugó su típico partido. Velocidad en finalización con transiciones altamente combustibles. Burgui y Lucas Vázquez se vistieron de amenaza con llegadas de laterales jerárquicos. Después de la expulsión se enrocaron y buscaron un contraataque ganador que encontraron gracias a un agujero en el eje de la defensa mallorquina. 

Los blancos normalmente si se encuentran telaraña defensiva optan por pase largo, de alguno de sus centrales sincronizado con desmarque en diagonal de medias puntas, y tiro o segunda jugada. El Mallorca sí supo neutralizar tal circunstancia del juego y además pudo aprovechar una de las lagunas de su rival; la estrategia. En todas las acciones de balón parado el Real Madrid Castilla evidencia cierta endeblez defensiva y aprovecharlo fue virtud. Dos goles iniciados en saque de esquina dieron tres puntos que pueden ser determinantes. Después llegó la jugada del penalti y la fortuna ayudó a un Rubén Miño que ya se ha ganado el sobre nombre de para penaltis. En fútbol el resultado siempre es lo más importante y el Mallorca, sin hacer un buen partido, pudo cerrar la victoria. Evidentemente toca mejorar los ataques posicionales y ser más jerárquico en el juego. A partir de ahora todo es posible. 

17 marzo 2014

UN PEQUEÑO PASO HACIA ADELANTE


No había margen para el error y no se falló. La victoria sólo otorga la posibilidad de seguir en la pomada y, dadas las circunstancias, puede considerarse como balsámico. Una derrota hubiera supuesto una losa muy pesada de levantar. Estos tres puntos siguen manteniendo la opción Play Off y el Mallorca está obligado a seguir intentándolo. Los mallorquines estuvieron mejor en la primera parte con un Marco Asensio que terminó por ser el jugador más valioso del partido. Tuvo movilidad, se dejó ver y además marcó. 
Inicialmente ambos equipos entraron al partido con bajas de calado. Por tanto, no había espacio para la excusa. Lluís Carrreras tuvo que improvisar una zaga que acabó formada por Ximo y Agus en el eje con Kevin y N'Sue en flancos. Una mezcla que buscó algo más de velocidad en el eje para así neutralizar el número nueve canario. Y en esta ocasión, toda la línea de retaguardia, se mostró algo más expeditiva  y segura.  Aunque Edgar sembró algo de incertidumbre sobre su flanco. Por delante se apostó a la fuerza de Thomas y al trabajo de Generelo con la ayuda de Riverola. Hubo equilibrio y pocos regalos en el centro del campo. Por banda se jugó la baza de Alfaro y Marco Asensio y manifestaron bastante esfuerzo y eficacia. Gerard fijó y se desgastó. 
Por su parte Álvaro Cervera tuvo que afrontar bastantes bajas diferenciales. Sin Ayoze Pérez, en vanguardia, y Ricardo León, en la sala de máquinas, todo resultó mucho más complicado. Además también cayó, a última hora, la zurda de Luismi Loro. Con todo los chicharreros colocaron la potencia de Edgar y Cristo por banda para nutrir el juego aéreo de Aridane. Hubo escasa alternativa en el juego y el resultado debe considerarse como más que justo. Con el dos a cero, en le marcador, los mallorquines hubieron podido hacer más sangre pero el resultado ya no se movió. 
A partir de ahora el Mallorca no puede despistarse ni una ápice. Sumar es necesidad. El descenso no es una quimera; es una posibilidad que debe seguir anulándose. Segur dando pasos firmes y llegar al final con opciones es más que una obligación. 

12 marzo 2014

CUANDO GANAR ES OBLIGACIÓN


Para el Mallorca se ha terminado el margen. Se acabó. Su próximo partido tiene rango de semifinal absoluta. Y si se pierde la semifinal no habrá final que valga. La clasificación manda y conquistar una victoria ya es del todo imprescindible. Si se abre la brecha de los ochos puntos, con respecto a la zona Play Off y con tantos equipos en la batalla, el objetivo tendrá que ser mucho más conservador y peligroso. Habrá llegado el momento de mirar hacia abajo. 
Pero si se vence todavía sería posible el envite. Ganar al Tenerife no será nada sencillo. Más bien todo lo contrario. Los veinticinco minutos mejores que he visto esta temporada, en la Liga Adelante, corresponden al equipo chicharrero. En su último partido, contra el Recreativo, Álvaro Cervera alineó hasta nueve jugadores nacidos en Canarias. Más del setenta por ciento de sus goles corresponden a jugadores nacidos allí y el espíritu competitivo es excelente. Dos delanteros que se entienden a la perfección representarán un escollo difícil de sujetar. Aridane tiene una excelente visión en el juego aéreo y Ayoze se vestirá de clara amenaza para los centrales rojos. Además habrá que sumar llegadores como Cristo o Suso. La potencia de Edgar y el balón parado del zurdo Luismi Loro también pueden ser alternativa de poder. Es quizás en portería dónde Roberto puede generar algunas dudas. Dubitativo en las salidas y vulnerable sobre su lado derecho. Aún así puede vestirse de cancerbero ágil y dominador del blocaje. 
Pero más importante que el rival es el propio equipo. Los de Lluís Carreras ni pueden ni deben eludir su responsabilidad. Ellos, y sólo ellos, se han ganado a pulso jugar con la presión del resultado inmediato. Y ahora tienen que afrontarlo con naturalidad y buen fútbol. No hay más opción que sumar tres puntos. A estas alturas ya no hay excusas creíbles.
En cualquier caso podría venir un Dios y habría que vencerle. Ese el objetivo. Sólo sirve la victoria. Y para conseguir que el rival capitule se tendrá que alcanzar, de una vez por todas,  eficacia defensiva. Sin ella, no habrá posibilidad de victoria. El rival cuenta con velocidad, tanto en el eje como en banda, y el Mallorca tendrá que acertar en sus preceptos defensivos. ¿Qué hará Lluís Carreras? ¿Cómo protegerá su zaga? ¿Dónde lanzará la presión? 

10 marzo 2014

SUMAR PARA NO PERDER LA ESPERANZA




El Mallorca tuvo fortuna en muchos lances del encuentro y, aún así, sólo pudo arañar un empate que puede considerarse como medicamentoso. Ponerse por delante en el marcador, detener un penalti en el tramo final y la lesión del mejor central adversario no fue suficiente. Ya no hay objetivo a largo plazo. Ahora todo el Mallorca tiene que arrimar el hombro y centrarse en luchar cada segundo de competición como si fuera el último. Y no es un tópico. Jugadores, cuerpo técnico y propietarios están obligados a tomar decisiones que estén por encima del bien particular. La situación es grave, pero no caótica. La arboleda no pude ocultar que esto es fútbol y con fútbol se puede arreglar.  
Lluís Carreras tuvo que retocar su alineación. Eligió a Agus con Cadamuro para cerrar el eje y éstos nos enseñaron un grave error, de ajuste defensivo, que costó el gol del adversario. El centro de la zaga sigue siendo asignatura pendiente. Kevin y N'Sue jugaron por el exterior y se mostraron demasiado previsibles. En la sala de máquinas Generelo manifestó  carreras defensivas demasiado grandes. Este desgaste jugó en su contra. Poco a poco se fue diluyendo y bajando su aportación ofensiva. Además su posición fue demasiado evidente para el adversario que se aprovechó lanzando presión sobre su ubicación. 
Por su parte Paco Herrera fue fiel a su tendencia de juego. Su doble pivote, poco creativo pero abnegado en tareas de recuperación, trabajó a destajo para voltear la fortuna esquiva. Además, en la segunda parte, Montañés colaboró en tareas de creación y el control fue más aragonés que mallorquín sin llegar al agobio. Hacia el último tramo de partido los dos entrenadores buscaron velocidad. Razzagui fue la apuesta roja y Víctor Rodríguez la maña. Pero fue el dieciocho aragonés el encargado de crear algo más de peligro. El bajón competitivo del Mallorca, al final del partido, fue más que evidente y conviene esperar que sea más mental que físico. 
En condiciones normales el empate debería ser considerado un resultado óptimo pero el bagaje del Mallorca es insuficiente. Cuando no es por una cosa es por otra y la victoria no llega. Después de siete partidos consecutivos sin ganar no queda más margen. El próximo partido, ante el Tenerife, tiene rango de partido trascendental. ¿Se podrá ganar?  

02 marzo 2014

TORPEDO A LA LÍNEA DE FLOTACIÓN


 
El primer partido, después del cambio de entrenador, es vital; casi trascendental. El efecto de sustituir un líder, por otro, necesita el aval de un resultado inmediato. Y el Mallorca, con poco esfuerzo y mal juego, no lo consiguió. Más allá de las decisiones tácticas, siempre importantes, se pudo testar la actitud mental competitiva de todo el grupo. Y el resultado fue totalmente negativo. Es imprescindible destacar que el rival era el Barça B y no su hermano mayor. Los rojos saltaron al terreno de juego con un respeto excesivo. Incluso antes de la primera expulsión ya se pudo intuir un conservadurismo excesivo. 
Lluís Carreras tomó sus primeras decisiones.  Aouate bajo palos;  sólo duró unos minutos. Línea de retaguardia con Bigas en flanco izquierdo y Ximo bajo el perfil derecho. En el eje se juntaron Agus con Cadamuro. Toda la zaga volvió a estar realmente porosa y vulnerable.  Pero lo más importante pasó por delante. Movimientos de presión nula, escasa y demasiado retrasada.  Hemed y Gerard fueron punta de lanza mojada teniendo que quedar, éste último, escorado a una banda como consecuencia de las expulsiones. 
Por su parte el rival jugó a los suyo. Imprevisible y, a la vez, previsible. Juego de posesión y localización en campo contrario. Los de Eusebio Sacristán marcaron territorio desde el inicio. Ya desde el primer minuto la jerarquía de partido tuvo dueño total y absoluto. Y fue el Barça B. Después llegaron la cambios de ritmo personalizados en Denis Suárez y Dani Nieto que, unidos a la inferioridad numérica, fueron la puntilla que mató el partido. En cuanto a la segunda expulsión es merecedora de sanción. Un profesional no puede abandonar a su equipo en momentos de tanta necesidad. En cualquier caso son estos futbolistas, y no otros, los que deben salvar una situación más que delicada. 
Una mención especial merece la ausencia de la afición de base. Las peñas de un club son un trozo de su escudo. Su ausencia, durante el partido, debería significar una profunda reflexión por parte del Presidente y de todo el Consejo de Administración. Seguir así no ayuda ni al equipo ni a la institución.