Durante esta
temporada, hasta tres equipos, ya habían impedido que el Mallorca sumara tres
victorias consecutivas. El Decano era uno de ellos. Pero en fútbol siempre hay
espacio para la revancha y el Mallorca tuvo oportunidad de ejercerla. Y otra
vez volvió a desaprovecharla. Para ascender habrá que cerrar más puntos como
local y ejercer una mayor jerarquía será casi una obligación.
Inicialmente
Lluís Carreras calcó, con algunos cambios en características de futbolistas, su
estrategia de combate. Bigas cerró el lateral y Ximo volvió a sus labores de
mariscal de la zaga. Su velocidad siempre otorga una posibilidad más de
rectificación en las coberturas. Y un repliegue suyo salvó un gol cantado del
Recreativo. Sólo cometió un fallo en todo el partido. Eso sí, casi costó un
gol. Por delante jugaron Generelo fijando posición, Thomas alargando sus
llegadas y Riverola masticando la elaboración. El partido se inició con un
ritmo lento y cansino. Esto favoreció la conservación del contrario y el
Recreativo pudo irse al descanso con ventaja en el marcador. No aprovechó la
ocasión y al final el Mallorca empujó para ganar. Zamora forzando su expulsión
salvó un punto y la derrota de su equipo.
En los
encuentros anteriores las características del Recreativo habían sido veneno
puro para los futbolistas mallorquines. Sergi Barjuan volvió a arriesgar en su
planteamiento de control de partido. Su premisa fue clara. Inicio del juego
desde atrás implicando a sus pivotes. Dimas y Montoro se dejaron ver pero no
fueron prácticos. Por delante las diagonales de Álvaro Antón sembraron alguna
duda y Linares no pudo vestirse de amenaza.
Los dos
equipos dejaron pasar minutos con la aspiración de aprovechar un error de su
adversario. Carreras cerró el doble pivote, con la salida de Pep Lluis Martí,
repuntando a Thomas. Por su parte Sergi Barjuan refrescó su línea de
contraataque para así forzar a los centrales rojos. Al final hubo un empate que
puede considerarse justo. Una mención especial merece el número treinta y ocho.
Marco Asensio fue, sin duda el mejor del
partido. Con él, los ataques tuvieron un color diferente y, además, pudo marcar un gol de
tiro libre directo que Cabrero salvó con una magnífica intervención. El
Mallorca sigue sin llegar al campamento base del Play Off. Ahora quedan diez
finales y toca seguir escalando para así llegar a la cima.