26 octubre 2014
LA SOLIDEZ DEFENSIVA ES EL AVAL
Los ecos de la manifestación del día anterior estuvieron presentes en los pasillos de Son Moix. Ignorar el rechazo que provoca la gestión del Mallorca es un error que la propiedad no debe cometer. La credibilidad perdida ya es absoluta y el hartazgo, de todo el mallorquinismo, ha tocado techo. El cambio es tan imprescindible como necesario. Un club de fútbol no puede tener en contra a su principal cliente; la afición.
Pero la competición no tiene piedad. Nunca se detiene. Y la dificultad de esta categoría es manifiesta. Ganar más de dos partidos, de forma consecutiva, tiene su punto de mérito y el Mallorca lo ha conseguido. La primera parte fue espesa y dura de seguir. El ritmo fue lento y los cambios de ritmo brillaron por su ausencia. Valeri Karpin optó por repetir alineación. La pareja formada por Kasim y Pedro Bigas sigue siendo garantía de solidez. Sus movimientos ejercen mucha seguridad a toda la línea de cobertura. Con este eje defensivo, los laterales Gulan y Pau Cendrós, tienen menos presión y mejor ayuda. Los dos hicieron un partido más que aceptable.
La pareja formada por Joao y Bustos empieza a tener presencia de despliegue. La presión en el centro del campo fue activa, sincronizada y ajustada. Pero hubo demasiado repliegue sin posibilidad de contraataque.El cambio de Markovic por Arana fue una bendición. El número diecisiete fue el revulsivo que ayudó a encontrar cierta profundidad y, además, consiguió materializar el penalti que dio la victoria.
Miquel Olmo acuciado, por bajas en todas sus líneas, tuvo que retocar hombres y posiciones. Tapó su agujero derecho con Agus y metió a Sotan en la línea de medias puntas. Javi Hervás e Iñigo Eguaras fueron los maquinistas en el centro del campo. La baja de Tamudo condicionó el ataque de los arlequinados. Collantes tuvo que vestirse de amenaza y tuvo una libertad de movimientos preocupante.
El Mallorca no tuvo una lectura de segunda parte del todo correcta. Justo después del gol de penalti mejoró pero al poco simplemente se atrincheró. Se pasaron demasiados apuros sin complicar la vida al rival. Lo mejor del partido, sin duda, fue el resultado y la solvencia defensiva de un equipo que tiene la obligación de seguir creciendo.
23 octubre 2014
20 octubre 2014
LA ESTABILIDAD DEL TRIUNFO
El fútbol, en ocasiones, es adaptación. El Mallorca, para
este encuentro, tenía que bajar al juego de colisión y, sobre todo, luchar con
rigor táctico. Y lo hizo con una eficacia exquisita. El rival no engañó y sacó
su arsenal de juego trabado. Llenar el campo de repliegue intensivo, trabajo
defensivo exhaustivo y contras llenas de veneno fueron la propuesta local. La
Unió Deportiva Llagostera no se salió de su propio guión de juego aunque tocó
su alienación. Santi Castilejo metió tiza en campo propio y se atrincheró
esperando su oportunidad. Diego Rivas y Tito, sorprendió la suplencia de Jordi
López, se enrocaron. Su labor en la medular estaba anunciada. Y así se cumplió.
Incluso los dos delanteros, David Querol y Sergio León, se implicaron en tareas
de desgaste defensivo.
Cuando un rival juega este tipo de cartas es vital
vigilar con mucha atención. Las evoluciones, en ataque, deben estar acompañadas
de rápidos cambios de rol. Es decir, pasar de vigilar a marcar de forma
inmediata después de la pérdida del esférico. El Mallorca así lo hizo. Su
puesta en escena fue aceptable y, lo más importante, contó con eficacia. La propuesta de Valeri Karpin fue colocar a su pareja de centrales de mayor jerarquía. Bigas y Kasim para sellar el eje. Sus evoluciones fueron más que correctas pero el número treinta y cinco debe aplicarse más con balón. Y en la segunda parte así lo hizo. Arriesgar con tan poco a ganar es tan absurdo como inútil.
En el centro del campo la baja de Pep Lluís Martí obligó.
Y allí se juntaron Joao y Bustos para intentar neutralizar el trabajo abnegado
de los medios centros contrarios. Lo consiguieron y además Joao se desdobló en
bastantes ocasiones sobre la posición de Gulan.
Ya en las posiciones de medias puntas Pereira y Markovic
fueron por fuera para dar tiempo espacio a la gran esperanza roja. Marco
Asensio no tuvo un partido sencillos volvió a brillar. Sus características se
pusieron a prueba. Campo más estrecho, por tanto menos tiempo y espacio de
ejecución, con marcajes altamente expeditivos. El resultado fue un partido con
gotas llenas de intensa calidad. Su luz es un faro que ilumina todo el ataque
rojo. El Mallorca se ha estabilizado con dos triunfos consecutivos. Ahora toca seguir creciendo y acumular más
puntos. 12 octubre 2014
UNA VICTORIA DE ULTIMÁTUM
Jugar sobre
la bocina de un ultimátum nunca es recomendable. Cuando un equipo llega al
partido límite, de cese o continuidad de su entrenador, el juego suele haberse
deteriorado bastante. Los errores, defensivos y groseros, han sido tan altos
que ocultarlos era imposible. Pero las circunstancias se han ido ganando a
pulso y así tocó jugar. El resultado, al fin, fue victoria. No debe aparecer
ninguna duda sobre la capacidad de esta plantilla. Estos futbolistas son
capaces de defender mejor y, por supuesto, obtener mejores resultados. Así lo
demostraron tímidamente.
Valeri Karpin
decidió ir con Kasim y Bigas, en el eje de la defensa, arropados por sus
laterales Cendrós y Gulan. Los dos centrales terminaron con tarjeta y Pedro
Bigas se erigió como el mejor de la línea de cuatro. Un centro del campo de
perfil más bien mixto. Capacidad de destrucción pero con posibilidad de
creación. Joao y Pep Lluis Martí trabajaron con dedicación. Pereira estuvo
dinámico, colaborador y también representa una amenaza que debe seguir
creciendo. Como casi siempre Marco Asensio lideró la calidad del ataque rojo.
Su capacidad técnica representa el mejor aval de combate. Además mezcló a la
perfección con un Abdón Prats que consiguió un magnífico gol. Su combinación
fue, sin duda, la mejor jugada del presente campeonato.
Desde la
distancia sorprendió la decisión de Alberto López de dejar fuera de la
convocatoria a Ion Vélez. El Deportivo Alavés es un equipo experimentado pero
conocedor de sus limitaciones. Su plan fue sencillo, previsible y conocido.
Toribio ejerció la labor de anclaje táctico.
Él, fue el equilibrio. Las incorporaciones de tercera línea de Raúl
García, así como las llegadas de Manu García, estuvieron bajo su vigilancia
defensiva. Las gotas de calidad estaban más que anunciadas. Curiosamente el
número dieciséis propició la jugada que sirvió para abrir el marcador. Pero es
justo reconocer que Marco Asensio tuvo la fe necesaria para presionar a Toribio
y, después, a Manu Fernández.
En el marco
meramente institucional no se puede tolerar que el Mallorca se quede sin
ninguna representación pública en el palco. La degradación ya es absoluta. La
afición mallorquinista se encuentra en un callejón sin salida y, lo peor de
todo, no se ve una solución ni quirúrgica ni rápida. Lo mejor es que deportivamente se sumaron
los tres puntos y no se encajó ningún
gol.
06 octubre 2014
TOCANDO EL ABISMO EN EL JUEGO
Valeri Karpin
tenía que decidir y acertar. Pero además sus futbolistas tenían la obligación
de ser eficaces de una vez por todas. Y
no lo fueron. Se mostraron muy planos en ataque y, otra vez, groseros en
defensa. Encajaron dos goles y es de justicia reconocer que las mejores
ocasiones fueron para un rival que hizo lo justo para vencer de forma más que
justa.
El Zaragoza
juega habitualmente con doble delantero centro, William y Borja Bastón, más las
asistencias por banda derecha del capitán. Javi Álamo está siendo, durante toda
la temporada, un cuchillo que corta laterales. Las amenazas ofensivas estaban
marcadas. El peligro estaba más que anunciado y sólo se puso sutura a la herida
a medias. El técnico ruso debía responder y dar solución, entre otras, a esta
pregunta. ¿Qué hacer si el rival tiene a su asistente de gol en el flanco
derecho?
Desgraciadamente
sólo se encontró cierta eficacia, sobe el adversario, durante la primera parte.
El Mallorca acrecienta las virtudes ajenas y disminuye las propias. Saborit y
Cendrós fueron de laterales con la compañía en el eje de Kasim y Agus. El juego
defensivo volvió a mostrar carencias imposibles de desaprovechar por el
rival.
La fase
ofensiva fue un desierto difícil de explicar. El Mallorca no tiene automatismos
sobre su ataque posicional. Su única opción es el contraataque y el balón
parado. Y aquí sólo Marco Asensio sembró algo de amenaza sobre los centrales
Mario y Ruben. Demasiada poco munición para todo un partido de fútbol.
Víctor Muñoz
fue con lo que, hasta ahora, le había funcionado. Es conocido que en flancos,
más concretamente sobre sus laterales, presenta dificultades. Fernandez poroso
y Cabrera, mas central que lateral, hubieran podido ser motivo de ataque. Pero
el Mallorca se olvidó de meter balones y desmarques sobre estas posiciones.
Ruiz de Galarreta, a pesar de su juventud, casi fue un tirano en la medular.
Gracias al trabajo de Dorca consiguieron hacerse con el control del partido y
lanzar pases de iniciación al ataque. Todo escaso, pero suficiente para tumbar
a un Mallorca demasiado mediocre.
La crisis
deportiva, como mínimo, ha igualado la dantesca situación institucional. Estar
a cinco puntos de la salvación debería abrir la sensatez de unos propietarios
que ya no tienen credibilidad para la masa social. ¿Qué pasará de aquí en
adelante?
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