20 junio 2015
16 junio 2015
15 junio 2015
13 junio 2015
12 junio 2015
ENTRENADOR R.C.D. MALLORCA
El entrenador maneja uno de los patrimonios más
importantes de un club de fútbol; sus futbolistas. Antes de fichar al líder, no
natural, del vestuario es obligación un conocimiento exhaustivo del mismo.
Muchas preguntas deben encontrar respuesta antes de decantarse por una u otra
persona.
¿Qué tipo de fútbol gobierna? ¿Cuál es su táctica predominante?
¿Cómo se maneja ante la adversidad del resultado? ¿Qué estilo de liderazgo
utiliza más? ¿Cómo utiliza los egos del vestuario? ¿Crece en prestaciones ante
la presión?
Estos condicionantes, entre otros muchos, deben valorarse
y medirse en su globalidad. Fichar sin conocimiento, tanto a los futbolistas
como al entrenador, aumentará el porcentaje de fracaso. Toda esta información, totalmente imprescindible,
debe ser recolectada durante años. Contar con una buena base de datos es vital.
El fútbol es una empresa, pero no corriente. Esto es diferente. Parece ser que el Mallorca ha iniciado un casting con diferentes preparadores. Si estas entrevistas personales se han producido para “conocerlos” resultaría absurdo, ridículo y con una falta de profesionalidad más que preocupante. Otra cosa es que todas estas reuniones respondan a una negociación en dónde cada parte pueda exponer sus condiciones y objetivos.
El Club empieza a necesitar más aciertos que equivocaciones. El nombre del próximo entrenador del Mallorca no puede convertirse en error por falta de información.
08 junio 2015
MUCHO CAMINO POR RECORRER
El Mallorca ha cerrado un año absolutamente nefasto. Nada
es rescatable y casi todo susceptible de cambio. El inicio esperpéntico, en el
tema entrenador, es posiblemente único en el mundo del fútbol. Ser cesado antes
de comenzar la competición, para después terminarla, puede considerarse un
claro ejemplo de mala praxis institucional. La perspectiva del tiempo lo
convertirá en un hecho todavía más ridículo.
Deportivamente el objetivo se hizo
inalcanzable demasiado pronto. Socialmente el desarraigo con la afición está
alcanzando una cota demasiado peligrosa. Y la estructura global del club parece
insoportable. Utz Claassen tendrá que decidir, acertar y asumir toda la responsabilidad.
Es ley de fútbol. Pero antes de ejecutar es necesario organizarse. Definir
y conseguir el presupuesto, adecuado con los objetivos marcados, es una
prioridad. Después tocará atinar en toda la toma de decisiones. Y no serán
pocas.
Acertar con el entrenador del primer equipo puede significar la
diferencia entre el éxito y el fracaso. Utz Claassen no tiene más excusas en la
manga. Ha llegado el momento de demostrar músculo financiero, capacidad de
gestión y liderazgo ejecutivo. Su objetivo es conseguir los dos ascensos, de
primer y segundo equipo, y sentar las bases adecuadas de crecimiento. A partir
de ahora su gestión será su carta de presentación.
Desgraciadamente el último partido de Liga careció de
total trascendencia e interés competitivo. El encuentro no merece un análisis
ni profundo ni exhaustivo. Fue un choque sin historia y con poco fútbol. El Mirandés se puso por delante en el marcador y el
Mallorca jugó a remolque.
La alineación de Miquel Soler estuvo marcada por las
ausencias significativas. Damià, Gabri y Brandon fueron titulares. El control
del partido fue para el equipo local y los mallorquines solo tuvieron una
oportunidad de Gabri que detuvo Razak.
El resto de partido transcurrió por un camino
insoportable. Jugando, ambos equipos, con la intensidad justa pero sin efectuar
faltas que pudieran acarrear lesión. Finalmente se cerró el telón con otra
derrota justa y ajustada a juego. Que el Mirandés haya cerrado sus últimos
cuatro partidos con victoria, sin jugarse absolutamente nada, debería ser la
última reflexión para el Real Mallorca. 07 junio 2015
06 junio 2015
01 junio 2015
INFERIORES HASTA EL FINAL
El Mallorca cerró su temporada en Son Moix con un año
para recordar y no olvidar jamás. Los errores, en su globalidad, han sido tan
grandes que el éxito deportivo hubiera sido un auténtico milagro. Anotarlos
todos, corregir y lanzar soluciones será, a partir de ahora, prioridad.
En fútbol no hay recetas mágicas de rendimiento pero sí
trabajo bien o mal hecho. Y en este sentido el Girona puede ser un espejo.
Interesante propuesta táctica con típicos jugadores de Segunda División. Cinco
futbolistas en retaguardia, con tres interiores en la medular y dos delanteros.
Un sistema regado con una ocupación del campo equilibrada y participación
ofensiva de muchos de sus futbolistas. Pero sobre todo trabajo, mucho trabajo.
Tuvieron que jugar en inferioridad y bregaron hasta conseguir su objetivo de
victoria.
Durante la temporada ha sido curioso ver como el
Mallorca, tanto de Valeri Karpin como de Miquel Soler, ha utilizado en ocasiones un sistema similar
pero con conceptos totalmente diferentes. Ambos entrenadores se blindaron
olvidándose de jugar la fase ofensiva del juego. El Girona nunca lo hizo.
Para
este trascendental encuentro Pablo Machín siguió fiel a su propuesta. Buscó
amplitud con Juncà y Cifuentes y otorgó galones de llegada a sus medios
centros. Su juego típico que tan buenos resultados le ha dado. Pero le costó
mucho entrar dentro del partido ya que los mallorquines pusieron cierta traba
competitiva.
Miquel Soler aprovechó la ocasión, con buen criterio,
para regalar su último partido en Son Moix a Pep Lluis Martí. El capitán es el
único futbolista de la entidad que ha podido jugar un partido con cuarenta años
y el reconocimiento era totalmente imprescindible. En el centro del campo
también apareció Javi Ros.
La línea de retaguardia, uno de los puntos más
débiles durante toda la temporada, se vistió con Joao y Pedro Bigas como
centrales. Ambos no tuvieron excesivos problemas para sujetar a la dupla
atacante del adversario.
Es justo reconocer que el Girona tiró de cambios
ofensivos y valientes, salvó su inferioridad numérica y apostó a ganador. El
Mallorca no pudo voltear el partido y terminó haciendo un propio resumen de la
temporada. Incapacidad, inferioridad y derrota.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)