12 junio 2015

ENTRENADOR R.C.D. MALLORCA


El entrenador maneja uno de los patrimonios más importantes de un club de fútbol; sus futbolistas. Antes de fichar al líder, no natural, del vestuario es obligación un conocimiento exhaustivo del mismo. Muchas preguntas deben encontrar respuesta antes de decantarse por una u otra persona.
¿Qué tipo de fútbol gobierna? ¿Cuál es su táctica predominante? ¿Cómo se maneja ante la adversidad del resultado? ¿Qué estilo de liderazgo utiliza más? ¿Cómo utiliza los egos del vestuario? ¿Crece en prestaciones ante la presión?
Estos condicionantes, entre otros muchos, deben valorarse y medirse en su globalidad. Fichar sin conocimiento, tanto a los futbolistas como al entrenador, aumentará el porcentaje de fracaso. Toda esta información, totalmente imprescindible, debe ser recolectada durante años. Contar con una buena base de datos es vital. El fútbol es una empresa, pero no corriente. Esto es diferente.

Parece ser que el Mallorca ha iniciado un casting con diferentes preparadores. Si estas entrevistas personales se han producido para “conocerlos” resultaría absurdo, ridículo y con una falta de profesionalidad más que preocupante. Otra cosa es que todas estas reuniones respondan a una negociación en dónde cada parte pueda exponer sus condiciones y objetivos.    

El Club empieza a necesitar más aciertos que equivocaciones. El nombre del próximo entrenador del Mallorca no puede convertirse en error por falta de información.  

08 junio 2015

MUCHO CAMINO POR RECORRER


El Mallorca ha cerrado un año absolutamente nefasto. Nada es rescatable y casi todo susceptible de cambio. El inicio esperpéntico, en el tema entrenador, es posiblemente único en el mundo del fútbol. Ser cesado antes de comenzar la competición, para después terminarla, puede considerarse un claro ejemplo de mala praxis institucional. La perspectiva del tiempo lo convertirá en un hecho todavía más ridículo.
Deportivamente el objetivo se hizo inalcanzable demasiado pronto. Socialmente el desarraigo con la afición está alcanzando una cota demasiado peligrosa. Y la estructura global del club parece insoportable. Utz Claassen tendrá que decidir, acertar y asumir toda la responsabilidad. Es ley de fútbol. Pero antes de ejecutar es necesario organizarse. Definir y conseguir el presupuesto, adecuado con los objetivos marcados, es una prioridad. Después tocará atinar en toda la toma de decisiones. Y no serán pocas.
Acertar con el entrenador del primer equipo puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Utz Claassen no tiene más excusas en la manga. Ha llegado el momento de demostrar músculo financiero, capacidad de gestión y liderazgo ejecutivo. Su objetivo es conseguir los dos ascensos, de primer y segundo equipo, y sentar las bases adecuadas de crecimiento. A partir de ahora su gestión será su carta de presentación. 
Desgraciadamente el último partido de Liga careció de total trascendencia e interés competitivo. El encuentro no merece un análisis ni profundo ni exhaustivo. Fue un choque sin historia y con poco fútbol. El Mirandés se puso por delante en el marcador y el Mallorca jugó a remolque.
La alineación de Miquel Soler estuvo marcada por las ausencias significativas. Damià, Gabri y Brandon fueron titulares. El control del partido fue para el equipo local y los mallorquines solo tuvieron una oportunidad de Gabri que detuvo Razak. 
El resto de partido transcurrió por un camino insoportable. Jugando, ambos equipos, con la intensidad justa pero sin efectuar faltas que pudieran acarrear lesión. Finalmente se cerró el telón con otra derrota justa y ajustada a juego. Que el Mirandés haya cerrado sus últimos cuatro partidos con victoria, sin jugarse absolutamente nada, debería ser la última reflexión para el Real Mallorca. 

01 junio 2015

INFERIORES HASTA EL FINAL



El Mallorca cerró su temporada en Son Moix con un año para recordar y no olvidar jamás. Los errores, en su globalidad, han sido tan grandes que el éxito deportivo hubiera sido un auténtico milagro. Anotarlos todos, corregir y lanzar soluciones será, a partir de ahora, prioridad. 
En fútbol no hay recetas mágicas de rendimiento pero sí trabajo bien o mal hecho. Y en este sentido el Girona puede ser un espejo. Interesante propuesta táctica con típicos jugadores de Segunda División. Cinco futbolistas en retaguardia, con tres interiores en la medular y dos delanteros. Un sistema regado con una ocupación del campo equilibrada y participación ofensiva de muchos de sus futbolistas. Pero sobre todo trabajo, mucho trabajo. Tuvieron que jugar en inferioridad y bregaron hasta conseguir su objetivo de victoria. 
Durante la temporada ha sido curioso ver como el Mallorca, tanto de Valeri Karpin como de Miquel Soler,  ha utilizado en ocasiones un sistema similar pero con conceptos totalmente diferentes. Ambos entrenadores se blindaron olvidándose de jugar la fase ofensiva del juego. El Girona nunca lo hizo.
Para este trascendental encuentro Pablo Machín siguió fiel a su propuesta. Buscó amplitud con Juncà y Cifuentes y otorgó galones de llegada a sus medios centros. Su juego típico que tan buenos resultados le ha dado. Pero le costó mucho entrar dentro del partido ya que los mallorquines pusieron cierta traba competitiva. 
Miquel Soler aprovechó la ocasión, con buen criterio, para regalar su último partido en Son Moix a Pep Lluis Martí. El capitán es el único futbolista de la entidad que ha podido jugar un partido con cuarenta años y el reconocimiento era totalmente imprescindible. En el centro del campo también apareció Javi Ros.
La línea de retaguardia, uno de los puntos más débiles durante toda la temporada, se vistió con Joao y Pedro Bigas como centrales. Ambos no tuvieron excesivos problemas para sujetar a la dupla atacante del adversario. 
Es justo reconocer que el Girona tiró de cambios ofensivos y valientes, salvó su inferioridad numérica y apostó a ganador. El Mallorca no pudo voltear el partido y terminó haciendo un propio resumen de la temporada. Incapacidad, inferioridad y derrota.