31 octubre 2016

EL ERROR DE CÁLCULO DE FERNANDO VÁZQUEZ



A pocos entrenadores les gusta jugar contra el colista en feudo contrario. En este caso el rival era más de lo que decía la clasificación. Equipos de fuste de la Segunda División, como Levante o Lugo, no fueron capaces de llevarse los tres puntos del Nou Estadi de Tarragona. El Mallorca no certificó lo que otros tampoco pudieron conseguir. Fue empate y, además, conseguido con muchas decisiones tan controvertidas como dignas de análisis. 
Fernando Vázquez otorgó confianza bajo palos a Santamaría colocándole, a ratos, una línea de cuatro zagueros. El cancerbero no tuvo su día pudiendo hacer algo más en los dos goles encajados. Yuste tuvo más problemas de los deseados y cometió una falta evitable que supuso el primer gol del partido. En el centro del campo no hubo galones de control de juego. Se tuvo una posesión no eficaz y se llegó más por inercia que por juego real. 
Inicialmente se alimentó la línea de vanguardia con la velocidad de Lago Junior. Pero al poco tiempo Brandon fue por el ala izquierda y Óscar Díaz se movió de ariete. Tres llegadas siendo la de Lago merecedora de gol fueron el aval rojo durante la primera mitad.
Vázquez tomó demasiadas decisiones más pendiente del resultado que el juego. Su resolución más valiente fue la de colocarse bajo la tutela de dos delanteros asistidos por dos extremos. Después empató y reculó para protegerse con tres centrales. Solo la amenaza de la derrota inminente le hizo moverse a ganador. El mensaje lanzado hacia sus futbolistas fue de conservación y conformismo. La mediocridad nunca puede venderse como virtud. 
Tampoco conviene olvidar que el rival, además de atormentado por los resultados, contaba con bajas de tronío y tenía los depósitos llenos de desconfianza. Vicente Moreno tenía poco margen de maniobra y metió a su jugador más técnico más cerca del juego de elaboración que de la finalización. Sergio Tejera intentó trenzar y distribuir desde la medular mientras que Juan Muñiz tuvo la posibilidad de moverse con más libertad. Moreno sí que tomó decisiones a ganador durante todo el encuentro cosa que solo hizo el Mallorca mientras fue perdiendo. 

24 octubre 2016

LA CINTURA TÁCTICA FUNCIONÓ


El Mallorca consiguió tres puntos tan trabajados como justos y deben servir para impulsar el juego mallorquín. Se debía plantear un partido desde la superioridad pero con la atención que todo rival de la Segunda División se merece. Este Alcorcón es el más débil de los últimos años y solo dos amenazas podían perturbar el juego rojo.

Las incorporaciones de tercera línea de Bellvís fueron una preocupación menos debido a su lesión. La dinámica de Oscar Plano, durante la primera parte, fue para un Campabadal que consiguió neutralizar y ganar la posición. 

Fernando Vázquez se atrevió y colocó a Lago Junior con Brandon en liza de ataque. Velocidad y astucia para derribar el muro de los centrales amarillos. Los espacios fueron mínimos y la aceleración del número diecisiete fue la mejor amenaza roja.

Los primeros cuarenta y cinco minutos estuvieron marcados por el desperdicio del penalti y los nervios de un Culio que se jugó la expulsión. El argentino, después de fallar la pena máxima, se descentró. Hizo conducciones en exceso y se jugó la segunda tarjeta amarilla

Julio Velázquez, en su primer partido como visitante, retrasó la línea de presión y se metió con la espalda cerca de la propia portería. Así buscó la protección de sus centrales y escondió su falta de creatividad en el centro del campo. 

Pero durante el segundo periodo no pararon de ocurrir cosas. Cambios de sistema con modificaciones en la ocupación del campo por parte de los dos contendientes. El Mallorca desplazó a Lago Junior y Brandon a los flancos y fijó a Lekic sobre los centrales contrarios. Se mejoró y se recuperó el control del partido. 

El Alcorcón juntó a sus dos mejores futbolistas en línea de vanguardia pero, con otros cambios, se movió para empatar y terminó perdiendo con absoluta justicia

David Rodríguez es delantero que domina los códigos de la categoría y los centrales debían dar cuenta de su juego. DR7 jugó al límite del fuera de juego y todos sus movimientos, en ruptura o apoyo, siempre buscaron el gol. Ansotegi y Yuste lo minimizaron al máximo y solo apareció con un remate de cabeza. 

Fue una victoria justa que tuvo su punto de inflexión con un cambio de sistema que devolvió el control del partido y dio tres puntos más que necesarios. 

16 octubre 2016

LA ESTRATEGIA FUE UNA CONDENA


Había muchos aspectos para neutralizar y todos de una importancia táctica relevante. Jugar contra el mejor equipo de la Segunda División obligada a plantear un buen partido y a jugarlo todavía mejor. El Mallorca estuvo dubitativo en algunos de sus movimientos y lo pagó con derrota. 

Tener una concentración inadecuada en la estrategia fue un error que se saldó con sangre. Los dos goles, además de algún remate más, son un ejemplo a eliminar urgentemente. 

Fernando Vázquez jugó con tres medios por dentro y, a ratos, consiguió enrocar el encuentro. Pero sus decisiones fueron a remolque. Mientras el Levante cambió, a ofensivo, para ganar el Mallorca solo lo hizo para empatar. El intento de cambio de tendencia llegó demasiado tarde. 

La velocidad de Lago Junior podía ser una de las claves del partido. La jerarquía de Chema y Postigo se ha visto, en estos primeros partidos de Liga, con alguna laguna aprovechable. Lago podía condicionar con su rapidez mientras que Brandon debía aprovecharse de los espacios creados. Pero jugó más en banda y con demasiados balones al pie y no al espacio

El Levante no es un equipo de largas posesiones pero sí un conjunto muy aplicado en todas sus directrices. Juan Ramón López Muñiz cambió solo con matices su apuesta. Generó fútbol con llegadas en velocidad desde diferentes posiciones y se aplicó en estrategia. 

La capacidad de Morales, tanto por derecha como por izquierda, fue una amenaza casi imposible de sujetar. Aquí debía aparecer el flanco mallorquín y Company no pudo frenarlo. Además careció de las ayudas suficientes para neutralizar y amortiguar una posición que fue inflamable

Roger es un delantero que no rehuye el cuerpo a cuerpo pero además es muy peligroso al espacio y funciona bastante bien en el juego aéreo. Los centrales rojos tenían ante sí una prueba de fuego. ¿Podrían neutralizar a un delantero de estas características tan marcadas? Lo hicieron y además consiguieron minimizarlo al máximo

El Mallorca debe reflexionar sobre su marcaje zonal en córner y su atención en estrategia. Recibió remates y además volvió a encajar. El error no está en el tipo de marcaje y sí en su desarrollo. Más activación, con la correspondiente agresividad, se antojan como imprescindibles 

13 octubre 2016

NO HABRÁ MÁS COPA


El Mallorca tuvo que afrontar una eliminatoria que se preveía muy incómoda. Los resultados del rival en Liga, solo una derrota en los últimos ocho partidos, unido a los guarismos ajustados en la competición de Copa antojaban un encuentro de mucho trabajo. 

Fernando Vázquez distribuyó caramelos entre sus jugadores. Volvió a dar oportunidad a algunos futbolistas que pudieron disputar minutos en plena competición. Estos partidos de Copa, que sirven para repartir minutos entre los jugadores menos asiduos, ayudan a obtener muchas respuestas de capacidad y estado de forma. 

Jugadores como Pleguezuelo, Pol Roigé, Salomao y Damià empezaron de inicio y les costó coger las riendas del partido. Moutinho empezó por dentro y continuó con más acierto por el flanco derecho. El Mallorca encajó gol en una segunda jugada , mal defendida, de estrategia y a partir de aquí empezó a mejorar. 

Digna de destacar la primera parte de Company. Se tomó el partido como un examen personal y lo aprobó con solvencia. Puso garra, tenacidad y profundidad. Durante el segundo periodo estuvo más conservador para terminar jugando de central en línea de tres. 

El Mallorca, después de los cambios tácticos producidos durante el último partido de Liga, tenía que seguir dando buenas respuestas de rendimiento. Tuvo que asumir el rol de equipo protagonista con el balón contra un rival que metió trivote en la medular

José María Salmerón no incluyó, ni tan siquiera en su convocatoria, a jugadores básicos. Los Natalio, Jona, Tito, Albizua o Juande no cogieron el avión para desplazarse a Palma.

UCAM Murcia volvió a tirar de prudencia defensiva. Repliegue intensivo, cerrando todos los espacios posibles cerca del área propia, para intentar sorprender con posibilidad de contraataque. Y lo hizo francamente bien. Sus salidas fueron con criterio y ajustadas a su juego. 

La segunda parte estuvo marcada por dos auténticos golazos. Uno para cada equipo. En un partido de Liga el empate hubiera sido el resultado más justo aunque es de justicia reconocer que todas las directrices del entrenador de UCAM Murcia fueron muy acertadas. Al final el Mallorca volvió a ceder y cae nuevamente eliminado en su competición fetiche. 
 

10 octubre 2016

UN ROMBO DE MEDIA HORA


Ante un rival limitado y con bajas de calado la opción del fallo no estaba permita. Esta vez el Mallorca no podía esgrimir el bulto. Era ganar o ganar. Se consiguió gracias a un inicio de torbellino y lleno de cambios tácticos. 

Fernando Vázquez tomó muchas decisiones y algunas fueron realmente acertadas. Ansotegi fue el acompañante de Yuste en el eje de la defensa. Ambos debían dar cuenta de Borja Lázaro. Un delantero posicional con dominio del juego de espaldas a portería y buen desmarque sobre el primer palo. Los centrales rojos absorbieron la posición para resultar vencedores con absoluta claridad

En el centro del campo, durante la primera media hora, apareció un rombo que desquició a los pupilos de Anquela. El Mallorca se puso con Oscar Díaz en la media punta estando escoltado por Culio y Rodríguez. Los tres se juntaron con Domínguez y destruyeron el sistema defensivo del rival. La velocidad de Lago Junior y la eficacia de Brandon fueron un veneno letal. Llegaron dos goles y se selló el partido. 

La Sociedad Deportiva Huesca se presentó al partido con lo justo. Bajas en todas sus líneas y algunas verdaderamente importantes. Pero Juan Antonio Anquela, en este inicio de competición, ha sabido detectar las limitaciones propias y las ha minimizado al máximo. La falta de solvencia sobre su salida de balón y la carencia de gol de sus delanteros las salvó con variantes. Juego más directo y llegadas con crédito desde la segunda línea fueron recetas que no pudo utilizar. El resultado inicial marcó la tendencia de partido y el devenir del encuentro. 

Después de la lesión de Juan Rodríguez todo volvió a cambiar. El Mallorca volvió a los tres por dentro desplazando a Lago Junior y Brandon a los flancos. Se perdió profundidad y amenaza en ataque pero se ganó en contención sobre una figura clave. 

Las apariciones de Samu Sainz, desde su posición de privilegio, dejaron de ser un problema. Los mallorquines tuvieron algún inconveniente sobre el número catorce que terminó con el  trivote en la medular. 

La victoria del Mallorca debe servir para abastecer de autoestima tanto al entrenador como a sus futbolistas. Fernando Vázquez demostró cintura táctica y los tres puntos deben considerarse como absolutamente justos. 

02 octubre 2016

LASTRADOS POR LOS FALLOS


El Mallorca empezó jugando su partido con personalidad y solvencia. Ante presión alta de contrario hubo intento de juego trenzado. Se llegó y se generaron algunas ocasiones de gol. Pero poco a poco los errores defensivos terminaron por lastrar y conquistar otra derrota. Demasiadas fisuras ayudaron al contrario a creerse superior y crecer hasta voltear el partido. Los mallorquines perdieron el fútbol en las dos áreas 

Fernando Vázquez, después de haber entrenado un sistema de tres centrales, se decantó por la línea de cuatro zaguerosCabrero tuvo que colocarse bajo palos. Le tocó sacar hasta tres veces el esférico del interior de la portería. Pero es justo reconocer que los errores fueron más del colectivo que de carácter individual.

Juan Domínguez se prestó a la iniciación y, en ciertas fases del encuentro, lo consiguió. Por delante Damià estuvo abnegado pero vetusto en su trabajo y Culio ayudó en su trabajo en la medular.  

Jugar contra un adversario que no conoce el olor de la derrota tiene un punto extra de dificultad. La confianza rebosa en todos los futbolistas y las directrices del entrenador son ley. Luis César Sampedro planteó el partido con un esquema ya visto. Metió su dupla de creación para absorber el esférico y el control del partido. Carlos Pita ordenó y dirigió pero no dominó de forma clara la zona más ancha del terreno de juego. 

El trabajo por fuera no debía ser baladí. Allí el rival metió los pases con rosca de Iriome y el buen hacer de Pedraza. Los mallorquines contestaron con la velocidad de Lago Junior y la intermitencia de Moutinho. Lago fue posiblemente el mejor futbolista rojo. Fue dinámico y tuvo llegadas. Pero su falta de clarividencia delante de José Juan fue una condena. 

El Mallorca incidió en encontrar espacios por delante, también por detrás, del doble pivote contrario. Allí había más  posibilidades de ganar el partido. Los encontró y volvió a llegar con cierta sensación de peligro. Pero la esterilidad de cara a portería contraria ya no es una casualidad. Es una tendencia absoluta que debe atajarse ya que también empieza a contaminar el juego defensivo.