28 noviembre 2016

VENCIDOS POR ESPERAR EN EXCESO


El Mallorca, durante muchos minutos del partido, tuvo ocasiones para tomar la sartén por el mango y apostar a ganador. No lo hizo. Especuló y terminó pagando peaje con una derrota que escuece de verdad. Fue una primera parte muy difícil de masticar para el espectador. Ningún tiro entre los tres palos y fútbol para el olvido.
Fernando Vázquez optó por situarse bajo la tutela de 1-4-4-2. Brandon y Lago Junior se colocaron en liza de ataque pero moviéndose más en apoyo que en ruptura. Curiosamente la mayor fortaleza del rival también podía transformarse en su peor debilidad.
Lo mejor del Elche estaba por fuera y con llegadas interiores sorpresivas. Hervías, por la izquierda, y Pedro, por la derecha, tenían que examinar a la pareja de laterales rojos. Company evolucionó por la izquierda y marcó territorio desde el minuto cero. Lo hizo de forma correcta hasta el minuto sesenta y a partir de aquí tuvo tres deslices poco afortunados.
Pleguezuelo tuvo que sujetar las diagonales de un número diecisiete que estuvo tan opaco como desasistido. Terminó expulsado en una entrada para olvidar. 
En el partido estaba anunciada una posesión del balón para el adversario. Y así fue. El Mallorca esperó, pero lo hizo hasta el desespero. Solo se movió realmente a ganador cuando ya fue por detrás en el marcador. 
La falta de velocidad de Edu Albacar unido a la escasez de finura de Armando debían ser material sensible aprovechable. Lago Junior, con su velocidad, debía dañar y sembrar amenaza sobre la línea de retaguardia del rival. Pero poco a poco y debido también a las circunstancias del juego se fue apagando y terminó inexplicablemente sustituido.
El centro del campo mallorquín tuvo un papel de contención exagerado. Juan Domínguez se aletargó por delante de los centrales y tuvo un papel demasiado discreto en el trenzado del juego. Lo mismo ocurrió con un Culio más pendiente de defender que de llegar. 
El Mallorca mostró una falta de ambición que después no pudo modificar. Las ocasiones de Lekic. Brandon y Company tuvieron su respuesta por parte del rival. Guillermo, Pedro y el penalti errado no deben caer en el olvido. Recordar solo las llegadas propias no respondería a lo ocurrido en el terrero de juego. Al final fue una derrota que escuece porque sigue dejando al Mallorca sin opción a la ilusión. 

20 noviembre 2016

UNA SEGUNDA PARTE FRENÉTICA


Después de mucho tiempo de espera era el momento para ofrecer a la afición la posibilidad de ilusionarse. Solo fue empate y gracias a una segunda parte tan frenética como divertida. Fue un partido con mucha alternativa en el que pudo ocurrir cualquier cosa. El adversario, que llevaba sumados la friolera de quince puntos de los últimos dieciocho posibles, puso galones y ofreció mucha resistencia. 
Dos errores demasiado groseros fueron un regalo imposible de desaprovechar por un contrario que estuvo letal. Regalar un saque de banda en finalización y dejar de ser contundente ante una progresión del joven Pozo se convirtió en una condena que parecía definitiva. 
Inicialmente Fernando Vázquez optó por la velocidad Lago Junior y el pase de Moutinho sobre los flancos. Brandon se movió como referencia y se desgastó con diferente fortuna. 
Juan Domínguez lideró la salida de balón contando con la ayuda de Culio y Juan Rodríguez. Éste último estuvo bastante descentrado y fue, con muy buen criterio, sustituido. 
Es necesario mencionar a una pareja que ha conseguido, durante este primer tercio de campeonato, dominar el fútbol defensivo sobre la última línea. Esta vez la pareja que forman Yuste y Raíllo no otorgó la seguridad de otros encuentros y tuvo más porosidad de la deseable.  
Los cambios del Mallorca surtieron el efecto deseado. Salomao puso balones con peligro y Lekic condicionó a los centrales obligándoles a fijar en exceso su posición. 
El Sevilla Atlético se presentó con las bajas de Carrillo y Curro pero con la recuperación de Diego y Bernardo. Menos desparpajo en ataque pero con más seguridad en retaguardia. Diego Martínez tiró de prudencia. Juntó a Fede con Yan sobre su medular poniendo así más fortaleza pero sin renunciar a la imaginación.
Las diagonales de Ivi manejando su pierna derecha, desde el ala izquierda, fueron una tortura muy difícil de suturar. Después de delantero también sembró amenaza y desasosiego. 
La segunda parte fue de un ida y vuelta absolutamente maravilloso para el espectador. Fue divertido y cualquier resultado se pudo dar. Al final el empate debe considerarse justo ya que la derrota hubiera sido un castigo excesivo para ambos equipos. 

12 noviembre 2016

EL MALLORCA SE APOYA EN BRANDON

 
No había mejor momento para visitar el Nuevo Arcángel. Un rival con dudas y lleno de bajas importantes en la línea de cobertura debían ser un buen acicate para apostar a ganador.  Y esta vez el Mallorca no falló. Hubo muchos matices, pero no falló. Desperdició una primera en la que se dedicó a especular. Esperó tanto que desesperó. El contrario increíblemente pareció de superior categoría y solo la fortuna impidió que el Mallorca se fuera al descanso con un resultado adverso.  
Pero tras el descanso se dominó el área ajena para conseguir una victoria que debe servir para mejorar. Brandon impuso su ley. Destiló un pase al espacio que Moutinho aprovechó y estuvo intuitivo en el segundo gol. 
En fútbol no hay que tener piedad del rival.  Con las bajas de Deivid y Héctor Rodas en el eje de la defensa parecía evidente que torpedear a los centrales adversarios debía formar parte del plan estratégico rojo. Fernando Vázquez básicamente contaba con dos posibilidades de ataque.
Intimidar con la corpulencia de Lekic o amenazar con la velocidad de Lago Junior. No hizo ni lo uno ni lo otro. Dejó a Brandon como un islote y desplazó a Moutinho a la banda. Resistió y en la segunda parte dio la puntilla y se llevó los tres puntos. 
José Luis Oltra ha perdido a jugadores del talento de Fidel, Florín Andone y Xisco Jiménez. Ahora su esquema es mucho más vertical y la paciencia en el trenzado de jugadas cuenta con muchos más problemas dificultad. Pero esta dificultad añadida no condicionó su planteamiento. Fue valiente y mereció mejor fortuna. Se llevó un castigo excesivo aunque también es justo reconocer que perdió el control del partido cuando encajó el primer gol. 
Más peligroso que Rodri eran la apariciones de Juli o Guille Donoso desde la segunda línea. Sujetar su dinámica en contraataque era cuestión de supervivencia táctica. Hubo más problemas de los deseados aunque el gol en contra nunca llegó. 
Brandon se merece una mención especial. Su talento fue el pilar de una victoria que tiene que servir para mejorar muchas cosas. El Mallorca sumó tres puntos que deben servir para apuntalar muchos aspectos de su juego.
 

06 noviembre 2016

INTERCAMBIO DE GOLPES


Durante una temporada hay partidos que marcan tendencia clasificatoria. Éste era uno de ellos. Lanzar un mensaje positivo sumando siete puntos de los últimos nueve disputados se antojaba como casi una obligación. El problema era del siempre. Un adversario y además con pedigrí.
La historia del Real Zaragoza siempre obliga y la dificultad evidentemente aumenta. Solo pudo ser un empate y además debe considerarse un resultado absolutamente justo. Hubo un intercambio de golpes, con bastante ritmo, pero lleno de pérdidas y con mucho juego deslavazado. 
Fernando Vázquez comentó en rueda de prensa que tendría delante un equipo en situación de espera. Efectivamente esa fue la primera decisión de Raúl Agné como entrenador. En La Romareda, contra el Almería, buscó el error del rival y en Son Moix hizo, con matices, exactamente lo mismo.  
El Zaragoza asumió la baja de Lanzarote. Es decir, perdió su ventaja en toda acción estratégica. Dibujó un 1-4-4-2 adelantando bastante su presión y juntándose para hacerse mucho más hermético. Zapater ejerció de pulmón mientras que Javi Ros intentó lanzar su intermitente juego desde la medular. En el centro del campo aparecieron los tres "Juanes" pero con más impresiones que solvencia.
Entre los dos equipos, durante los primeros cuarenta y cinco minutos, se perdieron casi sesenta balones. Las dos defensas adelantadas y la fuerte presión de ambos contendientes convirtieron el centro del campo en territorio minado. 
Los mallorquines tuvieron que asumir los galones de la creación. Para ello era necesario circular rápido, tener la movilidad adecuada y progresar de forma correcta con cierta dosis de paciencia. Pero las imprecisiones se apoderaron del juego de ambos contendientes.  
El Mallorca fue por detrás en el marcador en dos ocasiones y, al menos y con justicia, consiguió igualar la contienda. La sustitución de Lago Junior fue muy protestada por el público. De todas las combinaciones posibles el elegido fue incomprensiblemente el número diecisiete. Lekic saltó al terreno de juego y, haciendo unos buenos minutos, consiguió un gol que significó salvar un punto que parecía perdido.