02 octubre 2011

UN PUNTO LOGRADO DESDE EL ORDEN

ON

MIGUEL ANGEL NADAL
Consiguió abstraer a toda su plantilla del terremoto que asola a la institución. Otorgó protagonismo a sus futbolistas y decidió con respecto al juego. Miguel Ángel Nadal es leyenda viva del Mallorca y su figura otorga un sentido común que debería extenderse por todo el club.

HEMED
Sin duda fue su mejor partido desde que viste la camiseta del Mallorca. Sus movimientos, sincronizados con Víctor, crearon muchas dudas entre los centrales contrarios. La clave de los espacios encontrados por los pasadores estuvieron en sus botas y el israelí acabó convirtiéndose en una auténtica pesadilla para la zaga pamplonica.


LA PRESIÓN
En fútbol se habla mucho de este concepto pero para ejercer un buen pressing es necesario una buena actitud mental y espíritu combativo. Además el jugador que normalmente roba el balón es el que acompaña, no que el aprieta. Y colectivamente el Mallorca estuvo certero, generoso y muy disciplinado.
Los rojillos restaron espacio y tiempo a Osasuna y éste tuvo más dificultades de las esperadas.

LA MEDULAR
El trabajo del doble pivote mallorquín rozó, durante el primer tiempo, la perfección. Su salida limpia de balón destrozó la pareja formada por Puñal y Raúl García. Pep Lluis Martí y Pina además de entenderse y sincronizarse en fase defensiva tuvieron la clarividencia de salvar la presión contraria jugando con velocidad técnica. Después Osasuna, con el cambio de Nekounam, se fortaleció por dentro para así generar superioridad numérica. Aquí los dos medios centros pasaron sus peores momentos y tuvieron que sufrir los peores minutos de juego rojo. Resistieron y ayudaron al crecimiento colectivo.

OFF

LA ESTRATEGIA
El Mallorca está obligado a revisar su estrategia en la estrategia. Se volvieron a encajar dos goles a balón parado y la sensación de debilidad empieza a ser más que preocupante. Pensar en clarificar el tipo de marcaje, el cierre de la segunda jugada y, sobre todo, la concentración individual son aspectos que deben mejorarse de manera inmediata para evitar que en próximos partidos la histotia vuelve a repetirse y el equipo esté a punto de echar por la borda todo el trabajo realizado por culpa de acciones puntuales.


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