23 diciembre 2013

PUNTO Y SEGUIDO PARA EL MALLORCA


Las dudas estaban muy presentes antes del partido. Sólo un punto de seis, juntó con fisuras en el juego, obligaban a desplegar un partido serio. No había mucho margen para el error y, en esta ocasión, no se falló. La primera parte de los rojos fue discreta pero netamente superior a su rival. Ambos buscaron errores de su rival y dar el zarpazo a la contra. Pero aquí el Mallorca tiene más y mejores argumentos de combate y, lógicamente, los aprovechó. 

José Luis Oltra mantuvo su apuesta ofensiva pero asegurando la línea de rechazo. Alex Vallejo y Thomas se colocaron en la sala de máquinas para trabajar y dificultar el juego del rival en la medular. Y así lo hicieron. Por delante tres avispas para golpear al contrario. Alex Moreno, Alfaro y N'Sue se vistieron de medias puntas con Geijo a la referencia. Pero, sin duda, fue el número veintiuno el que mejor manejó la opción de contraataque. Su posición de ancla, entre líneas y de llegador, sembró amenaza y ejecución. 

Por su parte Javi López se estrenó con derrota. Jugó con Matamala y Timor en zona de medios pero además lanzó, con ayudas sobre su posición, a tres futbolistas más. Jofre, Jandro y Gerard estuvieron más pendiente de defender que cualquier otra cosa. Y el Girona se fue consumiendo poco a poco. Aunque los futbolistas mallorquines se empeñaron en dar vida a un rival que no la merecía. Los rojos deben aprender a gestionar mejor la ventaja en el marcador ya que replegar en exceso, sin opción de contraataque, puede traer más problemas que soluciones.

El Mallorca está obligado a mirarse el ombligo. El año que viene no puede ser tan poco regular como éste. Asegurar pasos firmes hacia el objetivo es obligado. Hay mejores herramientas de lo que se ha demostrado hasta el momento. Jugadores y cuerpo técnico son los responsables de buscar eficacia ofensiva y defensiva. Y ellos tendrán que justificar los resultados que cosecharán hasta el final del campeonato. Ante esto una pregunta pulula sobre el entorno. ¿Podrá José Luis Oltra encontrar el camino del ascenso?  

22 diciembre 2013

VUELVEN A ESTAR OBLIGADOS


El Mallorca ha vuelto a meterse en la boca del lobo. Un punto, de seis posibles, ha encendido de nuevo la alarma del rendimiento. Toca ganar y, si es posible, convencer. Para ello habrá que medir fuerzas ante un rival lleno de dudas que además ha cesado a su entrenador. Cuando en el banquillo hay un cambio de inquilino todos los jugadores levantan las orejas y la atención se acrecienta.

Javi López ha sustituido a Ricardo Rodríguez y seguro que buscará el cambio de tendencia. El nuevo entrenador puede cambiar, muchos o pocos, aspectos del juego pero no variará el talento deportivo de sus futbolistas. Y aquí el Girona cuenta con alguna amenaza y, por supuesto, limitaciones. El desequilibrio impera en su línea de zagueros. Laterales con proyección ofensiva que dejan espacios que pueden ser aprovechados. Meter balones a la espalda de Moisés Hurtado, tanto si juega de central como de medio centro, puede ser una buena estrategia de combate. En vanguardia aparecerá la zurda de Felipe Sanchón y la estrategia de Jandro. Ya en el juego aéreo puede hacer acto de presencia un futbolista como Gerard Bordas.

En cualquier caso el Mallorca cuenta con argumentos de superioridad que tiene la obligación de aprovechar. El Girona tuvo que desgastar su físico en el partido de Copa y cuenta con menos talento en sus filas. Estos dos aspectos, además de otros, deberían ayudar a tumbar el partido hacia el costado mallorquín.
José Luis Oltra, junto con sus futbolistas, no pueden seguir dando pasos titubeantes. Los jornadas van pasando de manera inexorable y la sensación de fortaleza no se ha instalado en el juego rojo. Aquella pequeña mejoría, después del desastre inicial, no alcanza el grado de tendencia definitiva.

La afición se merece terminar el año con una victoria llena de jerarquía, tanto en el juego como en el resultado, que deje el objetivo a tiro de piedra. Las excusas empiezan a caer en saco roto ya que el juego desplegado, hasta la fecha, no da para cumplir con los objetivos fijados desde el propio club. ¿Podrá el Mallorca terminar el año convenciendo con el resultado y el juego?

16 diciembre 2013

NUEVAS DUDAS EN EL HORIZONTE


En fútbol escoger una buena estrategia de combate y utilizar las armas correctas es clave. Y en esta ocasión el Mallorca erró, sobre todo en la primera parte, en casi todo. Escogió futbolistas de perfil creativo para apostar al fútbol más directo. La incongruencia táctica, durante los primeros veinticinco minutos, fue importante. El lastre sufrido fue imposible de levantar en una segunda parte aceptable pero también bastante mejorable. El partido debe analizarse en su globalidad y dentro del objetivo marcado los mallorquines no tiraron el fútbol suficiente para ganar. Como máximo hubieran merecido el empate y poca cosa más. 

Inicialmente José Luis Oltra decidió vestir a su equipo con un aspecto valiente pero, a la vez, escasamente eficaz. La línea de zagueros estuvo formada por Nunes y Geromel en el eje con Kevin y Ximo en flancos. En el centro del campo se colocó Alex Vallejo como lugarteniente para equilibrar. Y fue, sin duda, uno de los destacados del encuentro. Sus repliegues individuales secaron la posibilidad de contraataque del rival. Demostró clarividencia táctica y derrochó un esfuerzo que debe ser elogiado. Alfaro se perdió, desde una posición centrada y algo retrasada, con Alex Moreno y N'Sue por fuera. Víctor y Geijo debían juntarse en vanguardia y recibieron, sobre todo en la primera parte, más melones que balones. 

Manolo Herrero tuvo que reaccionar ante dos bajas de cierto calado táctico. Sin Quesada, en la medular, ni las llegadas por fuera de Kitoko propuso una disposición equilibrada. Juanma pasó a la sala de máquinas con dos llegadores. Israel destacó por su capacidad incisiva y Jozabed por su  buena visión periférica y calidad de pase. El veintitrés lanzó toda la estrategia y fue el encargado de buscar el pase definitivo en contraataque.

El Mallorca, como máximo, mereció el empate y conviene no olvidar que su objetivo siempre es ganar. El paso atrás es importante. Cada vez que hay opción de asaltar la zona Play Off llega irremediablemente el paso atrás. Sólo un punto de seis abre, de nuevo, las dudas deportivas. No se termina de dar el golpe encima de la mesa y la consistencia, tanto táctica como de eficacia, está quedando muy en entredicho. 

15 diciembre 2013

ES NECESARIO CONFIRMAR SENSACIONES


Después de conquistar siete puntos de nueve posibles, mejorando en sensaciones de esfuerzo, toca seguir avanzando. La mejoría ni puede, ni debe, caer en saco roto. Asfixiar a los que van por delante se ha convertido en obligación. Los rivales deben ver al Mallorca como una amenaza poderosa y con nulas fisuras deportivas. Obligarlos a jugar con presión, viendo como una locomotora se acerca a toda velocidad, puede convertirse en un arma muy poderosa.

Para ello habrá que dar cuenta de un rival que ha perdido en tres ocasiones, en su estadio, pero siempre por la mínima. El Jaén tiene su objetivo de permanencia en el horizonte y, aunque es el presupuesto más bajo de la categoría, necesita seguir sumando.Curiosamente, el equipo de Manolo Herrero, se ha mostrado algo más consistente ante equipos de mayor potencial. Tener la obligación de conducir el control del partido siempre es más complicado. Y el hecho de recurrir a la contra, como concepto, ha sido una opción con relativa eficacia.

Los andaluces contarán con dos bajas de cierto calado que pueden condicionar el partido. Quesada no estará en el equilibrio y Kitoko no llegará por fuera. Pero sí habrá tres amenazas que deberán ser controladas. Jona, en referencia, friega el cincuenta por ciento en eficacia relativa. Casi la mitad de lo que tira a gol va dirigido entre los tres palos y, además, ya ha encontrado en nueve ocasiones la red. Víctor Curto es obsesivo siendo el tercer futbolista, de la Liga Adelante, que más tira, eso sí, con una eficacia mucho más escasa. Y en la medular puede brillar un joven futbolista que no aparece en las estadísticas. Es Jozabed Sánchez. El número veintitrés se viste de pasador y, a la vez, de organizador. Cuenta con una buena calidad técnica y será el primer pase, después de la recuperación del Jaén, a controlar.

El Mallorca tendrá que afrontar un partido no muy fácil de encarar. La superioridad, de los futbolistas mallorquines, es clara pero será difícil de demostrar. El rival cerrará espacios y el partido se tendrá que madurar poco a poco. Los rojos también contarán con bajas que pueden tocar los planes en la medular y el entrenador deberá decidir al respeto. ¿Cambiará José Luis Oltra el sistema, la organización y la estrategia de ataque?

09 diciembre 2013

UN PUNTO LLENO DE CASTA


Primera parte frenética y con un ritmo endiablado. Ambos equipos jugaron sus bazas a ganador y el resultado fue unos primeros cuarenta y cinco minutos espectaculares. Eso sí, durante el primer cuarto de hora sólo un equipo se manejó adecuadamente sobre el terreno de juego. Y fue el Numancia. Ya después, en inferioridad, los futbolistas mallorquines tiraron de garra y esfuerzo para ganar un punto merecido. 

Durante la temporada hay instantes de marcar territorio y el Mallorca no pudo aprovechar uno de ellos. Empate que marca siete de nueve pero que clarifica el esfuerzo ofrecido. El partido no fue nada sencillo. De hecho, ningún partido lo suele ser. El Numancia vendió cara su piel y trabajó para llevarse algún premio de Son Moix. En frente apareció un Mallorca batallador que supo jugar, con mucho esfuerzo y sacrificio, algunas de sus cartas. Es de justicia reconocer que tuvo demasiadas cosas en contra y, así mismo, consiguió salvar un empate. 

José Luis Oltra decidió con respecto a las circunstancias. En esta ocasión metió, de nuevo, a Alfaro de abrelatas. El número veintiuno intentó abrir brecha entre líneas. En retaguardia, sobre el eje, se colocaron Nunes y Geromel con la escolta de Ximo y Kevin en flancos. Sí, en defensa hubo eficacia. Pero no sólo gracias a la línea de zagueros sino también apoyados sobre una buena línea de presión. Los rojos empiezan a jugar como un bloque y cada vez se muestran más graníticos y con menos fisuras. Y en este partido lo hicieron con un futbolista menos.

Juan Antonio Anquela volvió a proteger la espalda de su futbolista más valioso. Antonio Tomás y Regalón escoltaron hasta el infinito a Julio Álvarez. El número diez se colocó entre líneas y, desde allí, lanzó pases para desequilibrar. Y a bien que lo hizo. El solito se encargó de forzar la expulsión de Thomas y hacerse con el control total de la medular. Sólo Alex Vallejo, cuando salió al terreno de juego, pudo mitigar su jerarquía. 

El Mallorca se defendió con uñas y dientes para salvar el empate y esto empieza a clarificar el estilo a adoptar. En Segunda División la actitud es sagrada. Con estos siete puntos se ha tranquilizado todo un poco y el trabajo de los profesionales del esférico será un poco más sencillo. 

08 diciembre 2013

CONTRA EL REY DEL EMPATE


Por primera vez en la temporada el Mallorca puede colocarse dentro de las posiciones Play Off y acercarse hacia su verdadero objetivo. El ascenso directo. Pero para ello tendrá que medir sus fuerzas contra el rey del empate. El Numancia en sus últimos nueve partidos sólo ha encajado una derrota, ante el Recreativo, y allí aparecieron demasiados errores en portería. Pero son un equipo bregado, duro y astuto. Juegan de manera más que correcta el fútbol que se ofrece en Segunda División. Toman precauciones defensivas para, justo después, armar ataques con bastante criterio táctico.

Los de Juan Antonio Anquela tiran más a gol que el Mallorca y representan el octavo equipo con más pases efectivos de la liga. Además cuentan con dos claras amenazas ofensivas. Por un lado Julio Álvarez está completamente adaptado a la categoría. Juega con las espaldas bien protegidas y lanza pases desde cualquier posición. Nadie, en toda la competición, asiste tanto como él. Además otorga una gran eficacia a la estrategia. Ejecuta, cualquier acción a balón parado, demostrando que es más importante el lanzador que el rematador. Dentro del juego intentará recibir a la espalda del doble pivote para ser eficaz. El Mallorca, en defensa, deberá cerrar todas sus filtraciones para poder hacerse con las riendas del control y ganar en posibilidades de victoria.

Pero el número diez no estará solo. También aparecerá Natalio. Un futbolista lleno de desequilibrio. Centro de gravedad bajo, mucha movilidad e irrupción por sorpresa. Aparece y desaparece. Lanza diagonales desde afuera hacia dentro y viceversa. Su velocidad de ejecución pondrá a prueba a los centrales y, probablemente, al lateral zurdo mallorquín que se empareje contra él.

El Mallorca tiene en la mano la posibilidad de conquistar nueve puntos de nueve posibles. Hacerlo será tan necesario como útil. Una afición realmente hastiada, de los problemas institucionales, necesita caramelos para seguir creyendo y los resultados siempre son el mejor bálsamo posible. Los partidos ante Numancia, Jaén y Girona deben ayudar a terminar el año con buenas sensaciones y así la tranquilidad se expandiría de forma transversal.

01 diciembre 2013

UNA VICTORIA DE JERARQUÍA


Los futbolistas hicieron su trabajo y conquistaron Ipurúa. Hubo cierta revolución en la alineación y funcionó. No se debe olvidar que los problemas institucionales sólo son excusa de perdedor para los futbolistas y, en esta ocasión, no fue necesario ni mencionarlos. Ahora bien el Mallorca es un polvorín que necesita más bomberos y menos pirómanos. Desde hace demasiado tiempo la afición sólo recibe directos al mentón y ahora la crisis ya está instalada en todos los estamentos del club. El consejo de administración no hace más que sembrar vientos y, aunque no es una excusa válida para los profesionales del balón, lo cierto es que no ayuda al crecimiento institucional. Más bien todo lo contrario. El hartazgo ya está alcanzando niveles casi insoportables.

Abajo, en el césped, hubo cierta mejoría. Sobre todo en la segunda parte. Los futbolistas ni pueden ni deben buscar más excusas. Ya está bien. Ellos, junto con el cuerpo técnico, son los máximos responsables de su parcela. El fracaso, o éxito, deportivo es básicamente imputable a ellos. Demasiados futbolistas rindiendo por debajo de sus posibilidades reales han estado condenando a un equipo que puede y debe dar mucho más.

El entrenador, José Luis Oltra, decidió y acertó. Colocó un cuadrado de fortaleza para obtener un poco más de protección aérea. Nunes y Geromel de centrales con Thomas y Bigas por delante. Y surtió el efecto deseado. N'Sue y Alex Moreno se desplazaron al juego exterior y Geijo marcó la referencia. Por su parte Alfaro se encontró algo incómodo sobre el terreno de juego. No pudo encontrar su hábitat de lucimiento pero curiosamente fue el autor del gol de la victoria.

Gaizka Garitano fue fiel a su recetario. Trabajo, trabajo y más trabajo. El Eibar coaccionó la medular con una fuerte presión. Dani García y Errasti mezclaron con la eficacia adecuada y Albentosa con Añibarro cerraron el eje de su defensa. Pero fue el número catorce el que más brilló por encima del resto. Recuperó, equilibró y asistió. Y gracias a su trabajo el Mallorca no pudo, durante los primeros cuarenta y cinco, encontrar la pausa adecuada en ataque.

Ya en la segunda parte se dio un paso al frente llegando con mucho más peligro. Es una victoria de jerarquía que debe valorarse como tal. Ahora el objetivo se centra en conseguir nueve puntos de nueve posibles. ¿Será posible?

30 noviembre 2013

SERÁ CON ACTITUD O NO SERÁ


El Mallorca tendrá una gran oportunidad para lanzar un mensaje de advertencia a todos sus rivales. Ahora, después de un inicio dubitativo y triste, toca jugar contra un rival en racha, en su feudo y ante los suyos. Es perfecto. Oportunidades así no deben dejarse escapar. Pero para asaltar una fortaleza la actitud debe ser santo y seña. Los jugadores del Mallorca deben asumir que sin garra, lucha y, por supuesto, buen fútbol Ipurúa no será profanado. Y no hay pacto posible. Sólo la victoria podría ejercer un efecto balsámico y, a la vez, volteador.
El Eibar, en los últimos años, ha tocado su estilo de juego. Ahora combina talento con esfuerzo. Y lo está haciendo con máxima eficacia. Gaizka Garitano ha conseguido que buenos futbolistas enarbolen la bandera del compromiso colectivo. Es decir, cuando el equipo armero no tiene el balón, absolutamente todos los futbolistas trabajan para recuperarlo. Y si no pueden hacerlo, al menos, dificultan al máximo la progresión en el juego del adversario. Hasta aquí pocos cambios. Lo verdaderamente novedoso se produce una vez que es recuperado el esférico. A partir de aquí los vascos combinan y mezclan ataques con contraataques.

El Mallorca ha dilapidado demasiados partidos en busca del estilo adecuado. A partir de ahora los pasos deben ser seguros y hacia delante. La excusa ya no es posible. Perder no sólo sería dejar escapar tres puntos también abriría el melón de las dudas. Y los rojos ya no pueden permitirse un error de cálculo tan acentuado. Curiosamente futbolistas y cuerpo técnico pueden devolver algo de ilusión a una afición que empieza a estar realmente harta de tanta división institucional.

24 noviembre 2013

UNA VICTORIA DE PURA NECESIDAD




Demasiados futbolistas al apoyo y pocos en ruptura condenaron a los espectadores a una primera parte oscura. En fútbol hay que intentar hacer daño allí dónde se puede y el Mallorca esperó a la segunda parte para hacerlo. Dos balones al espacio, recepción y finalización. A partir de aquí todo fue un poco más sencillo. Eso sí, hubo agonía hasta el final. En fútbol el aspecto mental es fundamental y cuando el Alavés consiguió su gol hubo sensación de crisis ambiental. El Mallorca tiene que saber trabajar con el resultado ajustado. Recular, sin sentido táctico, o tener miedo no ayuda al equilibrio posicional.
José Luis Oltra decidió, con respecto a sus posibilidades de elección, y acertó. Con Bigas y Nunes intentando cerrar el eje y Ximo con Kevin en flancos, está vez sí, se encontró cierta eficacia. Riverola se juntó con Alex Vallejo en la medular consiguiendo algún control del juego. Aquí en el centro del campo se trabajó a destajo. Los dos medios centros derrocharon esfuerzo para terminar realmente cansados. Ya con problemas en el marcador saltó Agus para jugar de central y Bigas se colocó en la zona ancha. Víctor jugó entre líneas y tuvo un partido discreto. Desde su posición hubiera podido ser mucho más determinante y en esta ocasión no lo fue. Arriba en la ruptura tanto Gerard como Geijo estuvieron, aquellos minutos que jugaron, vestidos de amenaza. Este equipo necesita ir al espacio y hacerlo más es necesidad.
Natxo González intentó cerrar su maltrecha zaga taponando la medular. Y allí colocó a Jaume con Lázaro para intentar trabar y asegurar. Y durante ciertos instantes lo consiguió. Pero su línea de zagueros se mostró extremadamente porosa y los rojos, con unos cuantos destellos al espacio, la destruyeron.
Conviene no olvidar que el Mallorca hubiera podido cerrar claramente el partido y al no hacerlo terminó pidiendo la hora. José Luis Oltra y sus futbolistas deben tomarse el partido como un trampolín y no como un excelente ejemplo de juego. Mejorar sigue siendo imprescindible. Sobre las victorias es más fácil cimentar equipos ganadores y ésta podría ser una buena oportunidad para ello.

23 noviembre 2013

¿HABRÁ APUESTA POR EL BALÓN?





La trayectoria, junto con la clasificación, obliga. No hay más opción que la victoria. Y asumirlo con naturalidad es necesario. Hay partidos para ganarlos y éste es uno de ellos. La situación se ha puesto tan comprometida que un mal resultado podría desatar una buena tormenta. En los últimos cuatro partidos se han encajado demasiados goles y sólo se sumaron dos puntos de doce posibles. Mejorar las sensaciones y el juego real se ha convertido en prioridad total.

A estas variables habrá que sumar las diferentes bajas que pueden condicionar la propuesta de José Luis Oltra. Sin Thomas ni Pep Lluis Martí en la sala de máquinas, el músculo puede quedar comprometido. ¿La solución? No es otra que el balón. Futbolistas como Iñigo y Riverola pueden dar un paso al frente con el esférico. Tendrán una nueva oportunidad y deben aprovecharla. Marco Asensio podría encontrar espacio para su lucimiento. Él ve el fútbol antes que los demás y filtrar pases desde una posición, un poco más centrada, podría servir para encontrar el camino de la victoria.   

Pero lo más importante volverá a centrarse en la capacidad de dejar de encajar tanto gol. Y en este aspecto no sólo será fundamental la elección de la pareja de centrales, que tendrán que cerrar el eje, sino también la manera de defender de todo el colectivo. En fútbol no basta con correr. Además hay que hacerlo al lugar indicado y en el momento apropiado. Y aquí el Mallorca todavía no ha encontrado la eficacia.

Lo cierto es que medirán sus fuerzas dos equipos que encajan mucho. Ambas escuadras son permeables y, hasta la fecha, altamente vulnerables. Y curiosamente ambos entrenadores, con matices, emplean el mismo tipo de marcaje en estrategia. ¿Habrá cambios al respecto?
El Deportivo Alavés también llega el encuentro realmente necesitado. Sus cinco partidos consecutivos sin oler la victoria le han colocado en una posición delicada y su necesidad también condicionará el partido. Sin embargo presenta números más que correctos en el bagaje ofensivo. Sólo el líder ha visto más veces portería que los de Natxo González. Viguera es el quinto tirador de la competición y ya ha conseguido diez dianas. Sin duda, el número diez se vestirá de amenaza para los centrales rojos.

18 noviembre 2013

LA SITUACIÓN DEL EQUIPO EMPEORA


La liga de Segunda División es larga pero no eterna. Buscar excusas amparadas en el arbitraje, la fortuna o los errores absurdos sólo sirve para ganar tiempo y el Mallorca empieza a perder el margen de error.  Las evidencias se encuentran en las sensaciones y, sobre todo, en el juego y aquí el Mallorca resultó claramente perdedor.  José Luis Oltra planteó un partido de conveniencia total para su adversario. El Deportivo, por convicción y sistema, suele esperar errores para matar al contraataque o a balón parado. Y así pasó. Fernando Vázquez tiró de su manido repliegue y sembró de trampas la medular. Los mallorquines jugaron con la posesión pero sólo, durante algunos instantes de la segunda parte, tuvieron el control. Siendo más ficticio que real.  La endeblez en la estrategia defensiva empieza a producir cierto hartazgo. Cada córner es sensación de puro peligro y aquí, como en otros apartados del juego, hay empeoramiento y no mejora. 
Ya con el resultado en contra y en inferioridad se apostó por la línea de tres. Fue curioso ver, como en ocasiones, se hicieron movimientos similares a una zaga compuesta por cuatro. Aspecto que fueron corrigiendo, sobre todo en la segunda parte, para tener instantes de opción.  
Mención aparte merecen dos futbolistas, uno de cada equipo. En el Mallorca se ve a un Marco Asensio que empieza a pedir paso de titular. Jugando más centrado puede filtrar pases terminales que ayuden a desahogar el ataque bermellón. Y en el conjunto gallego es necesario destacar a Culio.  El número diecinueve fue un verdadero gladiador al servicio del conjunto. Lucha, garra y talento exquisito a balón parado que fue una condena para los jugadores mallorquines. 

El Mallorca ya ha jugado catorce partidos y sigue titubeando en demasiadas aspectos del juego. No es hermético en el posicionamiento defensivo, es tremendamente poroso en la estrategia y sigue dando palos de ciego a la hora de presentar el estilo de juego. A partir de ahora ya se abre una pregunta de difícil respuesta. ¿Puede José Luis Oltra girar una situación que parece imposible de voltear? 

17 noviembre 2013

AL MALLORCA LE TOCA GANAR




Después de los pobres resultados de las últimas jornadas, dos puntos de nueve posibles, no hay margen. El Mallorca está metido en un círculo vicioso que sólo se soluciona apostando a ganador. Llegar a los veintiún puntos, ante Ponferradina y Deportivo, era obligación. Por tanto, toca victoria. Fallar más empezaría a abrir una brecha difícil de suturar. Si la segunda plaza llega a ponerse a diez o doce puntos de distancia, con diez equipos por encima, la tarea cobrará una dificultad mayor. Entonces sí, habrá presión de verdad. 
Para los rojos ya ha llegado uno de los momentos culminantes de la competición. Alejarse más será perder ilusión, posibilidades y contacto con el objetivo final.
Pero ganar al próximo adversario, en su feudo, no será un trabajo sencillo. El Deportivo es un bloque granítico. Sin fisuras y que comete muy pocos errores defensivos.  Sólo siete goles encajados, cinco de estrategia y dos de contraataque, le otorgan vitola de máxima seguridad. Fernando Vázquez ha coqueteado con diferentes sistemas de juego. Últimamente el 1-4-1-4-1 ha sido el más utilizado pero también ha pasado por el doble pivote con tres medias puntas. Incluso, en un partido de Copa, llegó a meter a tres centrales para armar línea de cinco zagueros. Y ahora contra el Mallorca podría colocar a dos delanteros, Borja Bastón y Luis Fernández, para intentar buscar las cosquillas a los centrales rojos.  Pero con toda esta dinámica, dentro del sistema de juego, hay una variable que nunca ha cambiado en el conjunto gallego. Es el estilo. 
En eso, el técnico de Castrofeito, no ha claudicado nunca. Muchos futbolistas por detrás de la línea de balón, ocupación en repliegue normal o intensiva y explotar al máximo los espacios que el rival deja cuando ataca son preceptos inquebrantables. Pero todos los equipos cuentan con puntos débiles y este Deportivo también los tiene. Por fuera, en el juego exterior, podría encontrar el Mallorca su hábitat de supervivencia. ¿Lo hará?
El partido pinta a guerra de nervios. José Luis Oltra ha tocado el estilo y también pretende aprovechar el contraataque. Por tanto, uno de los dos tendrá que asumir el reto del balón. Los mallorquines contarán con dos bajas de cierto calado. Pep Lluis Martí tendrá que abandonar la sala de máquinas, por lesión, y Emilio N'Sue el perfil derecho por el compromiso de su selección.

11 noviembre 2013

CONSERVAR PARA ACABAR EMPATANDO


Era necesario sumar victoria y sólo se consiguió un triste empate. Se firmó una primera parte bastante estable, con minutos realmente jerárquicos, en donde se hubiera podido dictar sentencia.  No se hizo y se pagó con dos puntos menos. El Mallorca interpretó el partido mejor que su rival pero al llegar a los minutos del miedo especuló, se fue atrás y perdió la victoria. Además de desaprovechar talento y eliminar contras del campo se terminó convirtiendo en un equipo demasiado plano. Lo curioso es que cada vez que los mallorquines fueron, por fuera, crearon problemas y dieron sensación de bastante peligro. Resultó casi absurdo ver a  los rojos desaprovechar la endeblez contraria yéndose atrás en lugar de atacar esa debilidad. 
José Luis Oltra apostó por Kevin en el lateral izquierdo. Sus compañeros de línea fueron Bigas, Geromel y Ximo. Thomas y Martí de maquinistas con Alfaro y N'Sue en los costados. La dupla formada por Víctor y Gerard volvió a formar en vanguardia. Una mención especial merece Pep Lluis Martí. El número diecinueve firmó un partido brillante. Trabajó a destajo en la medular y tapó errores de su compañero de línea. Él se convirtió en el mariscal del centro del campo. Por su parte Thomas estuvo mucho más discreto. Ejerció de recuperador pero perdió tantos balones que su función quedó excesivamente diluida. 
Claudio Barragán no fue excesivamente conservador. Repuntó laterales y el Mallorca lo aprovechó. Sólo la conexión entre Yuri y Fofo sembraron, durante la primera parte, cierta amenaza sobre la posición de un Geromel que alternó instantes de eficacia con agujeros. Y todo este condimento fue suficiente para arrebatar un punto de Son Moix. 

Lo cierto es que este fútbol no basta para cubrir el objetivo marcado. No sólo es una cuestión de resultados, también de sensaciones. No se dan pasos con firmeza, más bien todo lo contrario, y las palabras empiezan a caer en saco roto. 
Ahora el Mallorca tendrá que limpiar imagen y resultado ante el segundo clasificado. Perder significaría alejarse hasta ocho puntos del objetivo y no puede suceder. Recuperar buenas sensaciones es ya pura necesidad. Muchas preguntas deben cerrarse con respuestas adecuadas y debe hacerse dentro del terreno de juego. 

10 noviembre 2013

DOS PARTIDOS, MÍNIMO BLACKJACK





Metas cortas, objetivos plausibles. El Mallorca puede colocar veintiún puntos en su casillero. Es más, debe hacerlo. Sumar cuatro puntos, o más, ante Ponferradina y Deportivo es obligación. Y lo más sencillo para lograr esta meta es deshacerse del primer rival en Son Moix.
El equipo de Claudio Barragán no cuenta con aspiraciones de ascenso. Llegar al listón de los cincuenta puntos, para así eludir el descenso y no perder la Segunda División, es la guinda de su pastel.
Pero los de José Luis Oltra cuentan con una exigencia mayor.  El ascenso directo está situado en el horizonte y sumar ya se ha convertido en prioridad. El propio entrenador bermellón tira, en sus comparecencias públicas, de estadística y resultados. Y tiene razón. Sólo los guarismos otorgarán tranquilidad a un equipo que, de momento, mejora defensivamente para acercarse a la victoria.
En frente, un rival que tiene una percepción futbolista muy clara. Defensa para actuar con sorpresa. Sólo Yuri piensa en ataque cuando su equipo no tiene el balón. Y aquí el Mallorca tendrá que cerrarlo con estrechas vigilancias ofensivas. Cuando los rojos cuenten con el balón, al menos un futbolista, tendrá que estar pendiente de las evoluciones del brasileño. Vigilar para pasar a la marca, sin error, puede ser vital. Ya por detrás Fofo será la conexión. Buscará primer pase bueno para iniciar contras letales. Javi Lara pondrá la exquisitez en la medular y en las acciones estratégicas.
El Mallorca tendrá que asumir el papel de protagonista principal. Juega en casa, cuenta con mejores herramientas y la jerarquía de su juego no debe quedar en entredicho.
El despegue ha comenzado. La competición avanza inexorablemente y la responsabilidad de entrenador y jugadores debe ser exquisita. El tiempo de preparación ha concluido y la mejoría táctica debe ir en aumento. Pasos firmes hacia delante, sin retroceder en el juego colectivo, es absolutamente obligatorio. El fútbol es presión y aceptarla con naturalidad forma parte del juego. Esta victoria es tremendamente importante, casi vital. Dejaría a los rojos en una buena posición y tranquilizaría los ánimos en la visita al difícil campo del Deportivo de la Coruña.  

06 noviembre 2013

LA JOYA DE LA CANTERA "BARRALET"


Marco Asensio es ya, por derecho propio, la joya de la corona en la cantera del Mallorca. Joven, hambriento y con mucho desparpajo está empezando a brillar por encima del resto. En un equipo huérfano de mucho talento, y en Segunda División,  ya se está haciendo notar. Pero la prudencia debe acompañar la carrera de este joven futbolista. La historia está llena de excelentes inicios con sonoros fracasos y mimar su progresión es obligación. De momento, en élite,  ha lucido en los instantes finales de los partidos y su continuidad debe ser paulatina. Cargar una responsabilidad excesiva puede, o no, ser contraproducente. Por eso sus preparadores, que son los que más y mejor lo conocen, deben gotear su presencia en el primer equipo. Sí, puede jugar pero debe hacerlo en el tiempo y la medida adecuada. Un mal partido no debe ser condena y un gran pase no puede ser sacado del contexto. Marco Asensio tiene que alargar e incrementar su cota de rendimiento fijando un objetivo en su punto de mira; la eficacia continuada.  
A sus diecisiete años ya cuenta con un talento técnico importante además de una avidez táctica pulida. Su buena visión periférica le otorga dotes de pasador, cuenta con buena conducción y no se arruga en el regate. Además su exquisito toque de balón hace que las acciones estratégicas puedan ser más eficaces. 
El problema puede aparecer en la excesiva necesidad que tiene el primer equipo. El fútbol es un deporte colectivo que se nutre del individualismo. Ahora mismo el Mallorca tiene la obligación de atacar las dos primeras plazas de la clasificación y la exigencia es total. No hay tiempo para el error y Marco no debe jugar notando la presión. Su juego implica riesgo y simplemente tiene que disfrutar jugando al fútbol.  Encontrar su momento será tarea para José Luis Oltra. El mejor preparador de la cantera siempre termina siendo el entrenador del primer equipo. Él tendrá que regular y encontrar los momentos adecuados. La afición, así como todo el entorno, debe respetar el proceso natural de crecimiento futbolístico.

03 noviembre 2013

PRECAUCIONES DEFENSIVAS




El Mallorca, jugando un partido plano, hizo más que su rival para ganar. Las ocasiones más claras fueron para el bando mallorquín y los gallegos tuvieron más posesión pero sin sensación de peligro. Aún así; ofrecer más fútbol, con resultados, es una obligación total. Con este juego se aventura casi imposible alcanzar el objetivo del ascenso directo. 
José Luis Oltra modificó la estrategia de combate y, esta vez, se empató. Los mallorquines utilizaron el repliegue, en ocasiones intensivo, y se dedicaron a explotar errores de su adversario. Sí, se fue muy ligeramente superior y el resultado justo hubiera sido una victoria. El técnico valenciano debía afrontar el posicionamiento táctico y, sobre todo, las dudas en estrategia. A balón parado se volvió a apostar por el marcaje zonal y se consiguió máxima eficacia. Aquí se fue fuerte y contundente. Los mallorquines defendieron bien y mejor que su rival. Durante la segunda parte se adelantó la línea de presión y se mejoró en llegada.
Por su parte Quique Setién vistió a su equipo tal y como se esperaba. Precaución en su repliegue pero con desparpajo en las salidas hacia la portería defendida por Miño. La experiencia del equipo gallego estaba fuera de cualquier duda. Hasta siete futbolistas, en el once titular, superaban los veintinueve años y sólo uno por debajo de los veinticinco.  Trenzar ataques, hasta el infinito, pero con poca o nula profundidad ayudaron a la línea de retaguardia mallorquina. 
En definitiva se sumó un punto que abre nuevas posibilidades de juego. Si el Mallorca apuesta definitivamente por defender y esperar errores  tendrá que mejorar en agresividad defensiva y, sobre todo, en contraataque. La velocidad en todas las acciones, así como la participación de todos, deberá ser más alta.


02 noviembre 2013

HAY PREGUNTAS POR RESPONDER





Cada vez que el Mallorca ha medido sus fuerzas contra un equipo de perfil alto la sensación de debilidad apareció. Murcia, Sporting, Zaragoza y Recreativo se saldaron con derrota. Y ahora toca batallar contra el segundo clasificado de la tabla.
El Lugo transpira fútbol por los cuatro costados. Con un presupuesto modesto pero con las ideas muy claras están consiguiendo aquello que todo el mundo anhela; eficacia.  El entrenador entrena, los futbolistas juegan y el presidente dirige. Es decir, desde su sitio, todo el mundo trabaja para el bien común. No hay piedras en el camino y todos son aliados. 


Quique Setién, antaño un magnífico futbolista y ahora un capaz entrenador, ha conseguido encontrar la tecla del equilibrio. Cuando sus futbolistas recuperan el esférico son capaces de desplegarse, sin menospreciar el contraataque, trenzando jugadas de ataque con la pausa necesaria. Pero en defensa tampoco sienten ningún tipo de rubor a la hora de utilizar el repliegue intensivo. Pueden apretar a zonas medias o meterse atrás sellando la portería propia.  De las seis victorias conquistadas hasta cuatro fueron por el exiguo 1-0. Suficiente. Esperar hasta el infinito, sin desesperar, es la seña de identidad de un buen equipo de fútbol.


En el aspecto individual hay futbolistas destacables. Manu ofrece buena salida desde la tercera línea y perfil izquierdo. Carlos Pita es arquitecto. Juega a dos o tres toques siendo muy complicado hacer efectiva la presión sobre él. Álvaro Peña combina trabajo con llegada. Y arriba, en la definición, aparecen dos futbolistas poderosos en el cuerpo a cuerpo.  Ambos se acercan a los 190 centímetros y son difíciles de sujetar. Tanto Sandaza, como Rennella, tienen características de juego de referencia. Su estilo puede adaptarse a las características de los centrales rojos pero sólo el partido, juntó con el balón, nos otorgarán respuestas.
Se están quemando jornadas y la victoria es más que necesaria. Todos los estamentos del Club, junto con el entorno, necesitan el bálsamo de la victoria. ¿Será posible?

28 octubre 2013

DUDAS ANTE LOS EQUIPOS "GRANDES"


Partido exigente y, de nuevo, derrota dolorosa. Sí, la Liga es larga. Pero, ante rivales de fuste, las dudas volvieron a comparecer. Cada vez que el Mallorca mide sus fuerzas contra un rival que está instalado en la zona noble cae derrotado. Zaragoza, Sporting y Murcia fueron preludio y el Recreativo también fue sentencia.  José Luis Oltra tuvo que retocar su línea de vanguardia. Las bajas obligadas de Nunes y Agus obligaron. Bigas y Geromel jugaron en el eje quedando escorados, sobre los laterales, Ximo y Miguel García. Y éste último tuvo serios problemas, sobre todo en el segundo tiempo, para sujetar a un Arana que dio un recital de controles orientados, con desborde,  que obligaron a Bigas a bascular en exceso. 
El Mallorca ha modificado claramente su manera de jugar. Y eso es lícito. El problema fue que durante demasiados minutos hubo conformismo posicional. Un posible empate ni puede, ni debe, condicionar la intensidad en la presión y, mucho menos, la salida en contraataque. Después de encajar el segundo gol vinieron las prisas. Y éstas, en fútbol, nunca son buenas consejeras.  Los mallorquines pasaron a línea de tres y asumieron riesgo. Pasando lo que suele pasar en estos casos. El Recreativo aprovechó espacios y dictó sentencia. 
Una contundencia mayor, ante este tipo de rivales, es de obligado cumplimiento. El equilibrio entre defensa y ataque debe ser mayor. El inicio de la segunda parte debe servir para la reflexión. Ceder tanta iniciativa al rival, sin opción de contraataque para amenazar, es un suicidio futbolístico. Y el Mallorca tiene herramientas más que suficientes para intimidar con su juego. 

Ni el resultado, ni el juego, deben modificar el objetivo. El ascenso directo sigue siendo la meta final y, esta derrota, no debe modificar la perspectiva. Eso sí, es necesario reflexionar sobre la poca contundencia mostrada ante los "grandes" y cambiar esa tendencia.

21 octubre 2013

UNA VICTORIA DE PURO OFICIO


La Segunda División es sufrimiento. Aquí, no hay un claro favorito capaz de aplastar a sus rivales. Todo es tan igualado como difícil. El Real Madrid Castilla se presentó, en Son Moix, sólo con la vitola de colista. Sus posibilidades reales de juego son más elevadas que sus guarismos y así quedó demostrado. Volvió a llegar, eso sí, con una candidez tan excesiva como infantil. Durante algunos instantes pudo marcar algún gol pero terminó por ser víctima de un Mallorca mejor. La victoria mallorquina fue justa y ajustada a medida. 
En el desarrollo táctico José Luis Oltra volvió a sentarse sobre el doble pivote. Thomas y Pep Lluis Martí de maquinistas con N'Sue y e Iñigo en banda. Víctor volvió a mezclar con Gerard y se entendieron bastante bien.  
La victoria deja sensaciones buenas y alguna laguna. Ximo jugó poderoso en la banda derecha encontrando colaboración con N'Sue. Thomas, hasta que llegó el cambio, representó el equilibrio. Ayudó defensivamente a los centrales, incluso llegó a las dos bandas y alargó su zona de presión en campo contrario. Gerard volvió a sembrar amenaza sobre los centrales contrarios y continúa creciendo partido tras partido. Los intimidó y, a ratos, los llegó a desquiciar. Los lunares, que dejan alguna duda, estuvieron en el flanco izquierdo. Miguel García estuvo, sobre todo en la primera parte, dubitativo y poroso. Nunes tuvo serios problemas de contención. Salió poco de su posición y terminó buscando la protección del repliegue sin salida en presión. 
En cualquier caso se consiguió una victoria de mucha importancia. La adaptación al juego de la Segunda División es una evidencia. El equipo creció en todos los aspectos del juego y la clasificación está mejorando. Toca seguir creciendo. 

14 octubre 2013

LA SUERTE FUE ROJA


Para asaltar los dos primeras posiciones, objetivo del Real Mallorca, se tendrán que mejorar muchos aspectos del juego. Apoyarse sólo en la fortuna es un mal concepto y los mallorquines afrontaron, un partido ganable, con un juego poco consistente. 
El fútbol es presión y disfrutar de ella también forma parte del juego. Los rojos han decidido, centrarse en el resultado inmediato, agobiándose por cada minuto de partido. Conseguir, la máxima eficacia, sin sentir el peso del objetivo final es una necesidad competitiva. Los futbolistas entraron regular al partido y, además, poco a poco se volvieron a diluir. El partido no se puede olvidar. Ni puede ni debe caer en saco roto. El contrario acorraló y terminó por encerrar a un Mallorca que terminó jugando con uno más. 

El juego ofensivo que siempre deben atosigar, como mínimo utilizando el contraataque, al adversario brilló por su ausencia. De hecho, las progresiones en el juego fueron realmente pobres. Escasa movilidad de medias puntas y jugadores de banda, poca amplitud efectiva y escasa profundidad de ataque. El resultado fue un juego plano y fácil de neutralizar. 
Los futbolistas del Mallorca, juntó con su cuerpo técnico, deben valorar el juego por encima del resultado. Jugando así al fútbol habrá más derrotas que victorias. Los mallorquines deben tejer una estrategia de juego e intentar ser eficaces con ella. Durante demasiados minutos la indolencia táctica se apodera de demasiados jugadores y así será muy difícil superar rivales. El riesgo es evidente ya que el mal juego nunca alarga las victorias y el Mallorca empieza a correr el peligro de caer en tierra de nadie. Lo único positivo fue la victoria y los tres puntos que acercan la segunda plaza a una distancia no demasiado lejana. 

07 octubre 2013

LA IRREGULARIDAD POR SISTEMA


Meter una bala en el tambor, para jugar a la ruleta rusa, y apostar a ganador es un error que suele llevar al fracaso. El Mallorca juega demasiados partidos desde una posición de superioridad que no ostenta. Reflexionar, sobre el estilo de juego, es ya una pura necesidad. En muchos campos de Segunda División hay candidaturas presentadas al ascenso. Sólo tres conseguirán su objetivo y algunos, demasiado pronto, se han colocado la vitola de súper favorito. La Liga es justa. Este sistema de competición coloca a cada uno en su sitio y los mallorquines empiezan a situarse en tierra de nadie. La irregularidad castiga sin piedad y el juego es tan inconsistente como previsible. El Mallorca ni puede, ni debe, seguir jugando partidos como si fuera el mejor equipo de la Segunda División. Porque, de momento, no lo es. 
El Mallorca tiene que empezar a defender bien y debe hacerlo cuanto antes. Pero para ello la mentalización será muy importante. El equipo tiene que saber aceptar la realidad sobre la que se encuentra. Aquí no hay favoritos y cualquier equipo puede ganar a cualquiera. Trabajar y madurar los partidos, desde la portería bien defendida, es ya una pura necesidad competitiva.
Es necesario reforzar la línea de presión en la medular. Y hay dos maneras de hacerlo. O se mete un futbolista más, o se obliga a la media punta a trabajar a destajo para igualar fuerzas. Ganar la batalla del centro del campo ayudará a cerrar la portería propia y ese es, ahora mismo, el objetivo prioritario. Porque el eje de la zaga también es una verdadera sangría. La pareja de centrales tiene virtudes pero también un defecto que es condena. La falta de velocidad tiene que esconderse y aquí es necesario aplicar dos opciones. Retrasar la línea de zagueros, evitando espacios a sus espaldas, y aumentar distancia en coberturas. Trabajar de verdad, en defensa, para después intentar aprovechar ocasiones en ataque es una fórmula que empieza a vislumbrarse más que necesaria. 

 

30 septiembre 2013

SUMA Y SIGUE


 
Dar un paso hacia atrás puede significar hacerse con el control y tener más opciones de victoria. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos el Mallorca hizo muchas cosas bien. Los centrales rojos quedaron protegidos bajo el paraguas del repliegue intensivo. Además, cuando tu rival no tiene ningún futbolista que toque los veintitrés años, es necesario aprovechar la experiencia para condicionar el partido. Y el Mallorca así lo hizo. El Barça B atacó y los mallorquines contraatacaron. José Luis Oltra decidió y lo hizo bien. Protegió sus flancos con Miguel García y Ximo que rectificaron, errores y posiciones, de Nunes y Agus. Por delante Thomas e Iñigo tuvieron un trabajo arduo y duro en la medular. Frenar la posesión, con intención de localización, catalana. Y lo hicieron gracias a la ayuda de las bandas y a la colaboración activa de Gerard y, sobre todo, Víctor Casadesús. Los mallorquines trabajaron como un auténtico equipo. Alfaro y N'Sue no tuvieron ningún rubor en cerrar y montar línea de hasta seis defensores para después sorprender a la contra. Se minimizaron las carencias propias y se buscó el punto débil del rival. El Mallorca supo poner el dedo sobre la herida y hacer sangre. Lanzó contraataques durante todo el partido y condicionó el juego del rival. 
Por su parte Eusebio Sacristán no se bajó del burro. El Barça B se vistió con su 1-4-3-3 y apostó por el balón. Posesión hasta el infinito pero sin la profundidad adecuada. Los catalanes cayeron víctimas de la red tejida por los mallorquines y el triunfo fue más que justo. 
Una mención especial merecen dos futbolistas. Miño se ha convertido en sinónimo de seguridad. El cancerbero no tuvo ningún error y fue clave neutralizando algunas llegadas del Barça B. Y Víctor Casadesús volvió a brillar con luz propia. Ayudó a igualar fuerzas en la medular, siendo muy generoso en el esfuerzo, y fue un cuchillo que seccionó la línea de retaguardia catalana. Su pausa otorgó peligro en cada contraataque y además sumó el gol que dio la victoria. 

23 septiembre 2013

JUGAR CON PRESIÓN


En Segunda División los titubeos se pagan caros. Las dos primeras posiciones, las únicas que regalan la Primera División de forma directa, tienen un alto precio. El objetivo rojo es tan nítido como difícil. El Mallorca tendrá que sumar cerca, o más, de ochenta puntos y para ello no puede dormirse en los laureles. Y el mal menor de la sexta plaza, que da opción al play off, necesita superar, como mínimo, el listón de los sesenta y cinco puntos.  ¿Presión? Sí, por supuesto. El fútbol es presión. Aceptarla y llevarla con la máxima naturalidad es imprescindible. 
Y el Mallorca jugó bien hasta que la notó. Inicialmente José Luis Oltra situó a Miño bajo palos. Intentó cerrar el eje, de su defensa, con Nunes y Agus para bloquear los flancos con Ximo y N'Sue. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos los centrales rojos parecieron rápidos, certeros y eficaces. ¿Por qué? La respuesta está en la actitud mental de todo el conjunto. Presión alta y agresiva. Thomas asumiendo su papel y jugando al límite contra Galarreta, Iñigo buscando su espacio en la medular, Alfaro metiendo diagonales para igualar fuerzas en defensa y Víctor con Gerard representando la primera línea defensiva. 
Pero la señora "presión" hizo acto de presencia en la segunda parte. Gonzalo Arconada quitó, forzado por las circunstancias, la tiza de la medular. Retrasó a Galarreta, centró a Muñiz y dio la alternativa a Pablo Infante.  Y los rojos simplemente se fueron atrás. El balón empezó a quemar y el miedo a perder, la exigua ventaja, atenazó todas las líneas. Los centrales empezaron a parecer  lentos, los medios toscos y los delanteros sin ideas. 

El partido debe analizarse desde la globalidad y no seccionarlo desde la parcialidad. La primera parte roja fue tan buena como mala la segunda. Los mallorquines tienen que aprender a disfrutar del juego con la presión del resultado. Aquí está la clave. El fútbol no deja de ser un juego. Disfrutar de la presión es un arte y el Mallorca debe jugar sin pensar en todo lo que puede perder. De hecho lo más importante ya se perdió; fue la Primera División. 

16 septiembre 2013

LUCES Y SOMBRAS


Sí, hay luz. Dentro del túnel se ve la salida pero también un tren que se dirige hacia la posición estática del Mallorca. Gotas de buen juego, con fortalezas tácticas posicionales, mezclado con poco oficio para cerrar un partido que debería haberse ganado.  En fútbol no hay mal eterno y, a partir de ahora, los rojos deben repuntar en juego y resultados. El objetivo rojo es nítido y cada partido debe trabajarse para vencer; no para empatar. 
El Mallorca entró mal al partido y ya en el primer minuto Miño tuvo que lucirse, de manera brillante, para evitar el gol alicantino. Inicialmente José Luis Oltra apostó a una línea de retaguardia formada por Nunes y Bigas en el eje con Ximo y N'sue en los flancos. El triángulo que formaron centrales y portero mejoró, durante muchos minutos, y otorgó menos posibilidades al adversario. Iñigo Pérez, Thomas y Martí estuvieron en la medular. Y jugar con tres por dentro empieza a ser más que una posibilidad. La asistencia en banda fue para Alfaro con Víctor y la referencia cayó sobre las botas de un Gerard que volvió a marcar.
Por su parte Quique Hernández se enrocó en la medular. Pintó el centro del campo con tiza y voluntariamente perdió territorio ¿Cómo lo hizo? Protegió el eje con la fortaleza de Yuste y la escolta creativa de Javi Hervás. Sólo dos futbolistas por dentro pero con la intención de conseguir igualdad numérica en zona de medios. Y durante muchos minutos del partido tuvo el balón pero no el control.
El Mallorca jugó colectivamente mejor pero volvió a tener algunos errores individuales que  le hicieron perder dos puntos valiosos. Un fallo, como el de Miño, ni puede ni debe condicionar el final del partido. Los rojos sintieron el miedo a perder la ventaja, recularon en exceso y casi terminaron por pedir la hora.

 

11 septiembre 2013

EL ESPERPENTO DEL MALLORCA


El perdedor puso las excusas y el ganador se llevó la gloria. El Mallorca rozó el esperpento contra un rival que demostró mucha más actitud de juego. Esta competición es singular, diferente y, a la vez, muy atractiva. La Copa dota al fútbol de emoción y, sobre todo, de un juego diferente. Todo se decide en el transcurso de uno o dos partidos en dónde perder puede servir para ganar. Pero este encuentro quedó marcado por la falta de intensidad de uno de los dos contendientes.  El partido se inició de manera típica. Nadar y guardar la ropa. Pero el Alcorcón dio un volantazo de hambre y dio el primer paso al frente. 
José Luis Oltra aprovechó para repartir caramelos. Sólo repitieron cuatro pero, aún así, el once fue de garantía. Aki y Alex fueron por fuera, Alfaro se movió entre líneas y Geijo firmó referencia. Riverola y Thomas mezclaron en la medular y estuvieron a la altura de sus compañeros. Es decir, flojos y con falta de intensidad. Miguel Álvarez hizo lo propio. También refrescó su once. Eso sí, los suyos se metieron con todo para ganar. Defendieron con solvencia y atacaron con eficacia para llevarse la eliminatoria. Los amarillos parecieron un equipo de superior categoría que manejó los tiempos del partido mucho mejor que su rival. 
La solvencia se gana partido a partido y los futbolistas del Mallorca se ha ganado a pulso la inseguridad defensiva y las dudas de todo el entorno. Ahora deberán ser ellos, junto con José Luis Oltra, los que devuelvan la confianza a todo el mundo.

08 septiembre 2013

VICTORIA DE NECESIDAD




El Mallorca, después de tres jornadas nefastas, encaró un partido lleno de preguntas por responder. Y lo hizo mejor. Hay momentos, durante una temporada, de pura necesidad de victoria. El entorno y los futbolistas tuvieron una sed de triunfo que ayudó a doblegar a un adversario que se presentó seguro de sí mismo.
José Luis Oltra tomó sus decisiones. Algunas obligadas y otras voluntarias. Miño se situó bajo palos. Nunes y Bigas cerraron el eje gracias a un excelente partido del número diecisiete. Thomas equilibró e Iñigo pasó a la distribución dejando las bandas para N'Sue, que después pasó al lateral, y Alfaro. El marcaje zonal en estrategia fue la elección y, de momento, surtió el efecto deseado.
Por su parte Miguel Álvarez mantuvo su estrategia de combate. Hasta siete futbolistas titulares con más de treinta años.  Línea de retaguardia protegida, presión en el centro del campo y velocidad, con desequilibrio, en finalización. Pero en esta ocasión su pareja de centrales fue claramente torpedeada. La movilidad, entre líneas, de Víctor y la referencia de Gerard fueron una gran incomodidad. El número nueve se convirtió en el hombre de partido. Trabajó, asistió y marcó por partida doble. 
Al final llegó el gol del Alcorcón y los nervios se presentaron al final del partido. El Mallorca debe acostumbrarse a la batalla de la Segunda División y aclimatarse lo antes posible. Ahora toca cambiar el chip y conectarse para el partido de Copa.


02 septiembre 2013

SIGUEN ATURDIDOS


El Mallorca no es el Real Madrid o el Barcelona de la Segunda División. Ese papel, en la categoría de plata, está huérfano. Simplemente no existe.  Cada categoría tiene su fútbol y el Mallorca sigue compitiendo fuera de lugar. Los rojos han jugado los tres primeros partidos como si fueran los últimos y la ansiedad ya se ha adueñado de todos. No reconocer los errores arbitrales sería tan falso como tapar los disparates propios. Sí, el Mallorca ha tenido mala suerte con los arbitrajes pero su juego está rozando el ridículo. Buscar un único culpable no será la solución. Desde todos los ángulos, tanto deportivos como institucionales, se han cometido errores y empezar ha aplicar soluciones es muy necesario. Las tres derrotas, los goles encajados y anulados, las expulsiones, los errores tácticos, el agarrotamiento y la falta de intensidad reconocida por los propios jugadores deberían servir para algo.
Seguir mirando el objetivo final, sin ser eficaz minuto a minuto, será una condena insuperable. José Luis Oltra debe voltear toda esta situación. Él es el entrenador y dentro de sus funciones está manejar este tipo de estados. Lo primero, y a la vez más importante, es tejer un buen plan de combate. Un equipo debe adaptarse a la realidad de sus futbolistas y el Mallorca tiene virtudes pero también limitaciones. Proteger a los centrales es una pura cuestión de supervivencia. Coberturas más profundas, ayudas de laterales y asistencias de pivotes pueden aligerar el estrés defensivo. Sellar la portería propia debe convertirse en prioridad. El ataque, en sus diferentes formas, tendrá que estar supeditado a la manera de protegerse y no al revés. Ningún equipo del mundo puede soportar tantos errores defensivos y éstos deben terminarse ya.