26 mayo 2014

UN EMPATE QUE OBLIGA



La dupla formada por Pep Alomar y Javier Olaizola representa, a priori, una mezcla de carácter y sapiencia. Mientras uno puede inculcar compromiso, el otro puede tirar de criterio futbolístico y metodología de entrenamiento. Pero ahora el margen de error ya no existe. La presión es absoluta y sólo el resultado inmediato puede aliviar la clasificación. La primera decisión de ambos fue apostar por experiencia y plagaron su primer once con la vieja guardia pretoriana. Cuando los resultados son tan nefastos los cambios no pueden llevarte a peor.
El partido quedó marcado tácticamente desde su inicio. Los dos equipos fueron con sistemas de juego diferentes y la clave estuvo en la superioridad numérica. Los catalanes cerraron su eje, con tres centrales, y los mallorquines lo intentaron por fuera. Y el balón terminó circulando más por el juego exterior. Esta circunstancia y la superioridad posicional roja dictó sentencia táctica pero no de resultado. Aouate se volvió a situar bajo palos. Nunes y Bigas centraron el eje de la zaga para que Ximo y Antonio López intentarán proteger los costados.  Por delante tres medios centros con tiza. Iriney, Pep Lluís Martí y Thomas se juntaron coqueteando trivote con alguna posición más avanzada. 

Por su parte Pablo Machín se volvió a asentar sobre su línea de tres centrales con dos laterales de largo recorrido. La entrega de Timor junto con Eloi se ubicaron en la medular.  La experiencia de Jandro y Tato se debían vestir de amenaza pero no fue así. El partido estuvo marcado por intento de control mallorquín y contraataque de su adversario. Pero todo cambió con la expulsión del Jandro. Aquí el Mallorca reaccionó y tumbó el campo. Llegaron las ocasiones y terminó por llegar un empate que fue merecidísimo. Quizás hasta hubiera podido llegar una victoria que finalmente no se consiguió. El riesgo asumido dejando espacios atrás, cambiando el sistema, fue valiente y ajustado a medida. En fútbol toca trabajar hasta el final. En este deporte el destino nunca está escrito y cualquier resultado te acerca o te aleja del infierno. Los dos próximos partidos son terminales y dictarán sentencia. Al final la competición es justa y deja a cada equipo en el lugar que le corresponde. 

18 mayo 2014

METIDOS EN LA AGONÍA




El resultado es parte del fútbol y aceptarlo, con naturalidad y responsabilidad, es una obligación que forma parte de las obligaciones de los profesionales del balón. ¿Jugar con presión por ganar? Sí, eso es fútbol. La competición avanza y los partidos terminales siempre llegan. Y con el nudo, de la soga, en la garganta los futbolistas del Mallorca tuvieron que encarar un partido que sólo se podía ganar. Lamentablemente se empató y lo peor es que el resultado puede y debe considerarse como justo. 
La primera parte fue por un camino lleno de igualdad con una ligera intención roja. Insuficiente para desnivelar el resultado. Lluís Carreras decidió un once que tuvo a Antonio López, Bigas, Agus y Ximo en línea de retaguardia. No encajar era obligación y, al menos, eso sí se cumplió. Iriney y Thomas buscaron fortaleza en el doble pivote pero sólo la consiguieron a medias. Los medios centros fueron incapaces de sujetar el partido con el balón y se limitaron a defender y desconectarse del juego ofensivo. Marco Asensio, con su zurda, fue el único faro que iluminó algo el ataque bermellón. Eso sí, insuficiente para merecer la victoria. 
Manolo Herrero fue con lo esperado. El Jaén es equipo de balón pero si no lo tiene repliega y lo hace con entereza. Metió lo mejor que tiene en línea de tres cuartos. Víctor Curto, futbolista que siempre tiene el tiro ente ceja y ceja, estuvo activo. Jozabed con talento de pasador se colocó en posición centrada y lanzó cátedra de medio centro. Ya durante la segunda parte el Jaén hizo más cosas para vencer. Cerró el equilibrio con Quesada y el Mallorca se encomendó a alguna jugada aislada de Álex Moreno. Prácticamente nada más. 
La realidad empuja al Mallorca hacia el infierno más absoluto. No hay ningún criterio objetivo que ayude a creer en la posibilidad de la permanencia. Los rojos pueden estar en manos de sus rivales, o de la fortuna más absoluta, y el pesimismo es una auténtica realidad. Cuando todo se desmorona de esta manera es necesario buscar una acción que suponga un revulsivo interno o externo. En juego hay demasiado y el Mallorca no puede simplemente dejarse ir. 

17 mayo 2014

¿BARÇA - AT. MADRID O RCD MALLORCA JAÉN?

¿EL PARTIDO MÁS IMPORTANTE DEL RCD MALLORCA?


BATALLA SIN CUARTEL




La Segunda División es larga, dura y muy igualada. Diez equipos, quizás más, parten con la ilusión de meterse en la pomada del ascenso. Y ser favorito, en fútbol, es otro  inconveniente más. Aceptarlo con naturalidad, sin que afecte al rendimiento, será otro objetivo más para los rojos.

Todos los rivales sacarán sus uñas para intentar derrotar al coloso y el Mallorca tendrá la obligación de superar tal circunstancia. Iniciar bien el campeonato no es sinónimo de éxito y perder puntos, en los primeros enfrentamientos, tampoco significará asegurar el fracaso. En todos los estamentos del club la  tranquilidad debe imponerse a la precipitación. 
Ya dentro de la competición conviene recordar que en esta categoría también se juega bien al fútbol. Es más, para ascender se tendrá que jugar un fútbol lleno de criterio. 
Los tres que se lleven el premio del ascenso serán eficaces atacando y herméticos defendiendo. 

El Mallorca, para competir dentro de esta categoría, tiene una plantilla de talento pero corta de efectivos. Jugadores como Alfaro, Víctor, Martí o Nunes tendrán que dar un paso al frente. Pero además será necesario contar con los recambios suficientes para todas las líneas. Nuevas altas son obligación. Fortificar la retaguardia y oxigenar el centro del campo se antoja como una necesidad. La erosión de la propia competición no puede sesgar la posibilidad de éxito. 

En cualquier caso para este primer envite, en la Nova Creu Alta, no hay excusa posible. Vencer, convenciendo en el juego, es casi una obligación. Muchos seguidores mirarán con lupa y aquí no cabe la excusa de un plantel excesivamente corto. Empiezan las hostilidades y, al final, sólo tres conseguirán salvar la trampa de la Segunda División. ¿Será el Mallorca uno de ellos?  

11 mayo 2014

UN EMPATE LLENO DE FORTUNA




La tendencia de derrotas estaba siendo una condena terrible. Romperlo de alguna manera era cuestión de supervivencia. Y se hizo sólo con la fortuna por bandera. El Mallorca se encontró con el gol de Alfaro y el partido se puso claramente de cara. Empezar mejor es casi imposible. Y no se supo aprovechar, más bien todo lo contrario. Se perdió durante casi todo el partido el control del juego y ya no es sólo una cuestión de puntería ofensiva. Hubo más errores. Se replegó en exceso y se consiguió poner en duda un empate que hubiera podido escaparse de manera más que justa. 
Lluís Carreras modificó jugadores pero no tocó prácticamente nada de su organización. Kevin entró en el lateral izquierdo, Ximo se desplazó al otro lateral y el eje de la zaga quedo sobre Agus y Bigas. Hubo repliegue y cierre de espacios cerca del área propia. Iriney y Thomas, que sufrió una entrada muy dura y merecedora de roja, se volvieron a juntar en el doble pivote. También tuvieron muchos movimientos de retroceso y poca supervivencia ofensiva. Seis jugadores por detrás del balón defendiendo, sin prácticamente más opción, fueron un verdadero suplicio lleno de sufrimiento. Por delante N'Sue y Alex Moreno fueron por fuera mientras fue Alfaro el que volvió a encontrarse realmente cómodo en una posición mucho más centrada. Alejarlo de la media punta significa alejarlo del gol. 
Por su parte Juan Antonio Anquela tuvo que arreglar su alienación. Su plan estratégico fue tan  transparente como inteligente. Metió velocidad en las posiciones intermedias para amenazar el punto más débil del Mallorca; la línea de cobertura. Ya desde atrás Juanma, el alma de sus línea de cobertura, fue papel secante de toda su línea. Además el Numancia decidió mover a su cerebro al doble pivote. Desde allí, Julio Álvarez, inició los ataques otorgando una limpia salida del esférico. El número diez funciona mejor con espaldas cubiertas y posición más avanzada. Y desde una posición más retrasada pierda eficacia, eficiencia y peligrosidad. Aún así fue el lanzador, en forma de especialista consumado, de toda la estrategia. 
Ahora el próximo partido ya tendrá rango de vital. El margen es mínimo y la importancia capital. Esconder el mal juego no será la solución y jugar con más inteligencia y solvencia táctica es una cuestión de mera supervivencia competitiva

05 mayo 2014

CONTRA LAS CUERDAS


El calendario de prioridades no ofrece ningún tipo de duda. Lo primero es amarrar la permanencia y, justo después, arreglar el desorden institucional. Son dos problemas diferentes pero, a la vez, comunicantes. En el terreno de juego no quedaba margen para las promesas. Todos los inputs lanzados por los capitanes de la plantilla obligaban y la respuesta debía ser tan generosa en esfuerzo como en eficacia. Y hubo bastante entrega pero con cero eficacia. El juego mejoró pero no en todas las líneas y, volvió a ser evidencia, que este equipo se sujeta con alfileres. Un revés es un Everest casi imposible de escalar y se volvió a demostrar.   
Lluís Carrerras optó por meter a Miño bajo palos colocando por delante una línea de cobertura formada por N'Sue, Ximo, Agus y Antonio López. Todos los goles encajados ponen en entredicho a una línea que no debe ser la única culpable de la porosidad defensiva. Defender es un aspecto colectivo y nunca atañe a una sola línea del sistema de juego. En cualquier caso es necesario destacar a Ximo que tuvo una primera parte realmente soberbia. Sin él, Miño ya hubiera tenido muchos más problemas. Rectificó en velocidad e hizo bastantes coberturas ajustadas a eficacia. Iriney se posicionó de único pivote y Thomas, conduciendo en exceso, tuvo aciertos y fallos que volvieron a costar peligro del adversario. Los dos goles encajados casi provocan vergüenza ajena. Es difícil ser tan poco contundente y tan grosero defensivamente. 
Gaizka Garitano salvó la baja de Albentosa ubicando a Añibarro junto a Raúl Navas. Fue la apuesta de fortaleza en la zaga del equipo armero. Por delante situó a Dani García con Diego Rivas no sólo para sostener sino también para ofrecer. Pases largos con aperturas a banda fueron seña de identidad. Arruabarrena se colocó en posición de amenaza para prolongar y asistir. 
El trabajo no ha hecho más que empezar. Hay que seguir remando para alcanzar la orilla y cerrar una temporada que sigue llenando de incertidumbres la siguiente. Los actuales accionistas deben reflexionar sobre una propiedad fuerte, jerárquica y con poder de decisión.  Aunque todo este galimatías se deberá abordar justo al día siguiente de haber cerrado el mini objetivo de la permanencia.