31 marzo 2013

MÁS QUE TRES PUNTOS





Han llegado las diez últimas batallas de competición y cada enfrentamiento directo es más que un partido. Y este encuentro, que no llega a tener el rango de final, sí tendrá una importancia capital. Sumar tres puntos, vencer el “golaverage” particular y tocar el estado anímico de un rival directo son oportunidades que no deben dejarse escapar. Sólo existe un pequeño problema. Ambas escuadras cuentan con posibilidades y argumentos para sellar la victoria. Tanto Gregorio Manzano como Fernando Vázquez, así como todo su entorno, han preparado a conciencia el enfrentamiento y el resultado táctico, no el marcador, parece complicado de adivinar. 
El Deportivo es un equipo con grandes lagunas defensivas pero con algunas fortalezas ofensivas que le otorgan cierto nivel de amenaza. Su victoria ante el Celta, junto con el abrazo de la afición, han devuelto la esperanza a un conjunto que parecía totalmente perdido.
Es a partir del centro del campo cuando aparece, sin ningún tipo de dudas, la mejoría blanquiazul. Bruno Gama y Pizzi otorgan amplitud generando situaciones de estrés en el juego exterior. Valerón sigue siendo abrelatas. Defensivamente colabora poco pero cuando entra en contacto con el balón es capaz de filtrar un pase ganador poniendo en máxima dificultad a la línea de cobertura contraria.  Y a todo esto es conveniente sumarle una referencia realmente intimidatoria. Es Riki. El número once es un gatillo con buenos e inteligentes movimientos de ruptura.
En cualquier caso conviene no olvidar los baluartes mallorquines. El Mallorca cuenta con pólvora suficiente para hacer añicos la estructura defensiva visitante. Aprovechar el aval Giovani, con Alfaro y las llegadas de futbolistas de segunda línea, serán obligación

29 marzo 2013

EL FINAL DEL CAMINO




La Liga está llegando a su fin y, como en cada temporada, se dictará sentencia. Ninguno de los descendidos podrá esconderse en errores arbitrales, mala suerte o culpas de terceros. La competición es tan larga, dura y exigente que termina por colocar a cada uno en su sitio de manera justa y natural.
A partir de ahora todo es relativo y nada, absolutamente nada, tiene el rango de dogma de fe. Los equipos que mejor juegan al fútbol pueden contar con más opciones; o no. Escuadras que se han mostrado bastante herméticas pueden empezar a dudar y fallar.  Líneas de vanguardia con poca eficacia,  o nulo gol,  pueden encontrar portería con facilidad. Entrenadores tomando decisiones extrañas, precipitadas y con cierta falta de rigor podrían condicionar más de un marcador. Ha llegado el momento de la templaza y del saber estar.
Ahora, cuando cada error puede llevar su condena, aparecerá un condimento que puede cambiarlo absolutamente todo. Es el estrés competitivo. Cada jugada puede tener una importancia capital y la presión puede mellar el rendimiento del futbolista, Medir la ansiedad, controlando sus efectos, será una variable que puede condenar, o salvar, a más de un equipo. 
Sustentarse sobre unos buenos cimientos tácticos, físicos y técnicos ayudará a encarar los partidos del sí o no. Los enfrentamientos directos. Sí, esos que simplemente parece que se pueden ganar aplicando “testiculina” y pundonor a raudales. Pero, como casi siempre, no será suficiente. Sobre el tapete habrá que poner mucho más. El rival también preparará el partido a conciencia, estudiará los puntos débiles de su adversario e intentará hacer sangre sobre ellos. Nadie regalará absolutamente nada ya que en juego está el fútbol de Primera división. 
¿Qué tres ciudades se quedarán sin él?   

17 marzo 2013

SE IMPUSO LA LÓGICA



El Mallorca se apoyó, de forma lógica y normal, en el repliegue intensivo para fortificarse consiguiendo tener salidas muy inteligentes en contraataque. Su progresión, con tres o hasta cuatro futbolistas, desgastaron a su rival y le obligaron al trabajo extra. Esa fue la gran diferencia con respecto a los repliegues de antaño. Defender sin posibilidad de contraatacar es condena y los rojos interpretaron una fantástica primera parte. Después se impuso la lógica y todo cambió. La diferencia entre ambas escuadras es tan grande que valorar errores en la estrategia sería tremendamente injusto.
Después del descanso Mourinho tocó todo su ataque. Y fue letal. Modric y Kaka se repartieron con autoridad el centro del campo, Ozil comandó la sala de máquinas y Benzema se escoró. Los ataques blancos ganaron en riqueza y eficacia. Diagonales, ocupación de espacios, movilidad y llegadas en oleada terminaron por torpedear la estructura defensiva de los mallorquines. Los madrileños se convirtieron en un torbellino y el Mallorca en la víctima.
Ahora lo mejor es olvidar el partido del Bernabéu. Los futbolistas de Gregorio Manzano tendrán que encarar las diez últimas jornadas de liga jugando seis en Son Moix. Centrarse en el objetivo, asumiendo la importancia capital de los compromisos contra rivales directos, será vital.

16 marzo 2013

NI SIQUIERA LA ÉPICA ES SUFICIENTE



La épica, cuando toca medir fuerzas contra uno de los dos poderosos, tampoco garantiza el éxito. Ganar en el Santiago Bernabéu, contra cualquier once blanco, es tarea para héroes. Superar a magníficos jugadores, contar con gotas de fortuna y superar el arbitraje serán aspectos fundamentales. Pero aliarse con estas condiciones tampoco será suficiente. Además el Mallorca tendrá que ser tácticamente perfecto. No perder balones en zonas de riesgo, minimizar al máximo los espacios cuando se maniobra en ataque, pegar en estrategia y sacrificarse hasta el infinito, llenando el campo de ayudas defensivas, deberán ser conceptos grabados a fuego bajo la camiseta roja. Y sumándolo todo; tampoco está garantizado el éxito. El Real Madrid siempre puede sacar su dentellada y, con suma facilidad, marcar un par de goles cerrando un resultado medianamente abultado. En cualquier caso conviene no olvidar que es fútbol y, en fútbol, nada está cien por cien garantizado. En este deporte no hay campo inexpugnable ni rival imbatible.
Gregorio Manzano tendrá que buscar alternativas a las bajas del centro del campo. Los tres medios centros han otorgado seguridad, practicidad y hermetismo. La ausencia de Márquez y Martí condicionará una medular que tendrá nuevos inquilinos. Eso, o cambiar el sistema y acondicionarlo a las posibilidades existentes.
En cualquier caso conviene no otorgar el rango de vital a este enfrentamiento. Después habrá que afrontar las famosas diez últimas jornadas y, pase lo que pase en el Santiago Bernabéu, el Mallorca seguirá estando a tiro de piedra de su objetivo.

10 marzo 2013

EL PASO ES FIRME


El Mallorca sumó tres puntos y lanzó un mensaje directo al corazón de sus adversarios. En Son Moix cada minuto será intenso y con una idea de fútbol muy definida. El equipo jugó compacto, con pocas fisuras y además ya se ha subido al tren de la victoria.
Inicialmente Gregorio Manzano volvió a repartir el trabajo de la medular sobre tres medios centros. Martí, Tissone y Pina ocuparon la sala de máquinas roja mostrando instantes de mucha fortaleza. Alfaro se movió en una posición intermedia, quitando carnaza a su lateral, con Giovani con total libertad en fase ofensiva y Víctor un poco más escorado hacia la izquierda. Y funcionó a la perfección. Alejandro Alfaro se desfondó en defensa y firmó un excelente partido recibiendo el premio de dos goles.
Por su parte Unai Emery mezcló protección con alegría pero los jugadores sevillistas cayeron en el embudo rojo y no pudieron incordiar en exceso a Aouate.
Es necesario señalar que el número siete del Sevilla puede medirse, saliendo victorioso, a cualquier lateral del mundo. Navas es desequilibrio, pase y llegada. Escrutar el trabajo individual de Kevin, en base a su duelo, podría ser tremendamente injusto. Y pensar que Luna hubiera tenido más posibilidades de detener a un futbolista tan fantástico es casi cómico. La táctica puede servir para cubrir lagunas individuales y el Mallorca se apoyó en tal concepto. Las ayudas funcionaron y secaron una posición altamente combustible para los mallorquines. Medios centros y jugadores de banda se implicaron en tareas de recuperación, presión y basculación.
Sólo durante unos instantes el Mallorca tembló pasando por un momento delicado. Pero en ese instante llegó el segundo gol de Alfaro y el partido se cerró. Emery terminó rompiendo su eje, colocando una dupla en vanguardia y repuntando su juego exterior. Todo fue inútil. El Mallorca se apoyó en una buena colocación, con un buen trabajo físico, para sumar tres y seguir caminando hacia la permanencia.

09 marzo 2013

LA INERCIA DEL EMPUJÓN




El Sevilla será difícil de batir y complicado de neutralizar. Los andaluces cuentan con pegada, construcción y, sin embargo, son vulnerables. ¿Por qué?. Achacar puntos negros al dibujo táctico de Unai Emery sería injusto. En el eje aparecen dudas que el Mallorca tendrá la obligación de aprovechar. Botía no es hermético, Fazio sigue conduciendo en exceso y Fernando Navarro no se encuentra con clarividencia en la posición de central. Cicinho se preocupa de asistir pero se olvida, en algunas fases, de defender y vigilar su posición. Sin duda, es la línea de zagueros la más endeble de un conjunto que a medida que avanza mejora en prestaciones y posibilidades.
Kondogbia y Medel se reparten la zona ancha para que Rakitic pueda moverse con más libertad. El croata es dinámico, ágil e inteligente. Sabe meter, de manera casi intuitiva,  cambios de orientación que pueden dañar el marcaje zonal que tirará Manzano. Su posición, además de ser realmente peligrosa, oxigena a un demonio que suele reinar desde el costado derecho. Es Jesús Navas. Este número siete puede medirse, saliendo victorioso, con cualquier lateral zurdo del mundo. Escrutar, hasta el infinito, el flanco izquierdo mallorquín será tan injusto como inútil. Reforzar las ayudas defensivas, conseguir que reciba lejos de su perfil y temporizar todas sus acciones será casi una mera cuestión de pura supervivencia. Además las ayudas de los centrales estarán realmente condicionadas. Negredo amenazará en el eje y Manu del Moral o Reyes pueden dañar por el otro costado.
La realidad nos muestra un partido realmente complicado pero, a la vez,  posible. El Mallorca tendrá que aprovechar lagunas y castigar defectos. No hay margen. Son noventa minutos para conquistar tres puntos y seguir avanzando  hacia la salvación.

04 marzo 2013

EL MALLORCA ESTÁ VIVO


El Mallorca jugó con inteligencia, apoyado con cierta dosis de fortuna, para conseguir tres puntos que otorgarán confianza y seguridad. El fútbol volvió a cumplir con su ley inexorable; el gol manda. El equipo que perdona paga y al Granada volvió a testar la cruda realidad de encajar en la última jugada del partido. Esta vez a los mallorquines les salió cara. El juego fue menos vistoso, el repliegue volvió a tener instantes intensivos y la conservación del balón fue andaluza. Todo parecía indicar que el intercambio de golpes beneficiaría al Granada pero, en esta ocasión, no fue así. A cinco minutos del final Hemed mandó un balón al palo para conseguir un gol victorioso en la última jugada del encuentro.
El equipo andaluz entró jerárquico. Recio otorgó mesura, pase de seguridad en la medular y buena visión periférica. Nolito fue desequilibrio y cambio de ritmo en el perfil izquierdo. Buonanotte se vistió de pasador, desde cualquier zona del campo, buscando la zona de Pep Lluís Martí para así generar situaciones de igualdad numérica. Con todo la propuesta andaluza sobre el terreno de juego apareció un bastión, hercúleo y ganador, que se erigió en el centro del campo. Tomás Pina se convirtió en el jugador rojo del partido. Tuvo eficacia en ambas áreas, ocupó mucho campo, ayudó a ambos flancos a cerrar situaciones complicadas, recuperó muchos balones en la medular y salió con solvencia en fase ofensiva. Él fue vital para sumar tres puntos que abren la puerta de la esperanza.

03 marzo 2013

SIN SEMIFINAL NO HAY FINAL




Conviene no olvidar que para jugar una final es necesario ganar la semifinal. El margen ya no existe; se esfumó. El Mallorca jugará el encuentro en Los Carmenes con un único objetivo válido; la victoria. No hay más opción que ganar. El empate no es suficiente y arrastrar los tres puntos hacia el casillero es una pura cuestión de longevidad competitiva. En fútbol hay oportunidades que no pueden dejarse escapar; ésta es una de ellas. Vencer, será acercar numéricamente la salvación, aumentar los depósitos de confianza y lanzar un mensaje positivo a todo el entorno futbolístico.
Pero en este deporte todo es sencillo, de escribir, pero difícil de ejecutar. Reinar, con éxito, en Granada será tarea para domadores de leones. El equipo de preside Enrique Pina ha mejorado en todo. El cambio de entrenador y las nuevas incorporaciones han transformado a un equipo realmente difícil de superar.
El Mallorca tendrá que entrar al partido con intensidad pero sin precipitación. Los futbolistas de Gregorio Manzano deben cuidar cada minuto tal y como se merece. Meter más presión de la necesaria no hará más que bajar el rendimiento y consecuentemente afectará al resultado.  El Granada intentará hurgar en la ansiedad roja y evitarlo será un aspecto psicológico casi vital. En cualquier caso hay un precepto ineludible que no puede esconderse de ninguna manera posible. El Mallorca necesita ganar, sí o también.

01 marzo 2013

PIEDRA A PIEDRA




La competición avanza inexorablemente hacia su final y  los tres peores equipos del campeonato perderán la categoría de forma justa. No caben las excusas.  Arbitrajes, falta fortuna, errores ajenos y demás disculpas serán simplemente eso; burdas justificaciones.
En cualquier caso cabe recordar que en fútbol todo es posible. Hazañas más complicadas se han conseguido y mientras existan posibilidades de éxito hay obligación de exprimirlas. Pero para ello será necesario alimentar el aspecto psicológico de los futbolistas. El estado anímico no es bajo, es peor. Cualquier piedra en el camino parece un Everest casi insalvable y los jugadores están compitiendo demasiado atenazados. Reforzar comportamientos y huir del palo, no constructivo, será mucho más conveniente y positivo. Las metas deben ser muy cortas, extremadamente cortas. El Mallorca debe correr un kilómetro, sin mirar la distancia final, como si fuera el último. Superar cada pequeño problema debe ser más importante que pensar únicamente en el resultado. El equipo y todo el entorno son conscientes de la importancia, casi definitiva, de los próximos compromisos. A nadie se le escapa que se empieza a ganar o se acabó.  Así de claro y, a la vez, así de complicado. 
 El problema es que el marcador está condicionando tanto el rendimiento que, ahora mismo, es contraproducente meter más presión a una olla que está casi al límite. Ir minuto a minuto. Madurar los partidos y superar cada obstáculo desde el trabajo y la solidaridad pueden ser una buena estrategia de combate. Los partidos duran noventa minutos y, aunque resulta sencillo perderlos en un suspiro, es muy difícil ganarlos con miedo a perderlos.