30 diciembre 2012

FÚTBOL, EL ESTILO PERFECTO.


Mourinho lanzó un mensaje que no admite ningún tipo de discusión: "El equipo lo hace el entrenador". Faltaría más. Nadie puede discutir esta afirmación. Ahora bien, las decisiones están sujetas a valoración por parte de todos. Es ley de fútbol; aquí todo el mundo puede opinar y valorar. Este deporte es universal y nadie tiene en su poder la verdad absoluta.
Escuchamos análisis que se nos muestran como actos de fe. No entender, ni dominar, otros estilos no significa que el propio sea el correcto. Es usual escuchar que un equipo no emplea un sistema simétrico, el marcaje al hombre es del pasado, jugar con tres centrales es antiguo, los equipos crecen de atrás hacia delante, las líneas deben estar juntas, no por jugar con más delanteros se ataca mejor, etc ...
Y si el equipo en cuestión no juega como a uno le gusta, la afirmación es mucho más sencilla y, a la vez, lapidaría. "Este equipo no sabe a qué juega".
Hay muchas maneras de jugar bien al fútbol y todas válidas. Marcar al hombre, jugar con los centrales oportunos, replegarse o desplegarse hasta el lugar elegido, acumular efectivos por detrás de la línea de balón, atacar de manera obsesiva con la posesión, buscar el punto débil del rival y hacer sangre, etc ... y muchas más, son opción.

P.D. Me gusta respetar los diferentes estilos y, lógicamente, tengo mis preferencias pero menospreciar otras tendencias me parece tan injusto como limitado. 

23 diciembre 2012

VICTORIA BALSÁMICA





No había más espacio para la derrota y, por fin, se obtuvo la victoria. La figura del entrenador no es inquebrantable y, además, está sujeta a erosión. Entorno y, sobre todo, resultados estaban mellando a Joaquín Caparrós. El técnico de Utrera empezaba a estar contra la pared y era uno de los más necesitados de victoria. Y justo en el momento más crítico de todos ha llegado el dulce gusto de la victoria fuera de casa.
El Mallorca inició con Bigas y Nunes en el eje más la escolta de Kevin y y N’Sue. La medular quedó repartida entre tres futbolistas. Pina, Márquez y Martí debían apuntalar una medular que, en ocasiones, se sujetó y a ratos se perdió. Arizmendi, Giovani y Víctor quedaron como posibilidad de amenaza.
Por su parte Pepe Mel salió dispuesto a finiquitar el partido por la vía rápida. También tres por dentro. Rubén Pérez, Cañas y el omnipresente Beñat para nutrir de balones a Campbell, Castro y Molina. El Betis tuvo la fortuna de encontrarse con un gol inicial que lo espoleó hasta el infinito. Aquí el Mallorca no supo encontrar su espacio y la superioridad posicional sevillana decantó el partido. Los de Mel pudieron cerrar el encuentro pero no lo supieron hacer y terminaron pagando con derrota.
El Mallorca logró sumar tres puntos que deben acercarle a la tranquilidad de un trabajo más sosegado. Sólo se ha abierto brecha y ahora toca lo más difícil; tener continuidad.

22 diciembre 2012

NINGÚN PASO HACIA ATRÁS



Mejorar, avanzar y sacar un resultado positivo son obligación. En fútbol hay instantes de sí o no y para los mallorquines ya ha llegado este momento. La inmediatez del resultado se ha ganado a pulso, son dos puntos conquistados de treinta y tres jugados, y no queda alternativa posible. Toca mejorar para, esta vez, puntuar. 
En frente, un equipo que presenta una trayectoria fantástica y un estado anímico casi desbordante. El Betis va a la guerra con todo lo que tiene;  sin especulaciones. Los futbolistas andaluces meten garra, fuerza y raza combinándolo con una táctica alegre pero con gotas de precaución. Sus movimientos de presión son realmente exigentes. Es correr hacia delante para no tener que retroceder después.
En la medular dos jugadores trabajando a destajo para que un faro ilumine el centro del campo; Beñat. Él es la clave. Detenerlo debe convertirse en prioridad. Su talento, unido a una gran visión periférica, es capaz de romper cualquier línea de cobertura de primera división. 
Dos fórmulas para encontrar portería adversaria. Combinación, con trenzado de ataques más o menos elaborados, y contraataques realmente letales. Hasta cuatro futbolistas se suelen implicar en salidas verticales y efervescentes. Rubén Castro y Jorge Molina suman gol, Juan Carlos pase, Campbell potencia y Pozuelo podría representar la alternativa.
Habrá una batalla dura, cruenta e intimidatoria en la medular y el que gane, aquí, probablemente decantará el partido de su lado. Si el Mallorca recula, es temeroso en sus movimientos defensivos y juega conservador presentará candidatura a una derrota casi segura.

16 diciembre 2012

MUCHO TRABAJO PARA CAER




La insistencia roja tocó, no el infinito, pero sí una predisposición y unos ataques francamente mejorados. El análisis táctico debe efectuarse por encima del resultado ya que la mejoría no debe quedar oculta detrás de la derrota.
Inicialmente los dos se establecieron de manera muy diferente. El Athletic se organizó con el balón y el Mallorca desde el propio campo. Pero llegó el gol de Aduriz y todo cambió. 
Caparrós inició con Pina y Márquez, en la medular, para dejar las bandas bajo la tutela de Arizmendi y Giovani. Víctor tuvo que moverse entre la medular y la línea de vanguardia para que Hemed encontrara espacio para el lucimiento. Fue un buen partido del israelí al que sólo le faltó el gol. La primera parte fue claramente roja. Presión y recuperación en campo contrario con llegadas que, como mínimo, merecieron la eficacia del gol.  
Marcelo Bielsa metió hasta tres futbolistas, con la ayuda de Muniain y Susaeta, en tareas de presión en la medular. Centro del campo colapsado pero con talento para la construcción. De Marcos hizo kilómetros, Ander oxigenó y Mikel San José presentó el equilibrio convirtiéndose en el segundo mejor jugador de su equipo. Sólo Iraizoz fue mejor que él. 
 
Es obvio que el Mallorca mejoró cristalinamente su juego pero también fue preocupante su bajada en la intensidad final. El equipo de Joaquín Caparrós ya no puede relajarse ni por cansancio físico ni por desanimo mental. Simplemente no puede permitírselo. Aquí se debe trabajar más y mejor. Parece que el equipo ha tomado el camino correcto pero no hay que olvidar que el resultado terminó siendo el mismo; otra derrota.
 

15 diciembre 2012

UN PARTIDO MARCADO EN ROJO




El balón quema, las dudas aparecen en defensa y la sensación de vulnerabilidad es inmensa. Todo el entorno futbolístico es consciente de la importancia capital que ha alcanzado este encuentro. No se puede alargar más, ha llegado el momento de la victoria.
El fútbol suele ser caprichoso y ha querido que, justo en este instante, se produzca la mesura entre el estilo Caparrós y el método Bielsa.
El Athletic no es el equipo de la temporada pasada. La propuesta futbolística es la misma pero su ejecución es muy diferente. El manido problema Llorente sólo es la punta del iceberg; hay mucho más.
Los vizcaínos están eliminados de la Europa League, prematuramente han caído en Copa y de veintisiete partidos oficiales sólo han podido conseguir ocho victorias. Parece que todo les está restando. Pero su proposición hacia el juego no ha cambiado en exceso, sí su contenido. Los leones siguen intentando lanzar un juego arrogante lleno de conservación de balón. La idea se mantiene pero su capacidad defensiva se ha visto muy mermada. El marcaje mixto está siendo poroso y la capacidad de recuperación del balón, en campo contrario, se ha visto superada en demasiadas ocasiones. Y si el Athletic pierde intensidad defensiva pierde demasiado. Ahora llegan a Son Moix con la intención de buscar un resultado positivo que ayude a aliviar una temporada más discreta que exitosa.

Pero ver las carencias del rival no arregla el problema propio. El Mallorca todavía está más necesitado. Virtualmente  eliminado de la Copa, una afición que empieza a abandonar de manera preocupante el campo y su entorno institucional, más enrarecido que positivo, no ayudan a arreglar la crisis.
Metiendo todos estos condicionantes dentro del terreno de juego se hace casi imposible aventurar un pronóstico para este partido.  

12 diciembre 2012

OBJETIVO: JUGAR MEJOR DESDE YA


En medio de una crisis de resultados tan preocupante una duda puede asaltar todo el entorno futbolístico del Mallorca. ¿Interesa jugar la Copa? Rotundamente, sí. Perder siempre es negativo y este partido puede ser una buena oportunidad de mejora; no es un estorbo.
Ahora mismo el Mallorca manifiesta una escasez de juego tan elevada que marcar el objetivo de la victoria parece demasiado ambicioso. Conviene buscar metas más cortas que le conviertan de nuevo en un equipo competitivo.
Es necesario encarar el encuentro tal y como se merece. Para ello hay que empezar a mejorar dentro de la fase defensiva del juego. Defender mejor debe ser una consigna grabada a fuego bajo la piel de los futbolistas. Protegerse no significa acumular futbolistas por detrás de la línea de balón; es necesario dar un paso al frente.
Cuando un equipo encaja goles es tendencia habitual buscar errores en centrales y portero pero, muchas veces, es necesario ir un poco más allá.
Los medios centros deben ser más valientes en su posicionamiento y efectuar presión intensiva sobre el poseedor del balón, eso sí, sin recular tanto. Si el doble pivote se va demasiado atrás la condena volverá a ser cuestión de tiempo. Meter este concepto, de presión corriendo hacia delante dentro del repliegue, en la cabeza del futbolista es tarea imprescindible.
Una vez recuperada la fortaleza defensiva ya vendrá el resto. La confianza de sentirse más seguro atrás ayudará a atacar con una mayor alegría. 
El momento es más que delicado y buscar el resultado inmediato, sin aportar mejoras tácticas, puede llevar a la condena total.

10 diciembre 2012

ES LA HORA DE LA SENSATEZ


Con esta derrota el Mallorca ya está inmerso en una crisis, tanto de juego como de resultados, que necesita urgentemente un tratamiento adecuado. Pero en fútbol la precipitación casi siempre induce a error. Ahora es el momento de aplicar sabiduría, sensatez y mesura.
El primer mensaje debe ser de tranquilidad. Hay tiempo suficiente para cumplir con el objetivo. La Liga es una competición que mide, además de fuerza y talento, la inteligencia. Los futbolistas no deben sentirse ansiosos por encontrar la victoria, casi es mejor no pensar en ella.
El Mallorca manifiesta dificultades en su juego pero no termina de localizar su verdadera enfermedad. Para acercarse a la victoria es necesario jugar bien al fútbol y los rojos no lo están haciendo. No es un problema de actitud, ni tan siquiera de aptitud, es una simple cuestión de estrategia. Ha llegado el momento de ser consecuente y demostrar templanza. Pensar en el resultado como fin dificultará, todavía más, el correcto ensamblaje del juego.
El Mallorca siempre encaja gol por tanto es prioritario cerrar el grifo de la portería propia. Para ello es necesario tirar de toda la ayuda posible. Todo el equipo debe implicarse más en las tareas de recuperación. Tratar de buscar culpables sólo en las líneas de retaguardia no es la solución. Sincronizar la presión defensiva con un repliegue, no tan intensivo, puede ser una de las primeras medicinas que deba tomar este paciente. Defender sin fisuras y con la agresividad adecuada debe ser, desde ya, un mandamiento sagrado.
El Mallorca manifiesta verdaderas dificultades a la hora de trenzar sus ataques posicionales. De hecho se convierte, paradójicamente, en vulnerable cuando maniobra con el esférico. Aquí tiene dos posibles soluciones que deberá barajar. O mejora su salida limpia de balón, para intentar ser más imaginativo en sus ataques, o recrudece su estilo apostando mejor al fútbol directo. Pero lo que no puede, bajo ningún concepto, es seguir regalando espacios que sigan condenando al triángulo formado por centrales y portero.

09 diciembre 2012

MISMO ESTILO, DISTINTA EFICACIA




Los dos juegan a lo mismo pero el resultado está siendo muy diferente. El Levante ya está clasificado para la siguiente ronda de la Europa League y mira de cerca la zona noble de la clasificación. Los de Juan Ignacio Martínez sólo han sido capaces de sumar cuatro puntos de los últimos catorce pero se han ganado, gracias a su casta y orgullo, el respeto y la admiración de toda la liga.
En fútbol, como en otros apartados de la vida, dividir esfuerzos supone una mayor dificultad. El Levante ha tenido que medirse, en un enfrentamiento de alta exigencia, con el Hannover 96. Y, guste o no, la metralla de un partido siempre puede condicionar el rendimiento del próximo. Los levantinos tuvieron desgaste físico pero también recompensa emocional. Levantar dos goles de diferencia, en una competición europea, no está al alcance de cualquiera y los experimentados jugadores del Levante lo consiguieron. Por tanto es muy probablemente que el esfuerzo físico quede compensado con el empuje emocional de la remontada. 
Antes de que empiece a rodar el balón hay ciertos aspectos que puede darse por garantizados. El Levante es un conjunto curtido en mil batallas. Los zagueros conocen su oficio a la perfección y tirarán de experiencia para nivelar. Ballesteros y David Navarro, normalmente, ponen tiza en las inmediaciones de Munúa. Cierran espacios o los achican, sólo en contadas ocasiones, para fortalecer una línea difícil de superar.
Ya por delante Barkero será la clave en la transición hacia el ataque. Él ejerce la labor de pasador en toda su extensión. Es imposible minimizar su golpeo a balón parado pero sí en todo el juego de posición. Vigilar su ubicación y evitar ese primer pase certero ayudará a lentificar las salidas peligrosas de un equipo que interpreta fantásticamente bien el contraataque.
Pero para dominar este principio ofensivo es imprescindible arrojar velocidad y sorpresa. Ésta la podrá un pequeño, pero batallador delantero, que apenas alza 170 centímetros de altura. Obafemi Martins será una amenaza clara, directa e incisiva que tendrá que ser controlada y sujetada por los centrales rojos.

03 diciembre 2012

UN EMPATE INSUFICIENTE


El Mallorca, durante más de setenta minutos en superioridad numérica, no supo voltear un resultado que le instala, ahora sí, en una crisis realmente peligrosa. La primera división está en juego y clarificar el objetivo, por parte del Club y el cuerpo técnico, empieza a ser una obligación. En la élite no hay equipos ni malos ni tontos y los mallorquines empiezan a ser candidatos al descenso. Reconocerlo podría ser el mejor camino para empezar a encontrar soluciones al juego espeso y a los resultados negativos.
Joaquín Caparrós confió el partido a sus futbolistas de mayor rango. Nunes volvió al eje y Márquez a liderar la medular. Por banda jugaron Pereira y N’Sue dejando a Hemed más Víctor en línea de vanguardia. Pero no funcionó. El problema volvió a ser más de posicionamiento que de nombres. Y curiosamente el partido se pudo poner completamente de cara pero salió cruz. El fútbol tiene un punto imprevisible que lo hace realmente grande. Expulsión, penalti, error y gol del contrario todo en el margen de un instante. Pero ver sólo esto es anecdótico ya que el Mallorca no supo desenvolverse dentro de la conservación del balón con eficacia y solvencia.
Pero Caparrós no paró de hacer cambios ofensivos que terminaron por cambiar la tendencia del partido. Sin atacar de forma del todo correcta pero con mucho ímpetu y voluntad el Mallorca consiguió salvar un punto vital y justo. La derrota hubiera sido excesiva por los méritos de ambos contendientes.
A partir de ahora mejorar los ataques posicionales es una obligación ya que dejarlo todo para el contraataque o la estrategia es demasiado previsible. En estos momentos la tranquilidad debería apoderarse de la institución y todos los integrantes del Club deberían remar hacia el mismo sentido; la permanencia.

02 diciembre 2012

ZARAGOZA, EL PARTIDO




Hay lapsos durante la temporada que tienen una importancia casi capital. Y para el Mallorca ha llegado uno de estos momentos. Las dudas ya no se pueden calmar con palabras; es la hora de la victoria. Todo el entorno futbolístico que rodea al Mallorca empieza a tener importantes titubeos con respecto a las posibilidades del equipo. El lastre de las derrotas empieza a pesar y sumar los tres puntos es ya una auténtica necesidad.  
Pero para aumentar, al máximo, las posibilidades de victoria es imprescindible jugar lo mejor posible al fútbol. Y jugar bien no es una tarea tan sencilla.
En el marco táctico será importante no incidir en exceso en el repliegue demasiado intensivo. Éste limita la capacidad de salida de los jugadores de banda y el Mallorca termina perdiendo dinamita en sus salidas. Pero más importante que los ataques serán, como es lógico, los contraataques. La organización defensiva suele abrirse en las transiciones y aquí será necesario ser presto, diligente y eficaz.  
El Zaragoza, en Liga, o gana o pierde. No ha cosechado ningún empate y llegará a Son Moix después de perder contra el Barcelona y Celta de Vigo. Sólo cuenta con tres puntos de ventaja pero su sensación de inmediatez, por el resultado, es algo menor. Su amenaza en ataque es portuguesa y llevará el número nueve a la espalda. Hélder Postiga es el clásico delantero centro de buenos movimientos pero con irregularidad en su remate. Se mueve mucho mejor que finaliza. Esta temporada ha conseguido ver gol en seis ocasiones pero su eficacia sigue sin dar el rédito que su táctica merece. En el centro del campo habrá trabajo por doquier. Apoño y Movilla regalarán kilómetros a destajo para así intentar enrocar el partido. Bajo palos un excelente portero. Roberto es muy rápido corrigiendo su posición y, sin ningún tipo de dudas, se ha convertido en líder por detrás de sus centrales.  Fortaleza en los laterales, la irregularidad de Romaric y la presencia de Zuculini pueden ser otros aspectos a controlar. 
Pero el Mallorca debe empezar ...