19 diciembre 2016

HAN TOCADO FONDO



El partido tenía tintes de obligación máxima y ninguno de los contendientes se podía permitir el lujo de perder. Con los dos equipos hundidos en la clasificación y con el descenso apretando de verdad no quedaba margen para la especulación. Pero los mallorquines salieron a esperar el error del rival con una falta de intensidad en la recuperación alarmante. Fueron absorbidos y anulados por completo. 

Fue el segundo partido para Javier Olaizola y volvió a salir cruz. Segunda derrota, después de estrenar su cargo, que abre una cierta sensación de abismo. En esta ocasión el técnico vasco colocó a Lekic liderando el eje del ataque para así condicionar a los centrales y regalar balones a Brandon. No fue posible.

Las lagunas en la medular fueron, durante demasiados instantes, escandalosas. El equipo perdió el equilibro y se partió con demasiada facilidad. Lago Junior y Culio se descolgaron mientras que la dupla de ataque se desconectó. 

En el Numancia brillaban dos puntos débiles por encima de los demás. Un centro del campo transparente con poca energía de recuperación y un marcaje zonal estratégico lleno de dudas. En la zona más ancha del terreno de juego los mallorquines fueron con Juan Domínguez más Juan Rodríguez. Ni llegaron, ni organizaron ni fueron eficaces defendiendo. 

Arrasate protegió la espalda de su mejor aval y apostó a sus tres mejores números. Neutralizar el diez de Julio Álvarez era una cuestión de supervivencia competitiva. Evitar faltas cercanas o laterales y poner una vigilancia exhaustiva sobre la posición del número diez formaba parte del lógico plan de neutralización. No se consiguió. 

Las llegadas desde la derecha de Pablo Valcarce pusieron mala nota a un Oriol que ofreció regalos por su flanco. La dinámica de Manu del Moral siempre condiciona el juego de los centrales. Al no ser un nueve al uso era vital no perseguir y sí vigilar desde la posición. El siete fue  un mal sueño insoportable. 

La angustia de cuatro derrotas seguidas ha sido ganada a pulso por unos jugadores que están rindiendo por debajo de sus posibilidades. El Mallorca no pudo romper su racha negativa y sumó su cuarto debacle consecutivo. La cúpula del Club tiene que apostar con fiereza al mercado de invierno. Los rojos necesitan refuerzos para así poder apuntalar su juego. ¿Qué jugadores vendrán? 

12 diciembre 2016

TIEMPO Y CONFIANZA PARA OLAIZOLA


Javier Olaizola debutó ante un adversario peligroso pero con debilidades muy aprovechables. Tocó jugar contra posiblemente el equipo más anárquico de toda la Segunda División. Este hecho no garantizaba ni mucho menos un partido sencillo. No lo fue.
Aprovecharse del desgobierno del Almería se antojaba como la fórmula más deseable. Hubo, de forma previsible, ida y vuelta pero la victoria se le llevó el equipo con más pegada. 
El técnico vasco tomó sus primeras decisiones. Juntó a dos jugadores en línea de vanguardia para presentar mayor mordiente de presión y más posibilidades para Brandon. Tuvieron más opciones durante los primeros cuarenta y cinco primeros minutos después Dalmau se fue diluyendo. 
La velocidad de Lago Junior estuvo al servicio del ataque. Desde el ala derecha ocupó una demarcación bastante adelante y le buscó las cosquillas a Nano. Tuvo una acción francamente buena que debió terminar en gol. Por su parte Pol Roigé lo intentó, pero desesperó. 
Juan Domínguez evolucionó junto a Culio y, entre ambos, se abonaron al típico fútbol de ida y vuelta del contrario. Tuvieron algún problema de contención y el argentino terminó jugando como único sostén de la medular. 
La línea de cobertura mallorquina tenía que amortiguar la capacidad ofensiva de su rival. La zurda de Quique, unida a su velocidad en la fase terminal, debían poner nota a los centrales. Yuste y Raíllo tuvieron alguna dificultad, pero los goles no fueron imputables al eje de la defensa. 
Fernando Soriano lanzó todo su potencial ofensivo, pero también mostró sus carencias defensivas. Las vergüenzas quedaron, como siempre durante esta temporada, al descubierto en algunas de sus transiciones defensivas 
Aquí los rojos debían apostar a ruptura bajo la espalda de Nano y Ximo. Alargar el desorden de centrales y Diamanka hubiera dado más posibilidades en contraataque. Pero la segunda parte quedó demasiado huérfana de ocasiones y llegadas. 
La estrategia acercó una posibilidad de empate que finalmente no llegó. Javier Olaizola modificó el tipo de marcaje en estrategia, cambió el sistema durante el partido y acumuló muchos futbolistas por delante de la línea de balón. Cualquier entrenador que estrena cargo precisa tiempo y mucha confianza. El técnico vasco tiene por delante un reto tan apasionante como difícil. 

05 diciembre 2016

ABONADOS A LA MEDIOCRIDAD


Ambos equipos se presentaron al partido con trayectorias similares y un juego lleno de dudas en el rendimiento colectivo. Con la clasificación apretando y la obligación de sumar victoria no quedaba margen para la especulación. Los dos entrenadores necesitaban ganar para así reforzar su posición. El Mallorca tuvo peor lectura de partido, no puso en problemas a su rival y lo pagó con derrota. 
Fernando Vázquez optó por dejar a su jugador más veloz de suplente y después estuvo obligado a cambiar su decidión. Lekic fue titular e intentó condicionar el juego de los centrales pucelanos. Brandon, además de contribuir en el ataque, debía aprovechar las segundas jugadas que a veces otorga el delantero serbio. Lo hizo con buena movilidad y fue de lo poco salvable 
La decisión más sorprendente fue la de colocar a Juan Rodríguez bajo el flanco derecho y dejar a Lago Junior calentando el banquillo. Además, se desaprovechó la endeblez de Balbi defendiendo. 
Por su parte Paco Herrera no volvió a colocar su triángulo en el centro del campo. Allí Leao fue el designado para organizar el inicio del trenzado del juego de ataque. Él intentó masticar el primer pase para que José Arnáiz y Jordan pudieran tener productividad. Apareció un Yuste que hasta que jugó tuvo cierta solidez. 
Otro punto decisivo apuntaba a la estrategia. Durante esta temporada el cancerbero del Valladolid se ha mostrado muy permeable en faltas laterales y saques de esquina. Becerra volvió a ser titular y el Mallorca no pudo condicionar ninguna de sus debilidades. Las acciones a balón parado, tan determinantes en esta Segunda División, fueron absolutamente desaprovechadas por el conjunto mallorquín. 
Con Mata en el dique seco la amenaza se situó por el flanco derecho. Juan Villar evolucionó y creó. Ambos laterales rojos tuvieron problemas de contención, pero fueron como consecuencia del juego colectivo.
Con esta derrota Fernando Vázquez queda absolutamente tocado y su posición dentro del equipo en entredicho. La pitada final fue estruendosa, hubo gritos contra la continuidad del entrenador y también dirigidos al palco de Son Moix. No queda más remedio que tomar decisiones inmediatas. 

28 noviembre 2016

VENCIDOS POR ESPERAR EN EXCESO


El Mallorca, durante muchos minutos del partido, tuvo ocasiones para tomar la sartén por el mango y apostar a ganador. No lo hizo. Especuló y terminó pagando peaje con una derrota que escuece de verdad. Fue una primera parte muy difícil de masticar para el espectador. Ningún tiro entre los tres palos y fútbol para el olvido.
Fernando Vázquez optó por situarse bajo la tutela de 1-4-4-2. Brandon y Lago Junior se colocaron en liza de ataque pero moviéndose más en apoyo que en ruptura. Curiosamente la mayor fortaleza del rival también podía transformarse en su peor debilidad.
Lo mejor del Elche estaba por fuera y con llegadas interiores sorpresivas. Hervías, por la izquierda, y Pedro, por la derecha, tenían que examinar a la pareja de laterales rojos. Company evolucionó por la izquierda y marcó territorio desde el minuto cero. Lo hizo de forma correcta hasta el minuto sesenta y a partir de aquí tuvo tres deslices poco afortunados.
Pleguezuelo tuvo que sujetar las diagonales de un número diecisiete que estuvo tan opaco como desasistido. Terminó expulsado en una entrada para olvidar. 
En el partido estaba anunciada una posesión del balón para el adversario. Y así fue. El Mallorca esperó, pero lo hizo hasta el desespero. Solo se movió realmente a ganador cuando ya fue por detrás en el marcador. 
La falta de velocidad de Edu Albacar unido a la escasez de finura de Armando debían ser material sensible aprovechable. Lago Junior, con su velocidad, debía dañar y sembrar amenaza sobre la línea de retaguardia del rival. Pero poco a poco y debido también a las circunstancias del juego se fue apagando y terminó inexplicablemente sustituido.
El centro del campo mallorquín tuvo un papel de contención exagerado. Juan Domínguez se aletargó por delante de los centrales y tuvo un papel demasiado discreto en el trenzado del juego. Lo mismo ocurrió con un Culio más pendiente de defender que de llegar. 
El Mallorca mostró una falta de ambición que después no pudo modificar. Las ocasiones de Lekic. Brandon y Company tuvieron su respuesta por parte del rival. Guillermo, Pedro y el penalti errado no deben caer en el olvido. Recordar solo las llegadas propias no respondería a lo ocurrido en el terrero de juego. Al final fue una derrota que escuece porque sigue dejando al Mallorca sin opción a la ilusión. 

20 noviembre 2016

UNA SEGUNDA PARTE FRENÉTICA


Después de mucho tiempo de espera era el momento para ofrecer a la afición la posibilidad de ilusionarse. Solo fue empate y gracias a una segunda parte tan frenética como divertida. Fue un partido con mucha alternativa en el que pudo ocurrir cualquier cosa. El adversario, que llevaba sumados la friolera de quince puntos de los últimos dieciocho posibles, puso galones y ofreció mucha resistencia. 
Dos errores demasiado groseros fueron un regalo imposible de desaprovechar por un contrario que estuvo letal. Regalar un saque de banda en finalización y dejar de ser contundente ante una progresión del joven Pozo se convirtió en una condena que parecía definitiva. 
Inicialmente Fernando Vázquez optó por la velocidad Lago Junior y el pase de Moutinho sobre los flancos. Brandon se movió como referencia y se desgastó con diferente fortuna. 
Juan Domínguez lideró la salida de balón contando con la ayuda de Culio y Juan Rodríguez. Éste último estuvo bastante descentrado y fue, con muy buen criterio, sustituido. 
Es necesario mencionar a una pareja que ha conseguido, durante este primer tercio de campeonato, dominar el fútbol defensivo sobre la última línea. Esta vez la pareja que forman Yuste y Raíllo no otorgó la seguridad de otros encuentros y tuvo más porosidad de la deseable.  
Los cambios del Mallorca surtieron el efecto deseado. Salomao puso balones con peligro y Lekic condicionó a los centrales obligándoles a fijar en exceso su posición. 
El Sevilla Atlético se presentó con las bajas de Carrillo y Curro pero con la recuperación de Diego y Bernardo. Menos desparpajo en ataque pero con más seguridad en retaguardia. Diego Martínez tiró de prudencia. Juntó a Fede con Yan sobre su medular poniendo así más fortaleza pero sin renunciar a la imaginación.
Las diagonales de Ivi manejando su pierna derecha, desde el ala izquierda, fueron una tortura muy difícil de suturar. Después de delantero también sembró amenaza y desasosiego. 
La segunda parte fue de un ida y vuelta absolutamente maravilloso para el espectador. Fue divertido y cualquier resultado se pudo dar. Al final el empate debe considerarse justo ya que la derrota hubiera sido un castigo excesivo para ambos equipos. 

12 noviembre 2016

EL MALLORCA SE APOYA EN BRANDON

 
No había mejor momento para visitar el Nuevo Arcángel. Un rival con dudas y lleno de bajas importantes en la línea de cobertura debían ser un buen acicate para apostar a ganador.  Y esta vez el Mallorca no falló. Hubo muchos matices, pero no falló. Desperdició una primera en la que se dedicó a especular. Esperó tanto que desesperó. El contrario increíblemente pareció de superior categoría y solo la fortuna impidió que el Mallorca se fuera al descanso con un resultado adverso.  
Pero tras el descanso se dominó el área ajena para conseguir una victoria que debe servir para mejorar. Brandon impuso su ley. Destiló un pase al espacio que Moutinho aprovechó y estuvo intuitivo en el segundo gol. 
En fútbol no hay que tener piedad del rival.  Con las bajas de Deivid y Héctor Rodas en el eje de la defensa parecía evidente que torpedear a los centrales adversarios debía formar parte del plan estratégico rojo. Fernando Vázquez básicamente contaba con dos posibilidades de ataque.
Intimidar con la corpulencia de Lekic o amenazar con la velocidad de Lago Junior. No hizo ni lo uno ni lo otro. Dejó a Brandon como un islote y desplazó a Moutinho a la banda. Resistió y en la segunda parte dio la puntilla y se llevó los tres puntos. 
José Luis Oltra ha perdido a jugadores del talento de Fidel, Florín Andone y Xisco Jiménez. Ahora su esquema es mucho más vertical y la paciencia en el trenzado de jugadas cuenta con muchos más problemas dificultad. Pero esta dificultad añadida no condicionó su planteamiento. Fue valiente y mereció mejor fortuna. Se llevó un castigo excesivo aunque también es justo reconocer que perdió el control del partido cuando encajó el primer gol. 
Más peligroso que Rodri eran la apariciones de Juli o Guille Donoso desde la segunda línea. Sujetar su dinámica en contraataque era cuestión de supervivencia táctica. Hubo más problemas de los deseados aunque el gol en contra nunca llegó. 
Brandon se merece una mención especial. Su talento fue el pilar de una victoria que tiene que servir para mejorar muchas cosas. El Mallorca sumó tres puntos que deben servir para apuntalar muchos aspectos de su juego.
 

06 noviembre 2016

INTERCAMBIO DE GOLPES


Durante una temporada hay partidos que marcan tendencia clasificatoria. Éste era uno de ellos. Lanzar un mensaje positivo sumando siete puntos de los últimos nueve disputados se antojaba como casi una obligación. El problema era del siempre. Un adversario y además con pedigrí.
La historia del Real Zaragoza siempre obliga y la dificultad evidentemente aumenta. Solo pudo ser un empate y además debe considerarse un resultado absolutamente justo. Hubo un intercambio de golpes, con bastante ritmo, pero lleno de pérdidas y con mucho juego deslavazado. 
Fernando Vázquez comentó en rueda de prensa que tendría delante un equipo en situación de espera. Efectivamente esa fue la primera decisión de Raúl Agné como entrenador. En La Romareda, contra el Almería, buscó el error del rival y en Son Moix hizo, con matices, exactamente lo mismo.  
El Zaragoza asumió la baja de Lanzarote. Es decir, perdió su ventaja en toda acción estratégica. Dibujó un 1-4-4-2 adelantando bastante su presión y juntándose para hacerse mucho más hermético. Zapater ejerció de pulmón mientras que Javi Ros intentó lanzar su intermitente juego desde la medular. En el centro del campo aparecieron los tres "Juanes" pero con más impresiones que solvencia.
Entre los dos equipos, durante los primeros cuarenta y cinco minutos, se perdieron casi sesenta balones. Las dos defensas adelantadas y la fuerte presión de ambos contendientes convirtieron el centro del campo en territorio minado. 
Los mallorquines tuvieron que asumir los galones de la creación. Para ello era necesario circular rápido, tener la movilidad adecuada y progresar de forma correcta con cierta dosis de paciencia. Pero las imprecisiones se apoderaron del juego de ambos contendientes.  
El Mallorca fue por detrás en el marcador en dos ocasiones y, al menos y con justicia, consiguió igualar la contienda. La sustitución de Lago Junior fue muy protestada por el público. De todas las combinaciones posibles el elegido fue incomprensiblemente el número diecisiete. Lekic saltó al terreno de juego y, haciendo unos buenos minutos, consiguió un gol que significó salvar un punto que parecía perdido. 

31 octubre 2016

EL ERROR DE CÁLCULO DE FERNANDO VÁZQUEZ



A pocos entrenadores les gusta jugar contra el colista en feudo contrario. En este caso el rival era más de lo que decía la clasificación. Equipos de fuste de la Segunda División, como Levante o Lugo, no fueron capaces de llevarse los tres puntos del Nou Estadi de Tarragona. El Mallorca no certificó lo que otros tampoco pudieron conseguir. Fue empate y, además, conseguido con muchas decisiones tan controvertidas como dignas de análisis. 
Fernando Vázquez otorgó confianza bajo palos a Santamaría colocándole, a ratos, una línea de cuatro zagueros. El cancerbero no tuvo su día pudiendo hacer algo más en los dos goles encajados. Yuste tuvo más problemas de los deseados y cometió una falta evitable que supuso el primer gol del partido. En el centro del campo no hubo galones de control de juego. Se tuvo una posesión no eficaz y se llegó más por inercia que por juego real. 
Inicialmente se alimentó la línea de vanguardia con la velocidad de Lago Junior. Pero al poco tiempo Brandon fue por el ala izquierda y Óscar Díaz se movió de ariete. Tres llegadas siendo la de Lago merecedora de gol fueron el aval rojo durante la primera mitad.
Vázquez tomó demasiadas decisiones más pendiente del resultado que el juego. Su resolución más valiente fue la de colocarse bajo la tutela de dos delanteros asistidos por dos extremos. Después empató y reculó para protegerse con tres centrales. Solo la amenaza de la derrota inminente le hizo moverse a ganador. El mensaje lanzado hacia sus futbolistas fue de conservación y conformismo. La mediocridad nunca puede venderse como virtud. 
Tampoco conviene olvidar que el rival, además de atormentado por los resultados, contaba con bajas de tronío y tenía los depósitos llenos de desconfianza. Vicente Moreno tenía poco margen de maniobra y metió a su jugador más técnico más cerca del juego de elaboración que de la finalización. Sergio Tejera intentó trenzar y distribuir desde la medular mientras que Juan Muñiz tuvo la posibilidad de moverse con más libertad. Moreno sí que tomó decisiones a ganador durante todo el encuentro cosa que solo hizo el Mallorca mientras fue perdiendo. 

24 octubre 2016

LA CINTURA TÁCTICA FUNCIONÓ


El Mallorca consiguió tres puntos tan trabajados como justos y deben servir para impulsar el juego mallorquín. Se debía plantear un partido desde la superioridad pero con la atención que todo rival de la Segunda División se merece. Este Alcorcón es el más débil de los últimos años y solo dos amenazas podían perturbar el juego rojo.

Las incorporaciones de tercera línea de Bellvís fueron una preocupación menos debido a su lesión. La dinámica de Oscar Plano, durante la primera parte, fue para un Campabadal que consiguió neutralizar y ganar la posición. 

Fernando Vázquez se atrevió y colocó a Lago Junior con Brandon en liza de ataque. Velocidad y astucia para derribar el muro de los centrales amarillos. Los espacios fueron mínimos y la aceleración del número diecisiete fue la mejor amenaza roja.

Los primeros cuarenta y cinco minutos estuvieron marcados por el desperdicio del penalti y los nervios de un Culio que se jugó la expulsión. El argentino, después de fallar la pena máxima, se descentró. Hizo conducciones en exceso y se jugó la segunda tarjeta amarilla

Julio Velázquez, en su primer partido como visitante, retrasó la línea de presión y se metió con la espalda cerca de la propia portería. Así buscó la protección de sus centrales y escondió su falta de creatividad en el centro del campo. 

Pero durante el segundo periodo no pararon de ocurrir cosas. Cambios de sistema con modificaciones en la ocupación del campo por parte de los dos contendientes. El Mallorca desplazó a Lago Junior y Brandon a los flancos y fijó a Lekic sobre los centrales contrarios. Se mejoró y se recuperó el control del partido. 

El Alcorcón juntó a sus dos mejores futbolistas en línea de vanguardia pero, con otros cambios, se movió para empatar y terminó perdiendo con absoluta justicia

David Rodríguez es delantero que domina los códigos de la categoría y los centrales debían dar cuenta de su juego. DR7 jugó al límite del fuera de juego y todos sus movimientos, en ruptura o apoyo, siempre buscaron el gol. Ansotegi y Yuste lo minimizaron al máximo y solo apareció con un remate de cabeza. 

Fue una victoria justa que tuvo su punto de inflexión con un cambio de sistema que devolvió el control del partido y dio tres puntos más que necesarios. 

16 octubre 2016

LA ESTRATEGIA FUE UNA CONDENA


Había muchos aspectos para neutralizar y todos de una importancia táctica relevante. Jugar contra el mejor equipo de la Segunda División obligada a plantear un buen partido y a jugarlo todavía mejor. El Mallorca estuvo dubitativo en algunos de sus movimientos y lo pagó con derrota. 

Tener una concentración inadecuada en la estrategia fue un error que se saldó con sangre. Los dos goles, además de algún remate más, son un ejemplo a eliminar urgentemente. 

Fernando Vázquez jugó con tres medios por dentro y, a ratos, consiguió enrocar el encuentro. Pero sus decisiones fueron a remolque. Mientras el Levante cambió, a ofensivo, para ganar el Mallorca solo lo hizo para empatar. El intento de cambio de tendencia llegó demasiado tarde. 

La velocidad de Lago Junior podía ser una de las claves del partido. La jerarquía de Chema y Postigo se ha visto, en estos primeros partidos de Liga, con alguna laguna aprovechable. Lago podía condicionar con su rapidez mientras que Brandon debía aprovecharse de los espacios creados. Pero jugó más en banda y con demasiados balones al pie y no al espacio

El Levante no es un equipo de largas posesiones pero sí un conjunto muy aplicado en todas sus directrices. Juan Ramón López Muñiz cambió solo con matices su apuesta. Generó fútbol con llegadas en velocidad desde diferentes posiciones y se aplicó en estrategia. 

La capacidad de Morales, tanto por derecha como por izquierda, fue una amenaza casi imposible de sujetar. Aquí debía aparecer el flanco mallorquín y Company no pudo frenarlo. Además careció de las ayudas suficientes para neutralizar y amortiguar una posición que fue inflamable

Roger es un delantero que no rehuye el cuerpo a cuerpo pero además es muy peligroso al espacio y funciona bastante bien en el juego aéreo. Los centrales rojos tenían ante sí una prueba de fuego. ¿Podrían neutralizar a un delantero de estas características tan marcadas? Lo hicieron y además consiguieron minimizarlo al máximo

El Mallorca debe reflexionar sobre su marcaje zonal en córner y su atención en estrategia. Recibió remates y además volvió a encajar. El error no está en el tipo de marcaje y sí en su desarrollo. Más activación, con la correspondiente agresividad, se antojan como imprescindibles 

13 octubre 2016

NO HABRÁ MÁS COPA


El Mallorca tuvo que afrontar una eliminatoria que se preveía muy incómoda. Los resultados del rival en Liga, solo una derrota en los últimos ocho partidos, unido a los guarismos ajustados en la competición de Copa antojaban un encuentro de mucho trabajo. 

Fernando Vázquez distribuyó caramelos entre sus jugadores. Volvió a dar oportunidad a algunos futbolistas que pudieron disputar minutos en plena competición. Estos partidos de Copa, que sirven para repartir minutos entre los jugadores menos asiduos, ayudan a obtener muchas respuestas de capacidad y estado de forma. 

Jugadores como Pleguezuelo, Pol Roigé, Salomao y Damià empezaron de inicio y les costó coger las riendas del partido. Moutinho empezó por dentro y continuó con más acierto por el flanco derecho. El Mallorca encajó gol en una segunda jugada , mal defendida, de estrategia y a partir de aquí empezó a mejorar. 

Digna de destacar la primera parte de Company. Se tomó el partido como un examen personal y lo aprobó con solvencia. Puso garra, tenacidad y profundidad. Durante el segundo periodo estuvo más conservador para terminar jugando de central en línea de tres. 

El Mallorca, después de los cambios tácticos producidos durante el último partido de Liga, tenía que seguir dando buenas respuestas de rendimiento. Tuvo que asumir el rol de equipo protagonista con el balón contra un rival que metió trivote en la medular

José María Salmerón no incluyó, ni tan siquiera en su convocatoria, a jugadores básicos. Los Natalio, Jona, Tito, Albizua o Juande no cogieron el avión para desplazarse a Palma.

UCAM Murcia volvió a tirar de prudencia defensiva. Repliegue intensivo, cerrando todos los espacios posibles cerca del área propia, para intentar sorprender con posibilidad de contraataque. Y lo hizo francamente bien. Sus salidas fueron con criterio y ajustadas a su juego. 

La segunda parte estuvo marcada por dos auténticos golazos. Uno para cada equipo. En un partido de Liga el empate hubiera sido el resultado más justo aunque es de justicia reconocer que todas las directrices del entrenador de UCAM Murcia fueron muy acertadas. Al final el Mallorca volvió a ceder y cae nuevamente eliminado en su competición fetiche. 
 

10 octubre 2016

UN ROMBO DE MEDIA HORA


Ante un rival limitado y con bajas de calado la opción del fallo no estaba permita. Esta vez el Mallorca no podía esgrimir el bulto. Era ganar o ganar. Se consiguió gracias a un inicio de torbellino y lleno de cambios tácticos. 

Fernando Vázquez tomó muchas decisiones y algunas fueron realmente acertadas. Ansotegi fue el acompañante de Yuste en el eje de la defensa. Ambos debían dar cuenta de Borja Lázaro. Un delantero posicional con dominio del juego de espaldas a portería y buen desmarque sobre el primer palo. Los centrales rojos absorbieron la posición para resultar vencedores con absoluta claridad

En el centro del campo, durante la primera media hora, apareció un rombo que desquició a los pupilos de Anquela. El Mallorca se puso con Oscar Díaz en la media punta estando escoltado por Culio y Rodríguez. Los tres se juntaron con Domínguez y destruyeron el sistema defensivo del rival. La velocidad de Lago Junior y la eficacia de Brandon fueron un veneno letal. Llegaron dos goles y se selló el partido. 

La Sociedad Deportiva Huesca se presentó al partido con lo justo. Bajas en todas sus líneas y algunas verdaderamente importantes. Pero Juan Antonio Anquela, en este inicio de competición, ha sabido detectar las limitaciones propias y las ha minimizado al máximo. La falta de solvencia sobre su salida de balón y la carencia de gol de sus delanteros las salvó con variantes. Juego más directo y llegadas con crédito desde la segunda línea fueron recetas que no pudo utilizar. El resultado inicial marcó la tendencia de partido y el devenir del encuentro. 

Después de la lesión de Juan Rodríguez todo volvió a cambiar. El Mallorca volvió a los tres por dentro desplazando a Lago Junior y Brandon a los flancos. Se perdió profundidad y amenaza en ataque pero se ganó en contención sobre una figura clave. 

Las apariciones de Samu Sainz, desde su posición de privilegio, dejaron de ser un problema. Los mallorquines tuvieron algún inconveniente sobre el número catorce que terminó con el  trivote en la medular. 

La victoria del Mallorca debe servir para abastecer de autoestima tanto al entrenador como a sus futbolistas. Fernando Vázquez demostró cintura táctica y los tres puntos deben considerarse como absolutamente justos. 

02 octubre 2016

LASTRADOS POR LOS FALLOS


El Mallorca empezó jugando su partido con personalidad y solvencia. Ante presión alta de contrario hubo intento de juego trenzado. Se llegó y se generaron algunas ocasiones de gol. Pero poco a poco los errores defensivos terminaron por lastrar y conquistar otra derrota. Demasiadas fisuras ayudaron al contrario a creerse superior y crecer hasta voltear el partido. Los mallorquines perdieron el fútbol en las dos áreas 

Fernando Vázquez, después de haber entrenado un sistema de tres centrales, se decantó por la línea de cuatro zaguerosCabrero tuvo que colocarse bajo palos. Le tocó sacar hasta tres veces el esférico del interior de la portería. Pero es justo reconocer que los errores fueron más del colectivo que de carácter individual.

Juan Domínguez se prestó a la iniciación y, en ciertas fases del encuentro, lo consiguió. Por delante Damià estuvo abnegado pero vetusto en su trabajo y Culio ayudó en su trabajo en la medular.  

Jugar contra un adversario que no conoce el olor de la derrota tiene un punto extra de dificultad. La confianza rebosa en todos los futbolistas y las directrices del entrenador son ley. Luis César Sampedro planteó el partido con un esquema ya visto. Metió su dupla de creación para absorber el esférico y el control del partido. Carlos Pita ordenó y dirigió pero no dominó de forma clara la zona más ancha del terreno de juego. 

El trabajo por fuera no debía ser baladí. Allí el rival metió los pases con rosca de Iriome y el buen hacer de Pedraza. Los mallorquines contestaron con la velocidad de Lago Junior y la intermitencia de Moutinho. Lago fue posiblemente el mejor futbolista rojo. Fue dinámico y tuvo llegadas. Pero su falta de clarividencia delante de José Juan fue una condena. 

El Mallorca incidió en encontrar espacios por delante, también por detrás, del doble pivote contrario. Allí había más  posibilidades de ganar el partido. Los encontró y volvió a llegar con cierta sensación de peligro. Pero la esterilidad de cara a portería contraria ya no es una casualidad. Es una tendencia absoluta que debe atajarse ya que también empieza a contaminar el juego defensivo. 

26 septiembre 2016

LA SUPERIORIDAD DEBE DEMOSTRARSE



Ganar un partido de Segunda División nunca es sencillo y siempre toca superar a un adversario con un buen plan estratégico. UCAM Murcia se presentó a Son Moix con la vitola de recién ascendido pero con el bagaje de una derrota en sus primeros seis partidos de competición. 

Por su parte el Mallorca necesitaba cerrar la semana con siete puntos. Para ganar el botín en disputa había que salvar la organización de un equipo con pocas fisuras defensivas. No se consiguió y el resultado es insuficiente. 

El Mallorca contaba con una mayor capacidad técnica que su rival. Pero la diferencia había que demostrarla en el juego. En esta Segunda División el orden con trabajo iguala las fuerzas de toda los contendientes. Y preciosamente esta fue la apuesta de José María Salmerón. Repliegue muy intensivo con basculaciones para ahogar y presión sobre la zona activa de balón.

Ambos entrenadores tuvieron que salvar lesiones y adaptarse a las circunstancias. Fernando Vázquez no pudo contar con Juan Rodríguez y optó por colocar a Damià. En el centro del campo, sobre todo en la primera parte, se abusó de la conducción y se lentificó en exceso todo el juego de ataque. 

La batalla por la conservación del balón fue absolutamente ficticia. El rival no quería su disputa y simplemente esperó. Salmerón sin la referencia de Jona y se adaptó como buenamente pudo. La referencia posicional de Juanma no supuso absolutamente ninguna intimidación. 

Las decisiones de la segunda parte abrieron mucho más el partido. Vazquez acercó a Culio a la línea de vanguardia para después retrasarlo. El adversario refrescó su posibilidad de contraataque y se atrevió a tener, en ciertos instantes, el control del partido mediante la conservación del balón.

Hubo ocasiones por doquier. Los dos equipos hubieran podido marcar pero las posibilidades de gol más claras fueron para los visitantes. Algunos errores de difícil explicación. Es fútbol y finalmente hubo un punto para cada equipo. Premio insuficiente para los rojos que tienen que seguir mejorando y pensar en recuperar aquel juego de las primeras jornadas. Peligrosamente se está entrando en una regresión que debe tenerse muy presente y analizarse internamente. 

23 septiembre 2016

UN PASO HACIA ATRÁS


Ambos equipos se presentaron al partido con buenas sensaciones de juego. El Mallorca, después de minimizar al Girona de forma categórica, saltó al Heliodoro Rodríguez López con los hangares llenos de  confianza. Un Tenerife pletórico después de una racha de dos victorias consecutivas en Liga. ante Valladolid y Almería, parecía muy seguro de sus posibilidades.

El inicio del partido fue toda una declaración de intenciones. Los rojos decidieron desconectar y jugar a la expectativa. Fue un error absoluto y mayúsculo. El adversario fue mejor y merecedor de una victoria que debió ser clara. Solo la fortuna salvó un punto que fue inmerecido por el juego desarrollado. 

Fernando Vázquez volvió a depositar fútbol sobre su columna vertebral. Pero esta vez el examen fue de más difícil pronóstico. Domínguez bajo la tutela del primer pase, con la colaboración siempre de Culio y Rodríguez, chocó contra la telaraña tejida por su rival. 

Pep Lluis Martí metió a sus tres futbolistas por dentro para disputar. Hasta seis jugadores se juntaron en la zona de elaboración. Crosas cubrió espaldas y Vitolo con Aitor Sanz trabajaron a destajo para destruir la amenaza roja en la medular. Fue un éxito canario. Los mallorquines no tuvieron opción de liderar el centro del campo. La primera parte fue un monólogo del adversario. Ganaron todas las facetas del juego y solo la fortuna quiso que se llegara al descanso con empate en el marcador. 

Los tres puntos más fuertes a neutralizar tampoco se secaron. El descaro de Amath, la intuición de Lozano y la inteligencia de Suso tuvieron su opción de gol. El partido se convirtió en una agonía absoluta. 

Todas las directrices de ambos entrenadores fueron antagónicas. Pep Lluis Martí tomó decisiones a ganador mientras que Fernando Vázquez lo hizo para empatar. Así y todo el fútbol es tan imprevisible que Brandon pudo conseguir un gol que hubiera dado una victoria que no hubiera sido justa. 

19 septiembre 2016

EJE DEFENSIVO SIN FISURAS

Los dos equipos con más capacidad de generar tiros a portería midieron fuerzas en un partido con cierta alternativa. Parecía obvio que el Mallorca tenía que aprovechar los flancos, después de recuperar sobre la segunda línea de elaboración, del equipo catalán.

Encontrar el equilibrio entre atacar y contraatacar.  Y así lo hizo.  Fernando Vázquez volvió a confiar en masticar la posesión para así generar llegadas que le acercasen al gol. Domínguez, Rodríguez y Culio volvieron a liderar en el eje. La batalla por el centro del campo estaba servida y anunciada. El Mallorca de la primera parte la ganó. 

Pablo Machín buscó algo más de protección en su medular. Pere Pons intentó equilibrar y Borja García con Eloi Amagat perdieron con claridad el control del partido. El Girona puso a sus tres centrales fijos con dos jugadores en banda de largo recorrido. Cifu dispuesto a dinamitar el flanco derecho era una de las amenaza a secar. Oriol trabajó de forma adecuada anulando a su par. 

Aday evolucionó por la izquierda. Sus diagonales, o recortes para buscar pase, estaban anunciados. Campabadal tuvo que secar a uno de los futbolistas más peligrosos del equipo rival. Sus pases desde la banda debían secarse. Se anularon y el número once terminó sustituido por lesión. 

Es justo mencionar el trabajo de los dos centrales rojos. Raillo y Yuste forman una pareja de máximo nivel para esta Segunda División. Su capacidad para empequeñecer a los delanteros contrarios es digna de elogio. 

La estrategia también debía pasar su examen particular. Generar a  través del balón parado no es tarea sencilla. Siempre hay un contrario que intenta neutralizar y al que hay que intentar sorprender. El Mallorca tuvo eficacia gracias a un rebote y así consiguió el gol que dio la victoria. 

Durante la segunda parte se retrocedió algo en la propuesta decidiendo amenazar más sobre el contraataque. Culio brilló por encima de todos. Sus ayudas, además de sus salidas con el balón, fueron ejemplares.

Por su parte Brandon trabajó de forma oscura pero muy necesaria. Sus desmarques de apoyo oxigenaron y ofrecieron dificultad para los centrales contrarios. Al final se consiguió una victoria tan justa como trabajada. 

12 septiembre 2016

DESESPERANTE CONDENA



El Mallorca tuvo delante un equipo inflamado, por circunstancias de vestuario, y no supo aprovecharlo.  Incidir en la crisis del rival y hacerles dudar, creando desconexión con la afición, parecía el plan adecuado. Aun así había importantes inconvenientes a salvar. Estaba anunciado un Rayo Vallecano intenso desde el minuto cero. Y aquí los mallorquines debían parar la embestida inicial. Lo hicieron y consiguieron tener más control que su rival.
Fernando Vázquez pudo colocar su garantía de juego para la posesión. Los tres "Juanes" volvieron a apoderarse del centro del campo y las ocasiones llegaron. Domínguez, Rodríguez y Culio trenzaron pero los rojos no consiguieron marcar de ninguna manera. Incluso se desaprovecharon obsequios groseros que el rival regaló de forma incomprensible.
Campabadal asumió el juego de Ebert mientras que Oriol sufrió las diagonales del zurdo Aguirre. Aquí apareció cierta fragilidad y alguna posibilidad para el rival que hubiera podido terminar en gol.
Por su parte Sandoval tomó decisiones arriesgadas. Dejó fuera de la convocatoria a jugadores como Nacho, Embarba, Beltrán o Piti y blindó el eje de su defensa con lo esperado. Puso a Trashorras con Zuculini para taponar y, a la vez, lanzar pases desde la medular.  Y el número diez rayista fue, sin ningún tipo de duda, el jugador más eficiente de todos los que jugaron. Metió el pase de gol y zanjó el encuentro. 
El ataque rojo debía pasar la reválida del gol. La baja definitiva de Colunga y la temporal de Lekic reducía, aún más, las posibilidades tácticas en la finalización. Y el Mallorca ha acentuado claramente su problema. Tantos minutos con sequía ya no son imputables a la fortuna y sí, quizás, al talento en la definición. Además existe el peligro de que esta falta de gol contagie el juego y se termine por perder el control del balón. 
Fernando Vázquez tiene ante sí un problema de difícil solución. Un entrenador tiene que trabajar para cerrar fisuras defensivas y otorgar muchas soluciones en ataque. Cuántas más mejor. Y el Mallorca ofrece pocas dudas defensivas y crea situaciones de gol. Pero la pólvora aparece mojada. Demasiado mojada. ¿Cambiará el entrenador su estrategia de juego? ¿Qué se puede hacer desde el banquillo para mejorar la definición final en la última acción? 

08 septiembre 2016

EL MALLORCA SIGUE VIVO EN LA COPA



La Copa nunca debe verse como un lastre y sí como una ayuda de autogestión. Además se puede y debe utilizar como una motivación extra. Tener alguna opción siempre es motivo de ilusión. La Primera División se ve desde la distancia e intentar llegar a una eliminatoria, para medir fuerzas con la élite, es un regalo que no debe desaprovecharse. 
Ambos entrenadores aprovecharon para examinar a sus jugadores menos participativos. Así pudimos comprobar el fondo de armario en una competición oficial. Fue una manera de despejar dudas sobre el rendimiento. Y muchos futbolistas rojos ofrecieron demasiado poco fútbol. Prácticamente Pol Roigé y algunos minutos de Dalmau se pueden salvar de la quema. 
Fernando Vázquez cambió el sistema de juego y se asentó bajo la tutela del 1-4-4-2. Hubo escaso control con y sin balón. Ansotegi se colocó con Pleguezuelo sobre el eje defensivo. Tuvieron lentitud bajo la salida de balón y condicionaron el juego en la medular. En el centro del campo aparecieron dos futbolistas. Yuste y Damià manejaron el esférico con lentitud siendo demasiado previsibles. 


En la línea de vanguardia Pol Roigé se juntó de inicio con Óscar Díaz para continuar con un Brandon que careció de estatus de amenaza hasta que alcanzó el gol que dio la eliminatoria. 
El Mallorca, en las últimas tres temporadas, quedó eliminado en su primera eliminatoria. Alcorcón, Las Palmas y Huesca se encargaron de dar cuenta del cuadro mallorquín.  Curiosamente los tres equipos quedaron por delante en la competición liguera.


Quedar fuera, a las primeras de cambio, no garantiza absolutamente nada. Todo lo contrario. Seguir vivo en la Copa ayuda a reforzar al grupo y a mantener el espíritu competitivo dentro de él. 


Solo los perdedores esgrimen la excusa de la importancia de la Liga. La realidad es que siempre  es mejor estar vivo en las dos competiciones y mantener el ritmo competitivo de toda la plantilla. Esta vez el Mallorca consiguió su objetivo. Pasó de ronda y lo hizo después de un partido que invitó más al bostezo que a la diversión. 

05 septiembre 2016

JUGARON Y MERECIERON GANAR




El Mallorca, en Segunda División y en su propio feudo, siempre tiene que asumir la presión de la victoria. Va con el escudo. Es imposible modificar tal circunstancia. Jugar a ganador sin pensar, ni por un instante, en el premio menor del empate es una obligación. Y los rojos salieron dispuestos a finiquitar el partido por la vía rápida. Hubo intensidad en la recuperación y amplitud con profundidad en el ataque. Jugaron bien y merecieron ganar. 
Era un partido muy diferente a los dos anteriores. Los dos equipos habían presentado candidatura a la posesión del balón y la duda estaba presente. ¿Quién se atrevería a asumir el esférico? Sin duda fue el equipo local el que asumió galones. Incidir sobre el punto débil del rival debía ser una de las consignas.

En línea de retaguardia, en ocasiones, ha mostrado fragilidad después de pérdida. Esperar el momento oportuno se antojaba como la mejor opción. Fue así. Los mallorquines se lanzaron con ataques bien trenzados. Faltó lo más difícil del fútbol. El gol. 


Un rival que es aspirante a todo y tiene talento suficiente para ofrecer diferentes soluciones tácticas no es sencillo de neutralizar. El Oviedo presentó potencial en los extremos. Diferentes pero con veneno en su fase ofensiva. ¿Cómo sujetar él desequilibrio de Nando y los pases de Susaeta ?
Fernando Vázquez, sobre la velocidad del número veintidós, colocó a Campabadal. Cumplió y neutralizó. Por su parte Susaeta no es rápido pero sí capaz de otorgar velocidad al juego, suministrar pases desde su flanco y es venero puro a balón parado. Oriol tenía que evitar hacer faltas sobre su pareja de juego. Lo consiguió y, además, lo neutralizó. 
A medida que fueron pasando los minutos Culio fue menguando y Lago Junior creciendo. Fernando Vázquez optó por cambiar el sistema poniendo a Lekic y Brandon en liza con las bandas sobre Culio y Juan Rodríguez. Jugando así también hubo superioridad pero con menos claridad. 


Finalmente el gol no llegó y se escaparon dos puntos que se debieron quedar en Palma. El juego debe llenar los tanques de la autoestima pero la falta de definición empieza a ser una incógnita que parece difícil de despejar. 

31 agosto 2016

¿DEBE FICHAR EL RCD MALLORCA?




La contratación de Adrián Colunga ya supuso un grado de incógnita para la línea de vanguardia del Mallorca. Hubo confianza y se apostó por un delantero que ofrecía más interrogantes que respuestas reales.

Ahora su baja es una excelente noticia. Sus declaraciones han marcado su pensamiento. Colunga no podía seguir bajo la disciplina de Fernando Vázquez.  El problema se hubiera enquistado y hubiera podido corromper más manzanas del cesto.

Pero su salida no convierte el problema del gol en solución. El Mallorca tiene que asumir la pérdida de un efectivo que debería reponer. Un delantero, que ayude a despejar la incógnita del gol, parece necesario. 

Dejar en las botas de la actual plantilla la responsabilidad del gol parece, como mínimo, bastante arriesgado. Despejar este enigma ayudaría a todo el mundo a ver el futuro de forma más optimista. Y no hay que olvidar al entrenador. Quizás Fernando Vázquez esté satisfecho con sus posibilidades y no pretenda ningún delantero más. 


¿Qué hará el Mallorca? ¿Fichará o permanecerá inmóvil ante esta nueva situación? 

29 agosto 2016

REDIMIRSE ERA NECESARIO





Redimirse, después del varapalo inicial, era bastante necesario. Los titubeos tácticos del primer partido de Liga obligaban a mostrar mucho más equilibrio y eficacia competitiva. Y aquí el Mallorca dio un paso hacia delante y mejoró algo su juego. 
El sistema por sí solo no significa prácticamente nada. Son los jugadores, con sus movimientos, los que otorgan equilibrio o anarquía. Pero la posición de partida, con transiciones y soluciones a los movimientos, sí que la marca el entrenador. 


Fernando Vázquez dibujó una línea de cuatro zagueros que estuvo más diligente. Company y Oriol debían limpiar y ganar su radio de acción en los laterales. No tuvieron su mejor partido. Los dos laterales sufrieron y padecieron el juego de sus respectivos adversarios.
Álvaro Cervera, consciente de su fortaleza, colocó a Álvaro y Salvi sobre su juego exterior y apuntaló con Ortuño su línea de vanguardia. Los rojos sujetaron  a medias y mostraron cierta dificultad en su parcela defensiva. El rival con una mínima posesión de balón generó peligro de gol. 
La batalla por el esférico en el centro del campo no tuvo una importancia capital. Así mismo los rojos metieron tres por dentro y los amarillos no igualaron las fuerzas. El partido estaba en las transiciones y aquí hubo cierta alternancia. 

El Cádiz había mostrado alguna debilidad en estrategia defensiva. Contra el Almería, así como en su partido amistoso entre semana, encajó gol desde en este tipo de jugada. Álvaro Cervera modificó su sistema defensivo y mejoró sus prestaciones. El Mallorca no creo el peligro deseado en este tipo de acciones. 
La variación de Juan Rodríguez por la derecha fue un acierto. Otorgó pase, profundidad y de manera casi accidental participó en el gol. Al final se rascó un empate que debe considerarse justo. El Mallorca tiene que seguir creciendo por el camino del equilibrio. Esta categoría tiene una igualdad exagerada y buscar un riesgo excesivo parece demasiado arriesgado. 

21 agosto 2016

CAMBIOS POR DOQUIER



Después de tres años iniciando con mal pie la competición se esperaba un giro de tuerca. Algo diferente a las derrotas de temporadas anteriores. El Mallorca volvió a perder y fue fruto de demasiados cambios durante el transcurso del partido. El juego fue errático, sin fluidez y carente de equilibrio. 
Los mallorquines saltaron al césped dispuestos a liquidar al adversario por la vía rápida. Pero poco a poco se fueron ofuscando y oscureciendo. Contar con muchas posibilidades tácticas obliga a elegir y acertar. Pero al final el objetivo siempre es el mismo. Ganar. Variar tanto como hizo el Mallorca no es positivo. Todo lo contrario.


La continuidad ayuda a crecer y los mallorquines cambiaron demasiado. Fernando Vázquez se exigió un buen inicio de campeonato. Y sus deseos no se pudieron cumplir. Muchas preguntas cernían sobre las decisiones del entrenador de gallego. Las repuestas se fueron mostrando poco a poco. 


Una línea de tres defensores liderada por Yuste, en el eje, inició el partido. Tuvo cierto control aunque padeció dos contraataques que fueron abortados por el portero. La zona ancha del terreno de juego fue para Juan Domínguez y Juan Rodríguez.  Ambos sobaron en exceso el balón y lentificaron los ataques convirtiéndolos en previsibles y fáciles de suturar. 


El Mallorca tocó su sistema de juego y pasó a una línea de cuatro defensores. Pero no tuvo el equilibrio deseado. Demasiados futbolistas, jugando en diferentes posiciones, y con diferentes sistemas terminaron por cavar la derrota roja. 
Lekic saltó al terreno de juego y no vio ningún balón sobre su mejor virtud. Su juego aéreo fue obviado y el rival no tuvo excesivos problemas para sujetarlo. 


El Reus colocó su tapón particular en la zona de medios. Hasta tres futbolistas para cerrar el fútbol de elaboración del contrario. Albistegui se vio perjudicado por la expulsión de Miguel García y fue sacrificado. Los de Natxo González tuvieron la regularidad deseada y supieron esperar su oportunidad. 
Chrisantus enarboló la bandera de la amenaza. El delantero nigeriano trabajó a destajo y desgastó a la pareja de centrales mallorquines. Los catalanes fueron mucho más regulares y, sobre todo, estuvieron más equilibrados. El entrenador rival refrescó su línea de contraataque y acertó en prácticamente todas sus decisiones. 


Fernando Vázquez tiene mucho  trabajo por delante. Ahora debe reflexionar sobre sus decisiones y fijar su propuesta de juego.