23 septiembre 2016

UN PASO HACIA ATRÁS


Ambos equipos se presentaron al partido con buenas sensaciones de juego. El Mallorca, después de minimizar al Girona de forma categórica, saltó al Heliodoro Rodríguez López con los hangares llenos de  confianza. Un Tenerife pletórico después de una racha de dos victorias consecutivas en Liga. ante Valladolid y Almería, parecía muy seguro de sus posibilidades.

El inicio del partido fue toda una declaración de intenciones. Los rojos decidieron desconectar y jugar a la expectativa. Fue un error absoluto y mayúsculo. El adversario fue mejor y merecedor de una victoria que debió ser clara. Solo la fortuna salvó un punto que fue inmerecido por el juego desarrollado. 

Fernando Vázquez volvió a depositar fútbol sobre su columna vertebral. Pero esta vez el examen fue de más difícil pronóstico. Domínguez bajo la tutela del primer pase, con la colaboración siempre de Culio y Rodríguez, chocó contra la telaraña tejida por su rival. 

Pep Lluis Martí metió a sus tres futbolistas por dentro para disputar. Hasta seis jugadores se juntaron en la zona de elaboración. Crosas cubrió espaldas y Vitolo con Aitor Sanz trabajaron a destajo para destruir la amenaza roja en la medular. Fue un éxito canario. Los mallorquines no tuvieron opción de liderar el centro del campo. La primera parte fue un monólogo del adversario. Ganaron todas las facetas del juego y solo la fortuna quiso que se llegara al descanso con empate en el marcador. 

Los tres puntos más fuertes a neutralizar tampoco se secaron. El descaro de Amath, la intuición de Lozano y la inteligencia de Suso tuvieron su opción de gol. El partido se convirtió en una agonía absoluta. 

Todas las directrices de ambos entrenadores fueron antagónicas. Pep Lluis Martí tomó decisiones a ganador mientras que Fernando Vázquez lo hizo para empatar. Así y todo el fútbol es tan imprevisible que Brandon pudo conseguir un gol que hubiera dado una victoria que no hubiera sido justa. 

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