22 diciembre 2014
21 diciembre 2014
UN PARTIDO JUGADO SIN ALMA
Las victorias mantienen a los entrenadores y la espada de la derrota siempre deja en posición incómoda a cualquier técnico. Pero nunca hay que olvidar que el Presidente es el capitán que toma decisiones ejecutivas. Utz Claassen se ha convertido en el nuevo Presidente de la entidad y él será el máximo responsable del futuro más inmediato.
El Mallorca vivió una auténtica pesadilla y fue consecuencia, sobre todo, por su falta de intensidad defensiva. Jugando así peligra absolutamente todo; hasta la categoría.
Valeri Karpin tuvo que decidir con respecto a sus bajas y retocó su línea de elaboración. En cobertura Saborit fue por el lateral izquierdo y no pudo cumplir con todo su objetivo. El eje volvió a estar representado por Kasim y Pedro Bigas. Ambos tuvieron una participación de escaso control, sobre Yuri, y manejaron dudas en desplazamientos a flancos. Alex Vallejo y Javi Ros formaron una medular mixta. Creación y destrucción de forma de combinada pero con una posición demasiado retrasada. Simplemente se vieron superados, desbordados y en ocasiones arrollados.
Durante los primeros cuarenta y cinco minutos el rival tuvo un plan defensivo superior. El juego, sin balón, fue para la Ponferradina. Su presión fue mejor, más intensa y eficaz.
En ataque José Manuel Díaz lanzó a Acorán sobre la banda izquierda roja. El número dieciséis buscó desmarques entre la posición de Bigas y Saborit y encontró mucha eficacia. Yuri se propuso fijar a los centrales y buscó crear dudas en los movimientos de ruptura. Lo consiguió.
La Ponferradina suele defender las faltas laterales de forma excesivamente profunda y el Mallorca estaba en la obligación de aprovechar tal circunstancia. En fútbol se trata de encontrar el punto débil del contrario y, simplemente, machacarlo. Los mallorquines cuentan con un arma diferencial y aprovecharla era obligación. La zurda de Marco Asensio, en todas las acciones de estrategia, asistiendo podía haber sido una de las claves del partido. La provocación de faltas, para forzar el error del rival, brilló por su ausencia y el Mallorca terminó jugando un mal partido de fútbol. Fue justo perdedor y, sobre todo, transmitió unas sensaciones realmente preocupantes.
16 diciembre 2014
15 diciembre 2014
UN JUEGO LLENO DE EMPUJONES
Dos equipos,
con dinámicas muy diferentes, midieron sus fuerzas en un partido con mayor
presión para el cuadro mallorquín. Las necesidades empezaban a apretar y las
decisiones no se hicieron esperar. El Numancia firmó una primera parte bastante
buena. Tuvo el control y fue mucho más jerárquico que el Mallorca. Los de Soria
tuvieron presión alta, agresiva y sincronizada mientras los mallorquines fueron
con pressing más bajo, menos intenso y poco agresivo.
Valeri Karpin
durante la semana, en la rueda de prensa, anunció la búsqueda de un ariete y
después dejó fuera de la convocatoria a Scepovic. Toda una declaración de
intenciones. El ruso ya encontró en el filial el candado para la zaga y buscó
una solución similar ante la falta de gol. Abdón fue su apuesta. El canterano
estuvo tan batallador como fallón.
En el centro
del campo volvió a repetir su medular de fortaleza. Joao y Bustos terminaron
los primeros cuarenta y cinco minutos con tarjeta y superados en todas las
facetas del juego. La incorporación de
Javi Ros fue un oasis de juego. Solo él, desde la medular, fue capaz de lanzar
algún pase con criterio. Su participación , dentro de este equipo, se antoja
prácticamente imprescindible.
El Numancia
se presentó con el aval de siete partidos sin encajar derrota, tres victorias
consecutivas, y un perfil de juego compacto. Juan Antonio Anquela volvió a dar
todos los galones de su ataque a Julio Álvarez. Él fue el encargado de
distribuir, organizar y filtrar pases de categoría diferencial. Contar con un especialista
altamente consumado en el lanzamiento de la estrategia otorga una amenaza
extra. En el arte del balón parado es casi más importante el pasador que el
rematador y aquí el número diez siempre es alternativa de peligro seguro.
Durante la
segunda parte la tendencia de juego se modificó bastante. El Mallorca, con
empujes aislados, tuvo ocasiones merecedoras de gol. Al final Arana consiguió
agujerear la portería defendida por un Munir que firmó un partido bastante
correcto.
Analizar el
partido por encima de las ocasiones se hace imprescindible. El Numancia jugó
como un bloque en todos los aspectos del juego mientras que el Mallorca fue
mucho más irregular. Tejer un plan de juego mucho más compacto es una
obligación. Un doble pivote algo más creativo es una posibilidad que podría
ayudar a los ataques mallorquines.
13 diciembre 2014
09 diciembre 2014
UNA DERROTA EXCESIVA
Cada vez que
el Mallorca mide sus fuerzas, contra un rival de objetivo elevado, el resultado
suele ser muy parecido. Derrota y sensación de manifiesta inferioridad. En esta
ocasión hubo igualdad y, sobre todo, la primera parte estuvo equilibrada. Las
estadísticas dieron ligera ventaja a los rojos. En los primeros cuarenta y
cinco minutos en ataque se tuvieron más pases, más remates y más posesión.
En fútbol
utilizar las armas adecuadas y asumir las debilidades propias suelen ser
virtudes que te acercan al éxito. Para jugar contra el Betis era necesario
utilizar la inteligencia táctica. Plantear un partido de ida y vuelta o
intentar hacerse con el control del partido, con la conservación del balón,
tenía un punto de dificultad mayor.
Los andaluces
son equipo de contraataque y, además, sufren cuando el contrario explota los
espacios que dejan al atacar. Merino cambió su dibujo. 1-4-4-2 con dos
delanteros y con dos extremos por banda. Rubén Castro y Rennalla estuvieron en
la referencia con Cejudo y Kadir en los costados. El doble pivote en el centro
del campo anunciaba partido duro en la medular. Con Xavi Torres y fortaleza de
N'Diaye el Mallorca estaba obligado a igualar las fuerzas en la zona ancha y
consiguió enrocarlo hasta el cambio del contrario.
Valeri Karpin
puso su once esperado. Pedro Bigas y Kasim volvieron al eje y se examinaron
ante una pareja realmente poderosa. Su participación durante todo el partido
debe considerarse como ajustada y con pocos errores. En el centro del campo
solo hubo espacio para el sacrificio. Reapareció Joao y Bustos se colocó a su
lado. Los problemas llegaron con Dani Ceballos. El número cuarenta y seis se
metió hacia dentro creando situaciones de inferioridad roja.
El juego
exterior del Mallorca participa poco en el gol. Pereira fue por la izquierda y
Arana por la derecha y su participación ofensiva fue demasiado escasa. Que el
gol debe ser asumido por dos futbolistas es un error que debe
rectificarse.
Marco Asensio
tiene que asumir demasiadas funciones y el rival empieza a sujetarlo con
marcajes férreos. Buscar una alternativa en el juego y que otros futbolistas
participen más activamente en tareas de ataque es imprescindible. El Mallorca
arregló su problema defensivo pero ahora empieza a tener unas lagunas de cara a
gol que debe empezar a mejorar de manera inmediata.
08 diciembre 2014
07 diciembre 2014
06 diciembre 2014
01 diciembre 2014
EL SPORTING FUE SUPERIOR
Ambos se
presentaron al encuentro con un bagaje importante de partidos sin perder. Pero
los asturianos sumaban la cifra récord de catorce sin encajar derrota. Justo el
doble que el equipo mallorquín. Por tanto, mérito superior.
Los dos
equipos son muy diferentes y así plantearon sus partidos. Valeri Karpin solo se
movió como consecuencia de sus bajas. Kasim fue sustituido por Truyols y Joao,
de nuevo, por Pep Lluis Martí. Sin el eje defensivo titular la línea de
cobertura debía pasar un nuevo examen. El resultado fue un aprobado ya que los
problemas surgieron por la pérdida del control en la medular. Pedro Bigas se
posicionó y ayudó a mantener cierto orden defensivo. Ya en el centro del campo hubo ciertas dificultades para sujetar al adversario. La parcela ancha del terreno de juego se perdió durante demasiados minutos. La incorporación de Alex Vallejo tampoco fue suficiente y la superioridad numérica se perdió.
El Sporting basa su juego en una alta fortaleza defensiva. Sus centrales, Bernardo con Luis Hernández, junto con el centro del campo forman un cuadrado realmente hermético. Abelardo intentó filtrar el ataque rojo con su habitual presión en la medular. Sergio Álvarez y Nacho Cases suelen limpiar mucho trabajo a la línea de cobertura. Y así lo hicieron. Pero además tuvieron una ayuda que resultó trascendental. N'Di se convirtió en un jugador clave. Retrasó su posición y rompió el eje del centro del campo mallorquín. Curiosamente el gol de la derrota llegó en una jugada de banda típica del contrario. Menéndez colgó y Bernardo, después de segundas jugadas, anotó.
El Mallorca
cuenta con una arma muy difícil de neutralizar. Marco Asensio intentó destruir
el cuadrado mágico del Sporting. Él fue la única luz que pudo desequilibrar el
partido en favor de los mallorquines. Se movió entre líneas, participó y
asistió. El problema radica en su soledad. Un jugador solo no puede convertirse
en la única alternativa de ataque. El juego exterior debe ser mucho más
participativo. Pereira tiene fútbol de desborde y tirar diagonales, hacia
dentro para encontrar portería, debe convertirse en una tendencia mucho mayor.
Lo hizo tímidamente y con poca fe. Arana estuvo mejor en la primera parte y
después casi desapareció.
Al final,
contra un rival que tiene objetivo de ascenso, el resultado final tiene que
considerarse justo.
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