Dos equipos,
con dinámicas muy diferentes, midieron sus fuerzas en un partido con mayor
presión para el cuadro mallorquín. Las necesidades empezaban a apretar y las
decisiones no se hicieron esperar. El Numancia firmó una primera parte bastante
buena. Tuvo el control y fue mucho más jerárquico que el Mallorca. Los de Soria
tuvieron presión alta, agresiva y sincronizada mientras los mallorquines fueron
con pressing más bajo, menos intenso y poco agresivo.
Valeri Karpin
durante la semana, en la rueda de prensa, anunció la búsqueda de un ariete y
después dejó fuera de la convocatoria a Scepovic. Toda una declaración de
intenciones. El ruso ya encontró en el filial el candado para la zaga y buscó
una solución similar ante la falta de gol. Abdón fue su apuesta. El canterano
estuvo tan batallador como fallón.
En el centro
del campo volvió a repetir su medular de fortaleza. Joao y Bustos terminaron
los primeros cuarenta y cinco minutos con tarjeta y superados en todas las
facetas del juego. La incorporación de
Javi Ros fue un oasis de juego. Solo él, desde la medular, fue capaz de lanzar
algún pase con criterio. Su participación , dentro de este equipo, se antoja
prácticamente imprescindible.
El Numancia
se presentó con el aval de siete partidos sin encajar derrota, tres victorias
consecutivas, y un perfil de juego compacto. Juan Antonio Anquela volvió a dar
todos los galones de su ataque a Julio Álvarez. Él fue el encargado de
distribuir, organizar y filtrar pases de categoría diferencial. Contar con un especialista
altamente consumado en el lanzamiento de la estrategia otorga una amenaza
extra. En el arte del balón parado es casi más importante el pasador que el
rematador y aquí el número diez siempre es alternativa de peligro seguro.
Durante la
segunda parte la tendencia de juego se modificó bastante. El Mallorca, con
empujes aislados, tuvo ocasiones merecedoras de gol. Al final Arana consiguió
agujerear la portería defendida por un Munir que firmó un partido bastante
correcto.
Analizar el
partido por encima de las ocasiones se hace imprescindible. El Numancia jugó
como un bloque en todos los aspectos del juego mientras que el Mallorca fue
mucho más irregular. Tejer un plan de juego mucho más compacto es una
obligación. Un doble pivote algo más creativo es una posibilidad que podría
ayudar a los ataques mallorquines.
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