27 mayo 2013

EN MANOS DE LOS DEMÁS


Cuando un equipo se lo juega todo y otro no se juega nada los duelos individuales pueden quedar marcados. Pero pensar que un equipo como el Atlético de Madrid se va a dejar ganar resulta casi cómico. El resultado final deja opciones matemáticas pero poco reales. Ganar al Valladolid y esperar que todos los rivales no ganen parece muy difícil.
Inicialmente el Mallorca entró al partido bien pero poco a poco se fue diluyendo para tener un estirón final que le hubiera podido dar la victoria. No fue así. Gregorio Manzano vistió al Mallorca con tres medios centros. Tissone, Martí y Márquez intentaron controlar la zona de medios. Sólo lo consiguieron a medias. Gio estuvo durante demasiados minutos alejado de la portería adversaria y el Mallorca perdió verticalidad y peligro. El mejicano volvió a estar demasiado intermitente y poco resolutivo. 
Simeone puso a su equipo de gala. A los mejores. Miranda y Godin para asegurar el eje de la zaga con Juanfran y Filipe en los costados. Arda y Koke se movieron por fuera y Diego Costa sembró movimientos de intimidación por dentro. Arriba en el referencia apareció un  Radamel Falcao que estuvo más desaparecido que activo. 

Los treinta y tres puntos conquistados son muy poca munición. Ahora es ganar y esperar una carambola casi imposible. El Mallorca se ha ganado a pulso esta situación y tendrá que afrontar sus consecuencias. Las oportunidades para llegar a la permanencia han sido extensas y si el descenso se termina produciendo las excusas caerán en saco roto. 

26 mayo 2013

GANAR Y ESPERAR




El Mallorca llega al Vicente Calderón con la obligación de sumar tres puntos y esperar el pinchazo del resto de rivales. En fútbol siempre es recomendable depender del trabajo que uno tiene que desarrollar y el Mallorca ni siquiera se ha ganado ese privilegio. Para llegar a una situación tan desesperada ha sido necesario jugar mal y competir peor. Y los rojos han sido realmente flojos.Ahora, con la cuerda tensada al máximo, toca ganar y esperar.
El vigente campeón de Copa es un equipo realmente hermético. Mucha fortaleza defensiva con contraataques quirúrgicamente letales.
Y aquí en la finalización siempre aparece, con majestuosidad asesina, Falcao. El Tigre juega permanentemente pensando en la portería adversaria. La red es su obsesión y sus veintiocho dianas le otorgan el rango de amenaza. El colombiano domina, de forma casi innata, el arte del desmarque y más que intentar secarlo, con una marca férrea, es casi imprescindible arrebatarle el suministro de balones con posibilidad de remate. Pero con él no se terminan los peligros colchoneros. Diego Costa siempre intenta abrir brecha. El numero diecinueve es un autentico “Panzer” dispuesto a batirse con cualquier central del mundo. Ocho goles con siete asistencias son su carta de presentación.
Comparar plantillas, posibilidades y estilos de juego resulta casi desesperante. Pero el fútbol siempre otorga posibilidades y en este partido habrá un equipo que se lo jugará todo; el otro nada.
Las opciones del Mallorca pasarán por buscar las cosquillas por dentro. Forzar faltas cercanas al área, a la espalda de los pivotes, para que Giovani pueda encontrar el gol. Será eso y, además, rezar para que los atléticos no se tomen el partido al cien por cien. Si fuera así las posibilidades de éxito menguarían tanto que vencer resultaría casi imposible. ¿Podrá el Mallorca llegar a la última jornada con opciones de salvación?

20 mayo 2013

VINCERE O MORIRE


Final del mundial de Francia 1938. Una Hungría desafiante debía medir sus fuerzas contra una Italia segura de su jerarquía. Antes del partido, Vittorio Pozzo recibió un telegrama personal de parte de Benito Mussolini que rezaba así: "Vincere o morire". El resultado es conocido. Italia volvió a ser campeona del Mundo.
En fútbol siempre llegan los momentos del todo o nada. Pues bien, para el Mallorca, ya llegó ese momento. Durante el transcurso de la Liga todo parece lejano pero el final siempre termina por llegar y dictar sentencia. Hoy, en Son Moix, perder será decir adiós. 
Y cuando llega esta circunstancia no hay disculpa posible. En fútbol las excusas suelen ser patrimonio de los perdedores. Los arbitrajes, la presión por el resultado, el contrario, la suerte, el amaño de partidos, ... etc. Cualquier coartada suele ser buena para eludir la propia la culpa.  Y lo cierto es que los responsables, no los únicos, se calzan botas y saltan al terreno de juego. Entrenadores, cuerpo técnico y dirección deportiva también tendrán que soportar el juicio final  sobre todas sus decisiones. 
Aprovechar transiciones rápidas, un Giovani más participativo y jugar decididamente a ganador deben convertirse en preceptos de obligado cumplimiento. La única opción de salvación pasa por sumar los tres puntos en litigio. El cliente, es decir todos los aficionados y seguidores, se merece un partido lleno de sacrificio y esfuerzo ya que apelar al buen fútbol parece completamente utópico. 

13 mayo 2013

¿CUÁL SERÁ LA NOTA FINAL?

Las personas que cuentan con alguna responsabilidad, dentro del mundo del fútbol, nos recuerdan muy a menudo que hasta el final del curso no se puede poner una nota final. Y estoy de acuerdo. Pero ahora está a punto de llegar el momento de saldar cuentas. Todos los equipos tendrán la recompensa que corresponde a su buen, o mal, trabajo anual.
Y el Mallorca, como todos los demás, tendrá que rendir cuentas a sus clientes. Se han cometido muchos errores que han comprometido la Primera División. Y antes de iniciar la próxima temporada será necesario enumerarlos y recordarlos. Encajar tantos goles no es fruto de la casualidad; es una tendencia. El cambio de entrenador, con su correspondiente canje en el estilo de juego, no ha servido para mejorar la sensación de vulnerabilidad.
El triangulo mágico, formado por centrales y portero de la temporada pasada, que subyugaba a los adversarios se perdió. La fuga de Ramis y Chico no ha sido cubierta con centrales de la misma jerarquía defensiva y el resultado ha sido una lamentable esponjosidad defensiva. Jugar con tres por dentro ha servido para mejorar en la medular pero también para testificar que los errores están en el eje de la línea de cobertura. 
En cualquier caso todavía faltan tres partidos para cerrar una temporada que está resultando tan larga como complicada. Una vez se cumplan, o se pierdan, los objetivos marcados será el momento de puntuar las decisiones que se han tomado. 

12 mayo 2013

VIRTUALMENTE DESCENDIDOS




El Mallorca corrió mucho y jugó para no caer. Pero los rojos volvieron a evidenciar el porqué de muchos de sus males. No hay equipo en el mundo capaz de recuperar, con fútbol ofensivo, lo que se pierde en tareas defensivas. Al final se volvieron a encajar dos nuevos goles, setenta ya en el campeonato, que sirvieron para certificar el descenso virtual. Los futbolistas rojos no jugaron un mal partido pero tampoco tuvieron una clarividencia táctica alta. Cuando un rival te lanza un marcaje mixto, tan al límite, es casi imprescindible trabajar los espacios libres. Y el Mallorca jugó como si su rival utilizara el marcaje zonal. Eso sí, es justo reconocer que la inferioridad numérica fue un castigo tan excesivo como injusto.
Inicialmente Gregorio Manzano retocó su frágil línea de zagueros intentando buscar la ansiada consistencia. Hutton y Ximo en las alas con Fontàs y Geromel duraron poco tiempo juntos. Una lamentable primera tarjeta amarilla sobre el central catalán condicionó su posterior expulsión. Pero el Mallorca ajustó mejor con diez que con once. La dinámica de sus tres medios centros ayudó a equilibrar la inferioridad y a mantener la presión en la medular.
En cualquier caso conviene no olvidar que la competición siempre es tan larga como justa. Responsabilizar sólo a los arbitrajes sería injusto, parcial y poco realista. Los fallos, a favor, suelen olvidarse mientras que las apreciaciones, en contra, se recuerdan hasta el infinito. La realidad nos enseña una temporada para olvidar. Los errores defensivos han condenado a un equipo que no ha sabido ser eficaz en todo el año. Se ha competido tan mal que parece casi imposible haberlo hecho peor. Estar a cinco puntos de distancia, con todos los rivales por delante, con sólo nueve por disputarse explica el rendimiento de todos. 

11 mayo 2013

LA ÚLTIMA BALA




Para poder rellenar el revólver con más munición es imprescindible sumar una victoria y, además, esperar resultados favorables. Perder podría significar el adiós a la Primera División de manera matemática. Y ganar tampoco asegura nada. Conviene recordar que estar a más de un partido, faltando sólo cuatro, con todos los equipos por delante abre la necesidad de un milagro futbolístico.
Los futbolistas del Mallorca se han ganado la deshonra de ser los peores de toda la categoría.  Ahora, cuando todo parece perdido, tienen la obligación de sumar tres puntos ante un rival que tendrá bastantes argumentos de combate. Profanar La Catedral es una necesidad de supervivencia. El Athletic sólo ha sumado tres puntos de quince posibles pero sigue pareciendo casi intocable.
Los errores defensivos de los mallorquines son tan groseros que parece una quimera sujetar a futbolistas como Aduriz, Muniain, Susaeta o De Marcos. Y Gregorio Manzano, para neutralizar a estos jugadores, tendrá que decidir el nombre de los dos futbolistas que intentarán blindar el eje de la defensa. Tener un agujero en el centro de la zaga puede convertirse en condena segura. El partido puede estar en esta simple e importante decisión. ¿Qué futbolistas jugarán en la posición de central? 
En frente el método Bielsa no ofrecerá dudas tácticas. El Athletic jugará su partido arrojando su habitual estilo. Posesión, con llegadas desde diferentes líneas y centros al corazón del área. Defensivamente el marcaje mixto será una variable a tener muy presente. Gurpegui, Ander, De Marcos, así como todos los demás jugadores que se implican en tareas de recuperación, perseguirán a los contrarios que entren en su zona hasta que finalice la jugada.
Los futbolistas rojos ya no pueden especular. Jugar con jerarquía, autoridad y valentía es una obligación total. Además restar el balón, a este adversario, e igualar el porcentaje de posesión aumentará las posibilidades de éxito.
El marco será casi inmejorable. El Athletic ha planteado el partido como una final y pinta a un San Mamés completamente lleno. ¿Podrá el Mallorca salir vivo de La Catedral?   
 

06 mayo 2013

QUEDAN A MÁS DE UN PARTIDO


La temporada del Mallorca está siendo mala, casi nefasta, y ya tiene la permanencia a más de un partido. Este empate le coloca, a falta de doce puntos por disputarse, en una posición realmente comprometida. A partir de ahora sólo las matemáticas ofrecen alguna posibilidad. Antes del partido el técnico del Mallorca lanzó, en rueda de prensa, un mensaje de presión positiva hacia sus futbolistas. Y éstos pudieron escoger entre dos opciones. Era, o recoger el guante y crecer en las prestaciones de eficacia, o menguar el rendimiento como consecuencia de la importancia capital de los puntos. Los futbolistas rojos no tomaron ni un camino ni otro. Jugaron, un partido normal, siendo superiores al contrario pero le obsequiaron con un regalo que terminó siendo condena. La demostración de la incompetencia defensiva volvió a lastrar el juego de todo el colectivo. La realidad nos enseñó un Mallorca que no pudo doblegar a un Levante que ofreció poco fútbol y que tampoco supo matar el partido al contraataque.
Para este último tramo de competición ya sólo cabe esperar un milagro futbolístico. Ser el colista, tener a varios equipos por encima y estar a más de un partido enseñan una realidad que no puede ocultarse. La Primera División empieza a ser un sueño que se escapa de entre los dedos. ¿Habrá milagro?

05 mayo 2013

LOS PARTIDOS YA SON TERMINALES




Ya no son finales y sí partidos terminales. Los encuentros de la ansiedad total han llegado y será bueno para el Mallorca que se queden hasta el final. Para seguir teniendo opción será necesario hacer algo que no se ha realizado en toda la temporada. La portería roja debe dejar de ser perforada. Así de claro. O se encajan menos goles o se perderá la categoría. No hay equipo capaz de igualar en ataque lo que el Mallorca pierde en defensa. Para ello Gregorio Manzano tendrá que acertar en la elección de sus centrales. Los futbolistas de Juan Ignacio Martínez son los reyes del repliegue intensivo, con presión efectiva sobre el poseedor del balón, y salidas sorpresivas al contraataque.
Es cierto que la perdida de una referencia veloz ha minimizado el poder de sus contraataques pero la línea de tres medias puntas sigue generando y produciendo fútbol de calidad. Explotar los espacios libres, a la espalda de los centrales mallorquines, será su estrategia. Pero el Levante ha bajado mucho sus prestaciones. Sólo diez puntos de cuarenta y dos posibles, junto con dudas de honorabilidad, han encendido la luz de alarma. Ballesteros, Munúa y Lell se han caído del once titular en los dos últimos partidos y los resultados tampoco han llegado.
Las manifestaciones de Barkero han sembrado duda y pueden espolear a un equipo que ha quedado medio marcado. Los levantinos saltarán a son Moix con la máxima actitud posible. Y además debe ser así. Sólo faltaría.
El Mallorca depende de él mismo para ganar los tres puntos y si no lo hace será su única responsabilidad. Pensar en si el adversario juega, más o menos motivado, es tan trivial como inútil.