05 junio 2016

SE EVITÓ LA CATÁSTROFE


Se evitó la catástrofe y se salvaron los muebles. El Mallorca asumió su responsabilidad y levantó un partido de forma absolutamente categórica y llena de autoridad. Llegar a la última jornada del campeonato dependiendo de los demás enseña las vergüenzas de una temporada negra. Al final hubo eficacia propia, con fortuna ajena, certificando una salvación agónica y justa. Las temporadas siempre los son.

Tocaba jugar contra un rival que deportivamente no se jugaba absolutamente nada. El Valladolid no tenía ni presión ni ansiedad por ganar pero, lógicamente, no podía regalar nada. No lo hizo. Puso a sus mejores futbolistas sobre el césped y fue de más a menos.

El Mallorca solo podía jugar a ganador y asumir su responsabilidad. La especulación era tan absurda como inútil. Desde el principio se debía notar la necesidad de unos y otros. Y fue así. El Mallorca saltó al José Zorrila convencido de su necesidad. Hubo un paso al frente y con rapidez se asumió el control del partido. Encajó un gol fruto de un error infantil y volvió a crecer para certificar una buena remontada.

El Valladolid se ha caracterizado, durante toda la temporada y con los tres entrenadores que ha tenido, como un equipo de buena capacidad técnica pero carente de intensidad. Jugó con su misma actitud de siempre y su falta de alma, por fortuna, le volvió a pagar con derrota.

Ya con el uno a tres en el marcador Fernando Vázquez eligió se vistió con tres centrales y cerró su eje defensivo. Simplemente pasó el tiempo y el partido se ganó.

Esta larga y funesta travesía por la Segunda División no ha sido casualidad. Es el resultado de muchos errores consecutivos. Han sido tres temporadas negras que se cierran con una salvación sobre la bocina. Ha llegado el momento de reconocer errores y variar el rumbo por completo. Continuar igual sería tan absurdo como erróneo. Esta magnífica afición se merece apuntar hacia la Primera División.  ¿Habrá un cambio masivo?