24 agosto 2014

EL PRIMER PARTIDO NO SIGNIFICA NADA


El Mallorca saltó con sensación de poso pero pronto enseñó las costuras. Es muy pronto y todo es susceptible de rectificación pero el fútbol tirado en Valladolid, sobre todo el de la primera parte, debe ser un aviso para navegantes. Después hubo un cambio de sistema que ayudó a mejorar conceptos y llegadas. Pero mejorar todos los aspectos del juego ofensivo es de pura necesidad competitiva. También es justo reconocer que el Valladolid lanzó todo su potencial y el Mallorca dejó medio arsenal lejos del partido.

Valeri Karpin apostó, como ya hizo en el Trofeu Ciutat de Palma, por un centro del campo lleno de contención. Alex Vallejo, Joao y Cristian Bustos buscaron, con mucho trabajo, sellar la medular. Pero no lo consiguieron. ¿Por qué? Sencillamente porque el adversario buscó la eficacia fuera de su radio de acción. Los rojos se fueron excesivamente atrás perdiendo opción de contra y el desgaste terminó por matar la estrategia defensiva. Pereira i Marco Asensio fueron por fuera mientras Fofo quedó enquistado como delantero centro. La tendencia de partido quiso que Company y Pau Cendrós tuvieran que bailar con la más fea. Tuvieron que afrontar inferioridad y desmarques continuos a sus espaldas. También es curioso ver a Cristian Bustos jugar tan cerca del área adversaria. ¿Será esa su posición definitiva?

Por su parte el Valladolid, que dispone de buenas herramientas aunque algo escasas en número , se asentó sobre un 1-4-2-3-1. Joan Francesc Ferrer "Rubi" apostó por el esférico y lanzó a los suyos con ataques por los flacos. Fue valiente, en su apuesta, y en la elección de su primer once pero sobre adivinó en su puesta en escena inicial. Ganar bandas para rematar por dentro.

Una mención especial merece la estrategia. Tres goles y los tres de córner. Esta faceta es primordial dentro de la Segunda División y el Mallorca tendrá que reformular su tendencia de no poner a ningún jugador en palos.

El primer partido de Liga tiene un punto de importancia relativo. Sí, siempre es mejor empezar ganando pero hacerlo tampoco garantiza el éxito. La carrera es tan larga que habrá tiempo de pasar por diferentes estados de ánimo. Eso sí, conviene no olvidar que el el Mallorca debe jugar todos sus partidos a ganador.

23 agosto 2014

LA PLANTILLA HA QUEDADO COQUETA




Ha sido una pretemporada convulsa, nada sencilla, y llena de cambios de todo tipo. Miguel Ángel Nadal cogió las riendas del equipo en un momento complicado y apostó por un entrenador que, curiosamente, ni siquiera empezará la competición. El trabajo de la secretaria técnica ha sido productivo y ajustado a presupuesto pero ahora, después del cambio de jerarquía, llega la hora de los jornaleros del esférico. El desembarco de Dudu Aouate, como mánager general, ha traído a Valeri Karpin como entrenador y su objetivo será el mismo que tendría cualquier técnico en un Mallorca de Segunda División. Es decir, recuperar aquello que jamás se debió perder; la Primera División.

El técnico soviético es, de momento, claro y directo. En su primera rueda de prensa, antes del partido contra el Valladolid, manifestó: "pelear por todo". El equipo mallorquinista tendrá que luchar cada partido con un espíritu encomiable pero en el horizonte no deberá perder la perspectiva del ascenso. Finalmente la plantilla ha quedado coqueta y con las posiciones parece que bastante cubiertas. A partir de ahora llega la hora del rendimiento y toca responder bastantes preguntas.

 ¿Está la portería bien cubierta? ¿El eje de la defensa estará sellada y será granítica? ¿Habrá, en el centro del campo, suficiente talento para destruir pero a la vez construir? ¿La línea de medias puntas tendrá desborde? ¿El juego exterior será ganador? ¿Y el gol? ¿Será Scepovic el nueve killer que intimidará a todos los centrales adversarios? ¿Participarán en tareas de gol, con llegada y eficacia, jugadores de otras líneas? ¿Qué sistema de juego se utilizará? ¿Qué marcaje será finalmente escogido en estrategia? 

Ha llegado el minuto cero y, con él, se empezarán a despejar incógnitas. Sólo el tiempo, unido al fútbol, nos dirán si el trabajo desarrollado consigue la eficacia del objetivo final. La temporada será larga, dura y con altibajos. ¿Será Valeri Karpin el entrenador que devuelva el Mallorca a la Primera División?

14 agosto 2014

LAS VÍCTIMAS COLATERALES DE UN ESPERPENTO


Antes de empezar a valorar el nuevo Mallorca es necesario recordar la frustrante experiencia que ha tenido que padecer el Miquel "Nanu" Soler. Un entrenador es, ante todo, creativo por naturaleza y empezar a diseñar sesiones de planificación, para ni siquiera llegar a la competición, tiene un punto injusto que no debería haber pasado. El esperpento de la venta del Club se ha cobrado víctimas colaterales que son y serán historia de la institución.  Dicho esto, también es justo reconocer la posibilidad de elección, por parte de la nueva propiedad, de confiar el barco al capitán que considere más adecuado.  
Y para conseguir el difícil reto del ascenso ha aterrizado un entrenador ruso que fue un magnífico futbolista. Valeri Karpin ya en su primera rueda rueda de prensa advirtió que no se siente esclavo de ningún sistema de juego y que decidirá con respecto a sus jugadores. Buen criterio. Pero para asaltar su objetivo necesitará regularidad y más herramientas de combate.  
El Mallorca se vistió con 1-4-3-3 metiendo hasta tres jugadores por dentro. Joao y Alex Vallejo cerraron más el eje mientras que Bustos intentaba presión en zonas más avanzadas. Pero el número seis sufrió en posiciones tan de vanguardia. Él suele ser más eficaz juntándose más cerca del campo propio que del ajeno. Por delante el Mallorca tiene calidad pero le falta pólvora. Marco Asensio es diferente y tiene que dar un paso al frente. Esta temporada debe ser la de su confirmación. Pereira es ágil, profundo y es futbolista que puede dañar líneas de coberturas adversarias pero debe ser mucho más regular. ¿Podrá hacerlo? 
Ganar, aunque sea en un torneo veraniego, siempre es mejor que perder y el Mallorca lo hizo contra un equipo de Primera División. La segunda parte fue de repliegue, orden y alguna tímida contra que debe explorarse más y mejor. 
En cualquier caso no hay que olvidar que la línea de vanguardia necesita más elementos y la calidad de éstos pueden ser clave en el devenir de la temporada. Ahora empieza la hora de la verdad y la competición dictará sentencia. 

13 agosto 2014

HAY QUE PEDIRLE EL ASCENSO






La llegada de Valeri Karpin al Mallorca está cargada de cierta tensión. Ocultarlo no facilitará su labor. Ya desde el inicio tendrá que lanzar el mensaje correcto y acertar en su toma de decisiones. El cambio de entrenador junto con una alternancia en la propiedad, justo después de haber nombrado otro inquilino para el banquillo antes de la competición, no es muy usual. El técnico ruso tendrá que lidiar sus primeros entrenamientos con este peso en los bolsillos y, nada más aterrizar, tendrá que demostrar su habilidad con una plantilla que él no ayudó a confeccionar. 

La obligación y el objetivo seguirá siendo el mismo. El Mallorca, en Segunda División, está obligado a luchar por el ascenso o, como mínimo, tener la opción del Play Off.
Pero no todo serán inconvenientes. El trabajo de Miguel Ángel Nadal ha sido bueno y no caerá en saco roto. Todas la incorporaciones realizadas podrán sumar de cara al futuro pero, eso sí, se necesitan más complementos. A partir de aquí habrá que terminar el proceso de confección de la plantilla. 

Quizás un portero, un central que aumente la jerarquía, un medio centro capaz de organizar, crear y llegar y, sobre todo, cerrar convenientemente el gol puede acercar al equipo a la opción del éxito. Y es arriba, en la definición, dónde no se puede fallar. La línea de producción, en la medias puntas, es más que aceptable pero falta el gatillo terminal. 

El trabajo del entrenador y su cuerpo técnico dependerá de estas últimas incorporaciones y, aunque será necesaria mucha habilidad inicial, el resultado final se decidirá, como siempre en fútbol, sobre el rectángulo del terreno de juego. En cualquier caso a la afición seguro que ya le corroe una pregunta; ¿Será Valeri Karpin el entrenador que devuelva el Mallorca a Primera División?