13 agosto 2014

HAY QUE PEDIRLE EL ASCENSO






La llegada de Valeri Karpin al Mallorca está cargada de cierta tensión. Ocultarlo no facilitará su labor. Ya desde el inicio tendrá que lanzar el mensaje correcto y acertar en su toma de decisiones. El cambio de entrenador junto con una alternancia en la propiedad, justo después de haber nombrado otro inquilino para el banquillo antes de la competición, no es muy usual. El técnico ruso tendrá que lidiar sus primeros entrenamientos con este peso en los bolsillos y, nada más aterrizar, tendrá que demostrar su habilidad con una plantilla que él no ayudó a confeccionar. 

La obligación y el objetivo seguirá siendo el mismo. El Mallorca, en Segunda División, está obligado a luchar por el ascenso o, como mínimo, tener la opción del Play Off.
Pero no todo serán inconvenientes. El trabajo de Miguel Ángel Nadal ha sido bueno y no caerá en saco roto. Todas la incorporaciones realizadas podrán sumar de cara al futuro pero, eso sí, se necesitan más complementos. A partir de aquí habrá que terminar el proceso de confección de la plantilla. 

Quizás un portero, un central que aumente la jerarquía, un medio centro capaz de organizar, crear y llegar y, sobre todo, cerrar convenientemente el gol puede acercar al equipo a la opción del éxito. Y es arriba, en la definición, dónde no se puede fallar. La línea de producción, en la medias puntas, es más que aceptable pero falta el gatillo terminal. 

El trabajo del entrenador y su cuerpo técnico dependerá de estas últimas incorporaciones y, aunque será necesaria mucha habilidad inicial, el resultado final se decidirá, como siempre en fútbol, sobre el rectángulo del terreno de juego. En cualquier caso a la afición seguro que ya le corroe una pregunta; ¿Será Valeri Karpin el entrenador que devuelva el Mallorca a Primera División?

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