30 noviembre 2013

SERÁ CON ACTITUD O NO SERÁ


El Mallorca tendrá una gran oportunidad para lanzar un mensaje de advertencia a todos sus rivales. Ahora, después de un inicio dubitativo y triste, toca jugar contra un rival en racha, en su feudo y ante los suyos. Es perfecto. Oportunidades así no deben dejarse escapar. Pero para asaltar una fortaleza la actitud debe ser santo y seña. Los jugadores del Mallorca deben asumir que sin garra, lucha y, por supuesto, buen fútbol Ipurúa no será profanado. Y no hay pacto posible. Sólo la victoria podría ejercer un efecto balsámico y, a la vez, volteador.
El Eibar, en los últimos años, ha tocado su estilo de juego. Ahora combina talento con esfuerzo. Y lo está haciendo con máxima eficacia. Gaizka Garitano ha conseguido que buenos futbolistas enarbolen la bandera del compromiso colectivo. Es decir, cuando el equipo armero no tiene el balón, absolutamente todos los futbolistas trabajan para recuperarlo. Y si no pueden hacerlo, al menos, dificultan al máximo la progresión en el juego del adversario. Hasta aquí pocos cambios. Lo verdaderamente novedoso se produce una vez que es recuperado el esférico. A partir de aquí los vascos combinan y mezclan ataques con contraataques.

El Mallorca ha dilapidado demasiados partidos en busca del estilo adecuado. A partir de ahora los pasos deben ser seguros y hacia delante. La excusa ya no es posible. Perder no sólo sería dejar escapar tres puntos también abriría el melón de las dudas. Y los rojos ya no pueden permitirse un error de cálculo tan acentuado. Curiosamente futbolistas y cuerpo técnico pueden devolver algo de ilusión a una afición que empieza a estar realmente harta de tanta división institucional.

24 noviembre 2013

UNA VICTORIA DE PURA NECESIDAD




Demasiados futbolistas al apoyo y pocos en ruptura condenaron a los espectadores a una primera parte oscura. En fútbol hay que intentar hacer daño allí dónde se puede y el Mallorca esperó a la segunda parte para hacerlo. Dos balones al espacio, recepción y finalización. A partir de aquí todo fue un poco más sencillo. Eso sí, hubo agonía hasta el final. En fútbol el aspecto mental es fundamental y cuando el Alavés consiguió su gol hubo sensación de crisis ambiental. El Mallorca tiene que saber trabajar con el resultado ajustado. Recular, sin sentido táctico, o tener miedo no ayuda al equilibrio posicional.
José Luis Oltra decidió, con respecto a sus posibilidades de elección, y acertó. Con Bigas y Nunes intentando cerrar el eje y Ximo con Kevin en flancos, está vez sí, se encontró cierta eficacia. Riverola se juntó con Alex Vallejo en la medular consiguiendo algún control del juego. Aquí en el centro del campo se trabajó a destajo. Los dos medios centros derrocharon esfuerzo para terminar realmente cansados. Ya con problemas en el marcador saltó Agus para jugar de central y Bigas se colocó en la zona ancha. Víctor jugó entre líneas y tuvo un partido discreto. Desde su posición hubiera podido ser mucho más determinante y en esta ocasión no lo fue. Arriba en la ruptura tanto Gerard como Geijo estuvieron, aquellos minutos que jugaron, vestidos de amenaza. Este equipo necesita ir al espacio y hacerlo más es necesidad.
Natxo González intentó cerrar su maltrecha zaga taponando la medular. Y allí colocó a Jaume con Lázaro para intentar trabar y asegurar. Y durante ciertos instantes lo consiguió. Pero su línea de zagueros se mostró extremadamente porosa y los rojos, con unos cuantos destellos al espacio, la destruyeron.
Conviene no olvidar que el Mallorca hubiera podido cerrar claramente el partido y al no hacerlo terminó pidiendo la hora. José Luis Oltra y sus futbolistas deben tomarse el partido como un trampolín y no como un excelente ejemplo de juego. Mejorar sigue siendo imprescindible. Sobre las victorias es más fácil cimentar equipos ganadores y ésta podría ser una buena oportunidad para ello.

23 noviembre 2013

¿HABRÁ APUESTA POR EL BALÓN?





La trayectoria, junto con la clasificación, obliga. No hay más opción que la victoria. Y asumirlo con naturalidad es necesario. Hay partidos para ganarlos y éste es uno de ellos. La situación se ha puesto tan comprometida que un mal resultado podría desatar una buena tormenta. En los últimos cuatro partidos se han encajado demasiados goles y sólo se sumaron dos puntos de doce posibles. Mejorar las sensaciones y el juego real se ha convertido en prioridad total.

A estas variables habrá que sumar las diferentes bajas que pueden condicionar la propuesta de José Luis Oltra. Sin Thomas ni Pep Lluis Martí en la sala de máquinas, el músculo puede quedar comprometido. ¿La solución? No es otra que el balón. Futbolistas como Iñigo y Riverola pueden dar un paso al frente con el esférico. Tendrán una nueva oportunidad y deben aprovecharla. Marco Asensio podría encontrar espacio para su lucimiento. Él ve el fútbol antes que los demás y filtrar pases desde una posición, un poco más centrada, podría servir para encontrar el camino de la victoria.   

Pero lo más importante volverá a centrarse en la capacidad de dejar de encajar tanto gol. Y en este aspecto no sólo será fundamental la elección de la pareja de centrales, que tendrán que cerrar el eje, sino también la manera de defender de todo el colectivo. En fútbol no basta con correr. Además hay que hacerlo al lugar indicado y en el momento apropiado. Y aquí el Mallorca todavía no ha encontrado la eficacia.

Lo cierto es que medirán sus fuerzas dos equipos que encajan mucho. Ambas escuadras son permeables y, hasta la fecha, altamente vulnerables. Y curiosamente ambos entrenadores, con matices, emplean el mismo tipo de marcaje en estrategia. ¿Habrá cambios al respecto?
El Deportivo Alavés también llega el encuentro realmente necesitado. Sus cinco partidos consecutivos sin oler la victoria le han colocado en una posición delicada y su necesidad también condicionará el partido. Sin embargo presenta números más que correctos en el bagaje ofensivo. Sólo el líder ha visto más veces portería que los de Natxo González. Viguera es el quinto tirador de la competición y ya ha conseguido diez dianas. Sin duda, el número diez se vestirá de amenaza para los centrales rojos.

18 noviembre 2013

LA SITUACIÓN DEL EQUIPO EMPEORA


La liga de Segunda División es larga pero no eterna. Buscar excusas amparadas en el arbitraje, la fortuna o los errores absurdos sólo sirve para ganar tiempo y el Mallorca empieza a perder el margen de error.  Las evidencias se encuentran en las sensaciones y, sobre todo, en el juego y aquí el Mallorca resultó claramente perdedor.  José Luis Oltra planteó un partido de conveniencia total para su adversario. El Deportivo, por convicción y sistema, suele esperar errores para matar al contraataque o a balón parado. Y así pasó. Fernando Vázquez tiró de su manido repliegue y sembró de trampas la medular. Los mallorquines jugaron con la posesión pero sólo, durante algunos instantes de la segunda parte, tuvieron el control. Siendo más ficticio que real.  La endeblez en la estrategia defensiva empieza a producir cierto hartazgo. Cada córner es sensación de puro peligro y aquí, como en otros apartados del juego, hay empeoramiento y no mejora. 
Ya con el resultado en contra y en inferioridad se apostó por la línea de tres. Fue curioso ver, como en ocasiones, se hicieron movimientos similares a una zaga compuesta por cuatro. Aspecto que fueron corrigiendo, sobre todo en la segunda parte, para tener instantes de opción.  
Mención aparte merecen dos futbolistas, uno de cada equipo. En el Mallorca se ve a un Marco Asensio que empieza a pedir paso de titular. Jugando más centrado puede filtrar pases terminales que ayuden a desahogar el ataque bermellón. Y en el conjunto gallego es necesario destacar a Culio.  El número diecinueve fue un verdadero gladiador al servicio del conjunto. Lucha, garra y talento exquisito a balón parado que fue una condena para los jugadores mallorquines. 

El Mallorca ya ha jugado catorce partidos y sigue titubeando en demasiadas aspectos del juego. No es hermético en el posicionamiento defensivo, es tremendamente poroso en la estrategia y sigue dando palos de ciego a la hora de presentar el estilo de juego. A partir de ahora ya se abre una pregunta de difícil respuesta. ¿Puede José Luis Oltra girar una situación que parece imposible de voltear? 

17 noviembre 2013

AL MALLORCA LE TOCA GANAR




Después de los pobres resultados de las últimas jornadas, dos puntos de nueve posibles, no hay margen. El Mallorca está metido en un círculo vicioso que sólo se soluciona apostando a ganador. Llegar a los veintiún puntos, ante Ponferradina y Deportivo, era obligación. Por tanto, toca victoria. Fallar más empezaría a abrir una brecha difícil de suturar. Si la segunda plaza llega a ponerse a diez o doce puntos de distancia, con diez equipos por encima, la tarea cobrará una dificultad mayor. Entonces sí, habrá presión de verdad. 
Para los rojos ya ha llegado uno de los momentos culminantes de la competición. Alejarse más será perder ilusión, posibilidades y contacto con el objetivo final.
Pero ganar al próximo adversario, en su feudo, no será un trabajo sencillo. El Deportivo es un bloque granítico. Sin fisuras y que comete muy pocos errores defensivos.  Sólo siete goles encajados, cinco de estrategia y dos de contraataque, le otorgan vitola de máxima seguridad. Fernando Vázquez ha coqueteado con diferentes sistemas de juego. Últimamente el 1-4-1-4-1 ha sido el más utilizado pero también ha pasado por el doble pivote con tres medias puntas. Incluso, en un partido de Copa, llegó a meter a tres centrales para armar línea de cinco zagueros. Y ahora contra el Mallorca podría colocar a dos delanteros, Borja Bastón y Luis Fernández, para intentar buscar las cosquillas a los centrales rojos.  Pero con toda esta dinámica, dentro del sistema de juego, hay una variable que nunca ha cambiado en el conjunto gallego. Es el estilo. 
En eso, el técnico de Castrofeito, no ha claudicado nunca. Muchos futbolistas por detrás de la línea de balón, ocupación en repliegue normal o intensiva y explotar al máximo los espacios que el rival deja cuando ataca son preceptos inquebrantables. Pero todos los equipos cuentan con puntos débiles y este Deportivo también los tiene. Por fuera, en el juego exterior, podría encontrar el Mallorca su hábitat de supervivencia. ¿Lo hará?
El partido pinta a guerra de nervios. José Luis Oltra ha tocado el estilo y también pretende aprovechar el contraataque. Por tanto, uno de los dos tendrá que asumir el reto del balón. Los mallorquines contarán con dos bajas de cierto calado. Pep Lluis Martí tendrá que abandonar la sala de máquinas, por lesión, y Emilio N'Sue el perfil derecho por el compromiso de su selección.

11 noviembre 2013

CONSERVAR PARA ACABAR EMPATANDO


Era necesario sumar victoria y sólo se consiguió un triste empate. Se firmó una primera parte bastante estable, con minutos realmente jerárquicos, en donde se hubiera podido dictar sentencia.  No se hizo y se pagó con dos puntos menos. El Mallorca interpretó el partido mejor que su rival pero al llegar a los minutos del miedo especuló, se fue atrás y perdió la victoria. Además de desaprovechar talento y eliminar contras del campo se terminó convirtiendo en un equipo demasiado plano. Lo curioso es que cada vez que los mallorquines fueron, por fuera, crearon problemas y dieron sensación de bastante peligro. Resultó casi absurdo ver a  los rojos desaprovechar la endeblez contraria yéndose atrás en lugar de atacar esa debilidad. 
José Luis Oltra apostó por Kevin en el lateral izquierdo. Sus compañeros de línea fueron Bigas, Geromel y Ximo. Thomas y Martí de maquinistas con Alfaro y N'Sue en los costados. La dupla formada por Víctor y Gerard volvió a formar en vanguardia. Una mención especial merece Pep Lluis Martí. El número diecinueve firmó un partido brillante. Trabajó a destajo en la medular y tapó errores de su compañero de línea. Él se convirtió en el mariscal del centro del campo. Por su parte Thomas estuvo mucho más discreto. Ejerció de recuperador pero perdió tantos balones que su función quedó excesivamente diluida. 
Claudio Barragán no fue excesivamente conservador. Repuntó laterales y el Mallorca lo aprovechó. Sólo la conexión entre Yuri y Fofo sembraron, durante la primera parte, cierta amenaza sobre la posición de un Geromel que alternó instantes de eficacia con agujeros. Y todo este condimento fue suficiente para arrebatar un punto de Son Moix. 

Lo cierto es que este fútbol no basta para cubrir el objetivo marcado. No sólo es una cuestión de resultados, también de sensaciones. No se dan pasos con firmeza, más bien todo lo contrario, y las palabras empiezan a caer en saco roto. 
Ahora el Mallorca tendrá que limpiar imagen y resultado ante el segundo clasificado. Perder significaría alejarse hasta ocho puntos del objetivo y no puede suceder. Recuperar buenas sensaciones es ya pura necesidad. Muchas preguntas deben cerrarse con respuestas adecuadas y debe hacerse dentro del terreno de juego. 

10 noviembre 2013

DOS PARTIDOS, MÍNIMO BLACKJACK





Metas cortas, objetivos plausibles. El Mallorca puede colocar veintiún puntos en su casillero. Es más, debe hacerlo. Sumar cuatro puntos, o más, ante Ponferradina y Deportivo es obligación. Y lo más sencillo para lograr esta meta es deshacerse del primer rival en Son Moix.
El equipo de Claudio Barragán no cuenta con aspiraciones de ascenso. Llegar al listón de los cincuenta puntos, para así eludir el descenso y no perder la Segunda División, es la guinda de su pastel.
Pero los de José Luis Oltra cuentan con una exigencia mayor.  El ascenso directo está situado en el horizonte y sumar ya se ha convertido en prioridad. El propio entrenador bermellón tira, en sus comparecencias públicas, de estadística y resultados. Y tiene razón. Sólo los guarismos otorgarán tranquilidad a un equipo que, de momento, mejora defensivamente para acercarse a la victoria.
En frente, un rival que tiene una percepción futbolista muy clara. Defensa para actuar con sorpresa. Sólo Yuri piensa en ataque cuando su equipo no tiene el balón. Y aquí el Mallorca tendrá que cerrarlo con estrechas vigilancias ofensivas. Cuando los rojos cuenten con el balón, al menos un futbolista, tendrá que estar pendiente de las evoluciones del brasileño. Vigilar para pasar a la marca, sin error, puede ser vital. Ya por detrás Fofo será la conexión. Buscará primer pase bueno para iniciar contras letales. Javi Lara pondrá la exquisitez en la medular y en las acciones estratégicas.
El Mallorca tendrá que asumir el papel de protagonista principal. Juega en casa, cuenta con mejores herramientas y la jerarquía de su juego no debe quedar en entredicho.
El despegue ha comenzado. La competición avanza inexorablemente y la responsabilidad de entrenador y jugadores debe ser exquisita. El tiempo de preparación ha concluido y la mejoría táctica debe ir en aumento. Pasos firmes hacia delante, sin retroceder en el juego colectivo, es absolutamente obligatorio. El fútbol es presión y aceptarla con naturalidad forma parte del juego. Esta victoria es tremendamente importante, casi vital. Dejaría a los rojos en una buena posición y tranquilizaría los ánimos en la visita al difícil campo del Deportivo de la Coruña.  

06 noviembre 2013

LA JOYA DE LA CANTERA "BARRALET"


Marco Asensio es ya, por derecho propio, la joya de la corona en la cantera del Mallorca. Joven, hambriento y con mucho desparpajo está empezando a brillar por encima del resto. En un equipo huérfano de mucho talento, y en Segunda División,  ya se está haciendo notar. Pero la prudencia debe acompañar la carrera de este joven futbolista. La historia está llena de excelentes inicios con sonoros fracasos y mimar su progresión es obligación. De momento, en élite,  ha lucido en los instantes finales de los partidos y su continuidad debe ser paulatina. Cargar una responsabilidad excesiva puede, o no, ser contraproducente. Por eso sus preparadores, que son los que más y mejor lo conocen, deben gotear su presencia en el primer equipo. Sí, puede jugar pero debe hacerlo en el tiempo y la medida adecuada. Un mal partido no debe ser condena y un gran pase no puede ser sacado del contexto. Marco Asensio tiene que alargar e incrementar su cota de rendimiento fijando un objetivo en su punto de mira; la eficacia continuada.  
A sus diecisiete años ya cuenta con un talento técnico importante además de una avidez táctica pulida. Su buena visión periférica le otorga dotes de pasador, cuenta con buena conducción y no se arruga en el regate. Además su exquisito toque de balón hace que las acciones estratégicas puedan ser más eficaces. 
El problema puede aparecer en la excesiva necesidad que tiene el primer equipo. El fútbol es un deporte colectivo que se nutre del individualismo. Ahora mismo el Mallorca tiene la obligación de atacar las dos primeras plazas de la clasificación y la exigencia es total. No hay tiempo para el error y Marco no debe jugar notando la presión. Su juego implica riesgo y simplemente tiene que disfrutar jugando al fútbol.  Encontrar su momento será tarea para José Luis Oltra. El mejor preparador de la cantera siempre termina siendo el entrenador del primer equipo. Él tendrá que regular y encontrar los momentos adecuados. La afición, así como todo el entorno, debe respetar el proceso natural de crecimiento futbolístico.

03 noviembre 2013

PRECAUCIONES DEFENSIVAS




El Mallorca, jugando un partido plano, hizo más que su rival para ganar. Las ocasiones más claras fueron para el bando mallorquín y los gallegos tuvieron más posesión pero sin sensación de peligro. Aún así; ofrecer más fútbol, con resultados, es una obligación total. Con este juego se aventura casi imposible alcanzar el objetivo del ascenso directo. 
José Luis Oltra modificó la estrategia de combate y, esta vez, se empató. Los mallorquines utilizaron el repliegue, en ocasiones intensivo, y se dedicaron a explotar errores de su adversario. Sí, se fue muy ligeramente superior y el resultado justo hubiera sido una victoria. El técnico valenciano debía afrontar el posicionamiento táctico y, sobre todo, las dudas en estrategia. A balón parado se volvió a apostar por el marcaje zonal y se consiguió máxima eficacia. Aquí se fue fuerte y contundente. Los mallorquines defendieron bien y mejor que su rival. Durante la segunda parte se adelantó la línea de presión y se mejoró en llegada.
Por su parte Quique Setién vistió a su equipo tal y como se esperaba. Precaución en su repliegue pero con desparpajo en las salidas hacia la portería defendida por Miño. La experiencia del equipo gallego estaba fuera de cualquier duda. Hasta siete futbolistas, en el once titular, superaban los veintinueve años y sólo uno por debajo de los veinticinco.  Trenzar ataques, hasta el infinito, pero con poca o nula profundidad ayudaron a la línea de retaguardia mallorquina. 
En definitiva se sumó un punto que abre nuevas posibilidades de juego. Si el Mallorca apuesta definitivamente por defender y esperar errores  tendrá que mejorar en agresividad defensiva y, sobre todo, en contraataque. La velocidad en todas las acciones, así como la participación de todos, deberá ser más alta.


02 noviembre 2013

HAY PREGUNTAS POR RESPONDER





Cada vez que el Mallorca ha medido sus fuerzas contra un equipo de perfil alto la sensación de debilidad apareció. Murcia, Sporting, Zaragoza y Recreativo se saldaron con derrota. Y ahora toca batallar contra el segundo clasificado de la tabla.
El Lugo transpira fútbol por los cuatro costados. Con un presupuesto modesto pero con las ideas muy claras están consiguiendo aquello que todo el mundo anhela; eficacia.  El entrenador entrena, los futbolistas juegan y el presidente dirige. Es decir, desde su sitio, todo el mundo trabaja para el bien común. No hay piedras en el camino y todos son aliados. 


Quique Setién, antaño un magnífico futbolista y ahora un capaz entrenador, ha conseguido encontrar la tecla del equilibrio. Cuando sus futbolistas recuperan el esférico son capaces de desplegarse, sin menospreciar el contraataque, trenzando jugadas de ataque con la pausa necesaria. Pero en defensa tampoco sienten ningún tipo de rubor a la hora de utilizar el repliegue intensivo. Pueden apretar a zonas medias o meterse atrás sellando la portería propia.  De las seis victorias conquistadas hasta cuatro fueron por el exiguo 1-0. Suficiente. Esperar hasta el infinito, sin desesperar, es la seña de identidad de un buen equipo de fútbol.


En el aspecto individual hay futbolistas destacables. Manu ofrece buena salida desde la tercera línea y perfil izquierdo. Carlos Pita es arquitecto. Juega a dos o tres toques siendo muy complicado hacer efectiva la presión sobre él. Álvaro Peña combina trabajo con llegada. Y arriba, en la definición, aparecen dos futbolistas poderosos en el cuerpo a cuerpo.  Ambos se acercan a los 190 centímetros y son difíciles de sujetar. Tanto Sandaza, como Rennella, tienen características de juego de referencia. Su estilo puede adaptarse a las características de los centrales rojos pero sólo el partido, juntó con el balón, nos otorgarán respuestas.
Se están quemando jornadas y la victoria es más que necesaria. Todos los estamentos del Club, junto con el entorno, necesitan el bálsamo de la victoria. ¿Será posible?