Después de los pobres
resultados de las últimas jornadas, dos puntos de nueve posibles, no hay
margen. El Mallorca está metido en un círculo vicioso que sólo se soluciona
apostando a ganador. Llegar a los veintiún puntos, ante Ponferradina y
Deportivo, era obligación. Por tanto, toca victoria. Fallar más empezaría a
abrir una brecha difícil de suturar. Si la segunda plaza llega a ponerse a diez
o doce puntos de distancia, con diez equipos por encima, la tarea cobrará una
dificultad mayor. Entonces sí, habrá presión de verdad.
Para los rojos ya ha
llegado uno de los momentos culminantes de la competición. Alejarse más será perder
ilusión, posibilidades y contacto con el objetivo final.
Pero ganar al próximo
adversario, en su feudo, no será un trabajo sencillo. El Deportivo es un bloque
granítico. Sin fisuras y que comete muy pocos errores defensivos. Sólo siete goles encajados, cinco de
estrategia y dos de contraataque, le otorgan vitola de máxima seguridad.
Fernando Vázquez ha coqueteado con diferentes sistemas de juego. Últimamente el
1-4-1-4-1 ha
sido el más utilizado pero también ha pasado por el doble pivote con tres
medias puntas. Incluso, en un partido de Copa, llegó a meter a tres centrales
para armar línea de cinco zagueros. Y ahora contra el Mallorca podría colocar a
dos delanteros, Borja Bastón y Luis Fernández, para intentar buscar las
cosquillas a los centrales rojos. Pero
con toda esta dinámica, dentro del sistema de juego, hay una variable que nunca
ha cambiado en el conjunto gallego. Es el estilo.
En eso, el técnico de Castrofeito, no ha claudicado nunca. Muchos futbolistas por detrás de la línea de balón, ocupación en repliegue normal o intensiva y explotar al máximo los espacios que el rival deja cuando ataca son preceptos inquebrantables. Pero todos los equipos cuentan con puntos débiles y este Deportivo también los tiene. Por fuera, en el juego exterior, podría encontrar el Mallorca su hábitat de supervivencia. ¿Lo hará?
En eso, el técnico de Castrofeito, no ha claudicado nunca. Muchos futbolistas por detrás de la línea de balón, ocupación en repliegue normal o intensiva y explotar al máximo los espacios que el rival deja cuando ataca son preceptos inquebrantables. Pero todos los equipos cuentan con puntos débiles y este Deportivo también los tiene. Por fuera, en el juego exterior, podría encontrar el Mallorca su hábitat de supervivencia. ¿Lo hará?
El partido pinta a
guerra de nervios. José Luis Oltra ha tocado el estilo y también pretende
aprovechar el contraataque. Por tanto, uno de los dos tendrá que asumir el reto
del balón. Los mallorquines contarán con dos bajas de cierto calado. Pep Lluis
Martí tendrá que abandonar la sala de máquinas, por lesión, y Emilio N'Sue el
perfil derecho por el compromiso de su selección.
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