31 agosto 2016

¿DEBE FICHAR EL RCD MALLORCA?




La contratación de Adrián Colunga ya supuso un grado de incógnita para la línea de vanguardia del Mallorca. Hubo confianza y se apostó por un delantero que ofrecía más interrogantes que respuestas reales.

Ahora su baja es una excelente noticia. Sus declaraciones han marcado su pensamiento. Colunga no podía seguir bajo la disciplina de Fernando Vázquez.  El problema se hubiera enquistado y hubiera podido corromper más manzanas del cesto.

Pero su salida no convierte el problema del gol en solución. El Mallorca tiene que asumir la pérdida de un efectivo que debería reponer. Un delantero, que ayude a despejar la incógnita del gol, parece necesario. 

Dejar en las botas de la actual plantilla la responsabilidad del gol parece, como mínimo, bastante arriesgado. Despejar este enigma ayudaría a todo el mundo a ver el futuro de forma más optimista. Y no hay que olvidar al entrenador. Quizás Fernando Vázquez esté satisfecho con sus posibilidades y no pretenda ningún delantero más. 


¿Qué hará el Mallorca? ¿Fichará o permanecerá inmóvil ante esta nueva situación? 

29 agosto 2016

REDIMIRSE ERA NECESARIO





Redimirse, después del varapalo inicial, era bastante necesario. Los titubeos tácticos del primer partido de Liga obligaban a mostrar mucho más equilibrio y eficacia competitiva. Y aquí el Mallorca dio un paso hacia delante y mejoró algo su juego. 
El sistema por sí solo no significa prácticamente nada. Son los jugadores, con sus movimientos, los que otorgan equilibrio o anarquía. Pero la posición de partida, con transiciones y soluciones a los movimientos, sí que la marca el entrenador. 


Fernando Vázquez dibujó una línea de cuatro zagueros que estuvo más diligente. Company y Oriol debían limpiar y ganar su radio de acción en los laterales. No tuvieron su mejor partido. Los dos laterales sufrieron y padecieron el juego de sus respectivos adversarios.
Álvaro Cervera, consciente de su fortaleza, colocó a Álvaro y Salvi sobre su juego exterior y apuntaló con Ortuño su línea de vanguardia. Los rojos sujetaron  a medias y mostraron cierta dificultad en su parcela defensiva. El rival con una mínima posesión de balón generó peligro de gol. 
La batalla por el esférico en el centro del campo no tuvo una importancia capital. Así mismo los rojos metieron tres por dentro y los amarillos no igualaron las fuerzas. El partido estaba en las transiciones y aquí hubo cierta alternancia. 

El Cádiz había mostrado alguna debilidad en estrategia defensiva. Contra el Almería, así como en su partido amistoso entre semana, encajó gol desde en este tipo de jugada. Álvaro Cervera modificó su sistema defensivo y mejoró sus prestaciones. El Mallorca no creo el peligro deseado en este tipo de acciones. 
La variación de Juan Rodríguez por la derecha fue un acierto. Otorgó pase, profundidad y de manera casi accidental participó en el gol. Al final se rascó un empate que debe considerarse justo. El Mallorca tiene que seguir creciendo por el camino del equilibrio. Esta categoría tiene una igualdad exagerada y buscar un riesgo excesivo parece demasiado arriesgado. 

21 agosto 2016

CAMBIOS POR DOQUIER



Después de tres años iniciando con mal pie la competición se esperaba un giro de tuerca. Algo diferente a las derrotas de temporadas anteriores. El Mallorca volvió a perder y fue fruto de demasiados cambios durante el transcurso del partido. El juego fue errático, sin fluidez y carente de equilibrio. 
Los mallorquines saltaron al césped dispuestos a liquidar al adversario por la vía rápida. Pero poco a poco se fueron ofuscando y oscureciendo. Contar con muchas posibilidades tácticas obliga a elegir y acertar. Pero al final el objetivo siempre es el mismo. Ganar. Variar tanto como hizo el Mallorca no es positivo. Todo lo contrario.


La continuidad ayuda a crecer y los mallorquines cambiaron demasiado. Fernando Vázquez se exigió un buen inicio de campeonato. Y sus deseos no se pudieron cumplir. Muchas preguntas cernían sobre las decisiones del entrenador de gallego. Las repuestas se fueron mostrando poco a poco. 


Una línea de tres defensores liderada por Yuste, en el eje, inició el partido. Tuvo cierto control aunque padeció dos contraataques que fueron abortados por el portero. La zona ancha del terreno de juego fue para Juan Domínguez y Juan Rodríguez.  Ambos sobaron en exceso el balón y lentificaron los ataques convirtiéndolos en previsibles y fáciles de suturar. 


El Mallorca tocó su sistema de juego y pasó a una línea de cuatro defensores. Pero no tuvo el equilibrio deseado. Demasiados futbolistas, jugando en diferentes posiciones, y con diferentes sistemas terminaron por cavar la derrota roja. 
Lekic saltó al terreno de juego y no vio ningún balón sobre su mejor virtud. Su juego aéreo fue obviado y el rival no tuvo excesivos problemas para sujetarlo. 


El Reus colocó su tapón particular en la zona de medios. Hasta tres futbolistas para cerrar el fútbol de elaboración del contrario. Albistegui se vio perjudicado por la expulsión de Miguel García y fue sacrificado. Los de Natxo González tuvieron la regularidad deseada y supieron esperar su oportunidad. 
Chrisantus enarboló la bandera de la amenaza. El delantero nigeriano trabajó a destajo y desgastó a la pareja de centrales mallorquines. Los catalanes fueron mucho más regulares y, sobre todo, estuvieron más equilibrados. El entrenador rival refrescó su línea de contraataque y acertó en prácticamente todas sus decisiones. 


Fernando Vázquez tiene mucho  trabajo por delante. Ahora debe reflexionar sobre sus decisiones y fijar su propuesta de juego.