29 agosto 2016

REDIMIRSE ERA NECESARIO





Redimirse, después del varapalo inicial, era bastante necesario. Los titubeos tácticos del primer partido de Liga obligaban a mostrar mucho más equilibrio y eficacia competitiva. Y aquí el Mallorca dio un paso hacia delante y mejoró algo su juego. 
El sistema por sí solo no significa prácticamente nada. Son los jugadores, con sus movimientos, los que otorgan equilibrio o anarquía. Pero la posición de partida, con transiciones y soluciones a los movimientos, sí que la marca el entrenador. 


Fernando Vázquez dibujó una línea de cuatro zagueros que estuvo más diligente. Company y Oriol debían limpiar y ganar su radio de acción en los laterales. No tuvieron su mejor partido. Los dos laterales sufrieron y padecieron el juego de sus respectivos adversarios.
Álvaro Cervera, consciente de su fortaleza, colocó a Álvaro y Salvi sobre su juego exterior y apuntaló con Ortuño su línea de vanguardia. Los rojos sujetaron  a medias y mostraron cierta dificultad en su parcela defensiva. El rival con una mínima posesión de balón generó peligro de gol. 
La batalla por el esférico en el centro del campo no tuvo una importancia capital. Así mismo los rojos metieron tres por dentro y los amarillos no igualaron las fuerzas. El partido estaba en las transiciones y aquí hubo cierta alternancia. 

El Cádiz había mostrado alguna debilidad en estrategia defensiva. Contra el Almería, así como en su partido amistoso entre semana, encajó gol desde en este tipo de jugada. Álvaro Cervera modificó su sistema defensivo y mejoró sus prestaciones. El Mallorca no creo el peligro deseado en este tipo de acciones. 
La variación de Juan Rodríguez por la derecha fue un acierto. Otorgó pase, profundidad y de manera casi accidental participó en el gol. Al final se rascó un empate que debe considerarse justo. El Mallorca tiene que seguir creciendo por el camino del equilibrio. Esta categoría tiene una igualdad exagerada y buscar un riesgo excesivo parece demasiado arriesgado. 

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