Javier
Olaizola debutó ante un adversario peligroso pero con debilidades
muy aprovechables. Tocó jugar contra posiblemente el equipo más anárquico de toda la Segunda División. Este hecho no
garantizaba ni mucho menos un partido sencillo. No lo fue.
Aprovecharse del desgobierno del Almería se antojaba como
la fórmula más deseable. Hubo, de forma previsible, ida y vuelta pero la victoria se le llevó el equipo con más
pegada.
El técnico vasco tomó sus primeras decisiones. Juntó a dos jugadores en línea de vanguardia
para presentar mayor mordiente de presión y más posibilidades para Brandon.
Tuvieron más opciones durante los primeros cuarenta y cinco primeros minutos después Dalmau se fue diluyendo.
La
velocidad de Lago Junior estuvo al servicio del ataque.
Desde el ala derecha ocupó una demarcación bastante adelante y le buscó las
cosquillas a Nano. Tuvo una acción francamente buena que debió terminar en gol.
Por su parte Pol Roigé lo intentó,
pero desesperó.
Juan
Domínguez evolucionó junto a Culio
y, entre ambos, se abonaron al típico fútbol de ida y vuelta del contrario.
Tuvieron algún problema de contención y el argentino terminó jugando como único sostén de la medular.
La línea de cobertura mallorquina tenía que amortiguar la
capacidad ofensiva de su rival. La zurda de Quique, unida a su velocidad en la
fase terminal, debían poner nota a los centrales. Yuste y Raíllo tuvieron alguna dificultad, pero los goles no fueron imputables al eje de la
defensa.
Fernando Soriano lanzó todo su potencial ofensivo, pero
también mostró sus carencias defensivas. Las
vergüenzas quedaron, como siempre durante esta temporada, al descubierto en algunas de sus
transiciones defensivas.
Aquí los rojos debían apostar
a ruptura bajo la espalda de Nano y Ximo. Alargar el desorden de centrales
y Diamanka hubiera dado más posibilidades en contraataque. Pero la segunda parte quedó demasiado huérfana
de ocasiones y llegadas.
La estrategia acercó una posibilidad de empate que
finalmente no llegó. Javier Olaizola
modificó el tipo de marcaje en estrategia, cambió el sistema durante el partido
y acumuló muchos futbolistas por delante de la línea de balón. Cualquier entrenador que estrena cargo
precisa tiempo y mucha confianza. El técnico vasco tiene por delante un
reto tan apasionante como difícil.
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