15 diciembre 2012

UN PARTIDO MARCADO EN ROJO




El balón quema, las dudas aparecen en defensa y la sensación de vulnerabilidad es inmensa. Todo el entorno futbolístico es consciente de la importancia capital que ha alcanzado este encuentro. No se puede alargar más, ha llegado el momento de la victoria.
El fútbol suele ser caprichoso y ha querido que, justo en este instante, se produzca la mesura entre el estilo Caparrós y el método Bielsa.
El Athletic no es el equipo de la temporada pasada. La propuesta futbolística es la misma pero su ejecución es muy diferente. El manido problema Llorente sólo es la punta del iceberg; hay mucho más.
Los vizcaínos están eliminados de la Europa League, prematuramente han caído en Copa y de veintisiete partidos oficiales sólo han podido conseguir ocho victorias. Parece que todo les está restando. Pero su proposición hacia el juego no ha cambiado en exceso, sí su contenido. Los leones siguen intentando lanzar un juego arrogante lleno de conservación de balón. La idea se mantiene pero su capacidad defensiva se ha visto muy mermada. El marcaje mixto está siendo poroso y la capacidad de recuperación del balón, en campo contrario, se ha visto superada en demasiadas ocasiones. Y si el Athletic pierde intensidad defensiva pierde demasiado. Ahora llegan a Son Moix con la intención de buscar un resultado positivo que ayude a aliviar una temporada más discreta que exitosa.

Pero ver las carencias del rival no arregla el problema propio. El Mallorca todavía está más necesitado. Virtualmente  eliminado de la Copa, una afición que empieza a abandonar de manera preocupante el campo y su entorno institucional, más enrarecido que positivo, no ayudan a arreglar la crisis.
Metiendo todos estos condicionantes dentro del terreno de juego se hace casi imposible aventurar un pronóstico para este partido.  

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