El Sevilla será difícil de
batir y complicado de neutralizar. Los andaluces cuentan con pegada,
construcción y, sin embargo, son vulnerables. ¿Por qué?. Achacar puntos negros al
dibujo táctico de Unai Emery sería injusto. En el eje aparecen
dudas que el Mallorca tendrá la obligación de aprovechar. Botía no es
hermético, Fazio sigue conduciendo en exceso y Fernando Navarro no se encuentra
con clarividencia en la posición de central. Cicinho se preocupa de asistir
pero se olvida, en algunas fases, de defender y vigilar su posición. Sin duda,
es la línea de zagueros la más endeble de un conjunto que a medida que avanza
mejora en prestaciones y posibilidades.
Kondogbia y Medel se
reparten la zona ancha para que Rakitic pueda moverse con más libertad. El
croata es dinámico, ágil e inteligente. Sabe meter, de manera casi
intuitiva, cambios de orientación que
pueden dañar el marcaje zonal que tirará Manzano. Su posición, además de ser
realmente peligrosa, oxigena a un demonio que suele reinar desde el costado
derecho. Es Jesús Navas. Este número siete puede medirse, saliendo victorioso,
con cualquier lateral zurdo del mundo. Escrutar, hasta el infinito, el flanco
izquierdo mallorquín será tan injusto como inútil. Reforzar las ayudas
defensivas, conseguir que reciba lejos de su perfil y temporizar todas sus
acciones será casi una mera cuestión de pura supervivencia. Además las ayudas
de los centrales estarán realmente condicionadas. Negredo amenazará en el eje y
Manu del Moral o Reyes pueden dañar por el otro costado.
La realidad nos muestra un
partido realmente complicado pero, a la vez,
posible. El Mallorca tendrá que aprovechar lagunas y castigar defectos.
No hay margen. Son noventa minutos para conquistar tres puntos y seguir
avanzando hacia la salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario