Conviene no olvidar que para
jugar una final es necesario ganar la semifinal. El margen ya no existe; se
esfumó. El Mallorca jugará el encuentro en Los Carmenes con un único objetivo
válido; la victoria. No hay más opción que ganar. El empate no es suficiente y
arrastrar los tres puntos hacia el casillero es una pura cuestión de longevidad
competitiva. En fútbol hay oportunidades que no pueden dejarse escapar; ésta es
una de ellas. Vencer, será acercar numéricamente
la salvación, aumentar los depósitos de confianza y lanzar un mensaje positivo
a todo el entorno futbolístico.
Pero en este deporte todo es
sencillo, de escribir, pero difícil de ejecutar. Reinar, con éxito, en Granada
será tarea para domadores de leones. El equipo de preside Enrique Pina ha
mejorado en todo. El cambio de entrenador y las nuevas incorporaciones han
transformado a un equipo realmente difícil de superar.
El Mallorca
tendrá que entrar al partido con intensidad pero sin precipitación. Los
futbolistas de Gregorio Manzano deben cuidar cada minuto tal y como se merece.
Meter más presión de la necesaria no hará más que bajar el rendimiento y
consecuentemente afectará al resultado. El
Granada intentará hurgar en la ansiedad roja y evitarlo será un aspecto
psicológico casi vital. En cualquier caso hay un precepto ineludible que no
puede esconderse de ninguna manera posible. El Mallorca necesita ganar, sí o
también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario