El resultado
es parte del fútbol y aceptarlo, con naturalidad y responsabilidad, es una
obligación que forma parte de las obligaciones de los profesionales del balón.
¿Jugar con presión por ganar? Sí, eso es fútbol. La competición avanza y los
partidos terminales siempre llegan. Y con el nudo, de la soga, en la garganta
los futbolistas del Mallorca tuvieron que encarar un partido que sólo se podía
ganar. Lamentablemente se empató y lo peor es que el resultado puede y debe
considerarse como justo.
La primera
parte fue por un camino lleno de igualdad con una ligera intención roja.
Insuficiente para desnivelar el resultado. Lluís Carreras decidió un once que
tuvo a Antonio López, Bigas, Agus y Ximo en línea de retaguardia. No encajar
era obligación y, al menos, eso sí se cumplió. Iriney y Thomas buscaron
fortaleza en el doble pivote pero sólo la consiguieron a medias. Los medios
centros fueron incapaces de sujetar el partido con el balón y se limitaron a
defender y desconectarse del juego ofensivo. Marco Asensio, con su zurda, fue
el único faro que iluminó algo el ataque bermellón. Eso sí, insuficiente para
merecer la victoria.
Manolo
Herrero fue con lo esperado. El Jaén es equipo de balón pero si no lo tiene
repliega y lo hace con entereza. Metió lo mejor que tiene en línea de tres
cuartos. Víctor Curto, futbolista que siempre tiene el tiro ente ceja y ceja,
estuvo activo. Jozabed con talento de pasador se colocó en posición centrada y
lanzó cátedra de medio centro. Ya durante la segunda parte el Jaén hizo más
cosas para vencer. Cerró el equilibrio con Quesada y el Mallorca se encomendó a
alguna jugada aislada de Álex Moreno. Prácticamente nada más.
La realidad
empuja al Mallorca hacia el infierno más absoluto. No hay ningún criterio
objetivo que ayude a creer en la posibilidad de la permanencia. Los rojos
pueden estar en manos de sus rivales, o de la fortuna más absoluta, y el
pesimismo es una auténtica realidad. Cuando todo se desmorona de esta manera es
necesario buscar una acción que suponga un revulsivo interno o externo. En
juego hay demasiado y el Mallorca no puede simplemente dejarse ir.
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