23 septiembre 2013

JUGAR CON PRESIÓN


En Segunda División los titubeos se pagan caros. Las dos primeras posiciones, las únicas que regalan la Primera División de forma directa, tienen un alto precio. El objetivo rojo es tan nítido como difícil. El Mallorca tendrá que sumar cerca, o más, de ochenta puntos y para ello no puede dormirse en los laureles. Y el mal menor de la sexta plaza, que da opción al play off, necesita superar, como mínimo, el listón de los sesenta y cinco puntos.  ¿Presión? Sí, por supuesto. El fútbol es presión. Aceptarla y llevarla con la máxima naturalidad es imprescindible. 
Y el Mallorca jugó bien hasta que la notó. Inicialmente José Luis Oltra situó a Miño bajo palos. Intentó cerrar el eje, de su defensa, con Nunes y Agus para bloquear los flancos con Ximo y N'Sue. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos los centrales rojos parecieron rápidos, certeros y eficaces. ¿Por qué? La respuesta está en la actitud mental de todo el conjunto. Presión alta y agresiva. Thomas asumiendo su papel y jugando al límite contra Galarreta, Iñigo buscando su espacio en la medular, Alfaro metiendo diagonales para igualar fuerzas en defensa y Víctor con Gerard representando la primera línea defensiva. 
Pero la señora "presión" hizo acto de presencia en la segunda parte. Gonzalo Arconada quitó, forzado por las circunstancias, la tiza de la medular. Retrasó a Galarreta, centró a Muñiz y dio la alternativa a Pablo Infante.  Y los rojos simplemente se fueron atrás. El balón empezó a quemar y el miedo a perder, la exigua ventaja, atenazó todas las líneas. Los centrales empezaron a parecer  lentos, los medios toscos y los delanteros sin ideas. 

El partido debe analizarse desde la globalidad y no seccionarlo desde la parcialidad. La primera parte roja fue tan buena como mala la segunda. Los mallorquines tienen que aprender a disfrutar del juego con la presión del resultado. Aquí está la clave. El fútbol no deja de ser un juego. Disfrutar de la presión es un arte y el Mallorca debe jugar sin pensar en todo lo que puede perder. De hecho lo más importante ya se perdió; fue la Primera División. 

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