19 agosto 2011

SÓLO FÚTBOL


El clásico de la Supercopa nos dejó muchas imágenes pero también nos regaló un partido inmenso. Los estilos de ambos equipos, ambos muy atractivos, están claramente diferenciados.
El Real Madrid se manifestó superior en el concepto defensivo de la presión. Su sincronización en la medular, ya en el mes de agosto, está rozando la perfección. Los automatismos alcanzados en estos dos partidos me han impresionado. Ver el trabajo abnegado de un jugador, para que su compañero se beneficie en la recuperación, es un trabajo de mentalización y ejecución. Y aquí el papel del entrenador es fundamental. Aún así el mejor jugador del planeta pudo romper la presión con una jugada maravillosa. La acción de la Pulga, en el gol de Iniesta, es simplemente perfecta. No existe táctica defensiva que pueda sujetar a Messi.
El Barcelona, fiel a su doctrina, intentó jugar con la posesión del balón y durante algunos instantes consiguió doblegar la presión blanca. Los de Guardiola necesitan un tono físico superior para mantener así el ritmo de balón que destruye cualquier sistema defensivo que se les pueda plantear. Además tendrán que mejorar su nivel de atención en las acciones a balón parado; aquí perdieron casi todos los duelos.
El fútbol es presente y si el Barça quiere mantenerse como el mejor tendrá que trabajar mucho, el Real Madrid reduce las distancias a marchas forzadas.


P.D. La vida es más divertida viendo jugar a Leo Messi.