Aguirre apostó por los tres medios centros de perfil defensivo (Luccin, Maniche y Costinha), eso le aseguraba la posesión del balón al máximo, siendo del toda efectiva la superioridad numérica en el centro del campo pero su progresión en el juego adolia de profundidad, solo F. Torres era vertical y su participación en el juego fue muy excasa.
Manzano colocó a Arango y Jankovik por banda intentando llevar el partido a situaciones de 1 x 1 en esa zona del campo, pero cambió de bandas hasta tres veces y no llegó a ser del todo eficaz ni resolutivo en esas acciones, si bien es cierto que el Mallorca tuvo sus opciones de gol (estratégicas) el partido volvió a ser un espeso y poco vistoso.
Al final cero a cero en el marcador y poca guerra táctica desde el punto de vista del entrenador, un partido aburrido para el espectador y vidrioso para el especialista.
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