11 septiembre 2011

TRES PUNTOS DE SUTURA


En esta Liga tan competitiva se hace necesario manifestar pocas o nulas fisuras hacia el exterior. La igualdad, en la lucha por la permanencia, será tan alta que cualquier debilidad interna puede ayudar a desequilibrar la balanza. Y un pulso público, entre propietario y entrenador, puede tener resultados catastróficos para la entidad. Enviar un mensaje de división a la afición, escasa y maltratada por todo lo acontecido en los últimos años, es otro agujero en la línea de flotación. En cualquier caso las decisiones ya están tomadas y esta plantilla, guste o disguste, tendrá que asumir treinta y siete finales más con un objetivo diáfano, mantener la Primera división.
Remar todos hacia la misma dirección y con el convencimiento absoluto de ser autosuficientes es imprescindible. Si el entrenador considera que su plantilla no está capacitada para lograr el objetivo, debe marcharse. Si la propiedad no tiene confianza en su líder, debe cesarlo. Estas situaciones se arreglan o se rompen, pero no se esconden. En fútbol, con un equipo del perfil que tiene el Mallorca, las tres derrotas consecutivas acaban llegando y justo en ese instante la unidad siempre ayuda a encontrar el camino de la victoria.
Asociar las culpas de los malos resultados, al banquillo o al palco, sería tan absurdo como inútil. Esto es un club de fútbol que precisa y necesita máxima unidad en todos sus estamentos, dividir esfuerzos es dividir posibilidades de éxito.
Y con todo esto en el maletero, además de alguna baja importante, se tendrá que afrontar la batalla de Sevilla. El Betis, dispuesto a meter todas las dificultades posibles, será el encargado de testar las posibilidades rojillas. Los de Pepe Mel saldaron su primer partido con victoria y querrán, con el paraguas de su fiel afición, sumar seis de seis. Tácticamente el técnico madrileño combina despliegue y repliegue, esto convierte su presión en asfixiante pero a la vez equilibrada. La sensación de presión generalizada en campo contrario se diluye cuando ésta es superada, después aparecen repliegues rápidos e inteligentes. La combinación y la sincronización de estos dos aspectos defensivos le convierten en un rival muy peligroso. La pareja formada por Iriney y Beñat otorga un centro del campo que mezcla trabajo con gotas de calidad. El desequilibro de Jorge Molina, que tendrá que mostrar su capacidad en Primera división, y la envergadura de Roque Santa Cruz serán aspectos a neutralizar.
En definitiva llegan los partidos, los puntos y el fútbol. Conviene no olvidar que lo más importante siempre pasa cerca del terreno de juego, lo demás acaba siendo sólo ruido.

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