08 junio 2014

SALVADOS POR LA CAMPANA




El Mallorca he recorrido una temporada negra; casi nefasta. Sólo la permanencia, conquistada en la última jornada, ni puede ni debe esconder un fracaso mayúsculo. El partido tenía rango de final absoluta sin margen para el error. Con todos los ases sobre el tapete no quedaba espacio para la especulación y los mallorquines debían jugar a ganador. Y sólo pudieron empatar gracias a un buen partido de Dudu Aouate. El Mallorca saltó al Arcángel sabiendo que la victoria le daba la permanencia y, al menos, el compromiso se daba por asumido. El partido fue de idas y venidas. Casi imposible hacerse con el control del partido por parte de ninguno de los dos equipos. Pero el Mallorca tuvo, sólo durante los primeros cuarenta y cinco minutos, mejor fútbol y alguna clara ocasión de gol. 
Inicialmente Javier Olaizola y Pep Alomar decidieron su once apostando a la experiencia. Aouate volvió a situarse bajo palos y terminó siendo el mejor futbolista rojo. Los centrales designados fueron Bigas y Agus que supieron detener el juego de la media punta Uli Dávila. En el centro del campo repitió Pep Lluis Martí que volvió a tirar de galones para poner su experiencia al servicio del conjunto. Alfaro fue por dentro mientras Brandon y Alex Moreno se repartieron el juego exterior. Hemed, centrado y con la ayuda de Alfaro, condicionó a los centrales contrarios jugando un partido más que decente. 
Albert Ferrer se la jugó con la alineación esperada. Gunino y Pinillos, laterales ofensivos, también muestran flaquezas defensivas y aquí el Mallorca debía apostar a ganador. Fran Cruz y Iago Bouzón fueron el eje pero estuvieron expuestos. Pero su jugador clave, durante este partido y toda la temporada, llevaba el número veintitrés. Abel Gómez montó su hábitat natural en el centro del campo y desde allí, sobre todo en estrategia, lanzó acciones de cierto peligro. 
Ya durante la segunda parte el Mallorca se vio totalmente incapaz de sumar los tres puntos y terminó diluyéndose en un fútbol conformista y peligroso. Al final los resultados acompañaron y el año que viene se volverá a jugar en Segunda División. A partir de ahora muchas cosas deberán cambiar y la escoba, para limpiar lastres que restan más que suman, es totalmente imprescindible. 

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