23 enero 2011

EL MEJOR PEGADOR DEL PLANETA FÚTBOL


Jugar contra el Real Madrid siempre tiene una dificultad extrema. Es así. El equipo blanco además de regalar muy pocas ocasiones de gol siempre dispone, por mal que pueda jugar, de amplias y variadas soluciones que le ayudan a conseguir la victoria. Analizando con objetividad las posibilidades de ambos contendientes queda claro que la conquista del Santiago Bernabéu parece casi una utopía. Pero esto es fútbol. Es un juego y no es empírico en su totalidad.
Aquí hasta el más poderoso puede encontrarse el amargo gusto de la derrota. Lo que parece claro es que el Mallorca, si pretende obtener un resultado positivo, tendrá que rozar la perfección. Manifestar un espíritu solidario, manejar con criterio todas las situaciones del juego y presentar batalla con inteligencia en las transiciones, serán aspectos vitales.
El Madrid es un equipo letal. Las características de sus futbolistas le convierten en el mejor pegador del planeta fútbol ya que su verticalidad y velocidad resultan casi imposibles de sujetar. Curiosamente el equipo de Mourinho es más mortífero y peligroso cuando no tiene el balón en su poder. Aquí es donde sus jugadores más resolutivos se manejan a la perfección. En fase defensiva Cristiano Ronaldo siempre se mueve pensando en la recuperación de sus compañeros. Una vez que ésta se produce, y con espacios por explotar, resulta un jugador casi imparable. Su resistencia a la velocidad unida a su potencia y a su presteza gestual le convierte en un jugador diferencial. Hablar de coberturas profundas sobre su posición, presión sin entrada y contundencia defensiva serán aspectos a trabajar continuamente.
Pero CR7 no es la única amenaza blanca. Ozil siempre aparece dispuesto a encontrar un pase profundo que pueda habilitar la zurda exquisita de Di María. El portugués, que se maneja francamente bien bajo el paraguas táctico de Mourinho, busca profundidad o tira diagonales hacia dentro para encontrar el tiro a portería. Ya en el centro del campo anular los cambios de orientación de Xavi Alonso puede ser la diferencia entre morir y sobrevivir. Su posición consigue desahogar los ataques posicionales de los merengues convirtiéndolos en fulminantes. El Madrid suele efectuar muy pocos pases hacia atrás pero, cuando los hace, suelen ser sobre su lugarteniente de la medular. Y aquí el Mallorca estará obligado a cerrar este pase y evitar el cambio de juego.
Pero para obtener un resultado favorable no bastará con defender bien. En ataque también se tendrá que tocar la excelencia. Aprovechar las escasas ocasiones que se pueden presentar será vital. En este sentido Webó tendrá que asumir un papel preponderante. Deberá vestirse de gladiador para trabajar en inferioridad. El equipo necesitará de un jugador que ayude a salir de todos los repliegues intensivos y el camerunés tendrá que asumir este papel.

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