Perder la Primera División es un golpe bajo pero no debe
ser definitivo. Las categorías se conquistan con buena gestión y mejor
planificación. Marcar, ahora mismo, el objetivo del ascenso sería precipitado y
erróneo. Antes es necesario aclarar el paisaje institucional para así poder dar pasos
firmes y seguros.
Fortalecer y asegurar la planta noble debe ser el primer
paso. Después viene la elección del entrenador y la formación del plantel.
Decisiones no muy populares se antojan como imprescindibles.
No todos caben en este nuevo proyecto. Jugadores con un espíritu gladiador y un
entrenador con hambre de gloria podrían ser la apuesta correcta. La ambición,
mezclada con ilusión y mucha dedicación, es un arma muy poderosa que el Mallorca puede y debe
utilizar.
En ocasiones es necesario romper con el continuismo ya
que éste puede teñir y contagiar de gris el mayor patrimonio de un club; SU
AFICIÓN.
Ahora se abre un periodo de incertidumbre que deberá
sellarse lo antes posible. ¿Qué decisiones tomará al respecto Lorenzo
Serra Ferrer?
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