Para el
Mallorca se han terminado los partidos plácidos y tranquilos. Se acabó. La
trayectoria obliga y, a partir de ahora, habrá que jugar sin ningún tipo de
margen y asumir todos los errores que se están cometiendo. Los futbolistas
rojos tendrán que disfrutar jugando así, o quemarse en cada minuto de partido.
Todos se han ganado a pulso está situación tan delicada. En El Toralín hubo,
durante prácticamente todo el partido, muy poca eficacia y una alarmante
estrategia de ataque errónea. Ante un rival diferente, bastante más hermético
como local que como visitante, había que tirar de buen fútbol y el Mallorca no
lo hizo. La batalla se preveía dura y rocosa. Y así fue. En esta Segunda
División hay equipos mejores o peores pero ninguno es fácil de batir y los mallorquines
contribuyeron a explotar las pocas virtudes de su rival.
Inicialmente
Lluís Carreras tomó sus decisiones y salió cruz falsa. Kevin se acomodó en la
izquierda, con Agus y Ximo en el eje, y N'Sue volviendo a trabajar desde el
lateral. Y la línea de cobertura trabajó volviendo a dejar lagunas y fisuras.
Es cierto que no se pasó por un excesivo peligro pero tampoco se creó el
necesario. El trivote se vistió con Iriney, Generelo y Thomas. Aquí el Mallorca
retrasó y se dedicó a buscar contras esperando una acción ganadora. No buscar
el partido de cara fue un error que costó muy caro.
Claudio
Barragán acudió a la cita con lo puesto. La Ponferradina es un equipo limitado
pero trabajador. Repliegue, cerrando espacios en campo propio, y salidas sorpresivas
sobre contraataque. Velocidad en línea de tres cuartos sin pausa para la
elaboración. Yuri se vistió de amenaza y Javi Lara cogió los mandos de la
estrategia. Los dos laterales estuvieron muy tímidos en tareas de incorporación
y la baja de Óscar Ramírez condicionó las llegadas desde la tercera línea. Con
todos fueron mejores y se merecieron la victoria.
Ahora se
presentará en Son Moix el más fuerte de toda la competición. El Deportivo manda
la categoría gracias a su fútbol plomizo y correoso. Será toda una prueba de
fuego para los futbolistas y el cuerpo técnico y del Mallorca. Ganar sería un
bálsamo que alejaría el fantasma del descenso. ¿Lo aprovechará el
Mallorca?
No hay comentarios:
Publicar un comentario