14 abril 2014

PRESIÓN CON DEPRESIÓN


Para el Mallorca se han terminado los partidos plácidos y tranquilos. Se acabó. La trayectoria obliga y, a partir de ahora, habrá que jugar sin ningún tipo de margen y asumir todos los errores que se están cometiendo. Los futbolistas rojos tendrán que disfrutar jugando así, o quemarse en cada minuto de partido. Todos se han ganado a pulso está situación tan delicada. En El Toralín hubo, durante prácticamente todo el partido, muy poca eficacia y una alarmante estrategia de ataque errónea. Ante un rival diferente, bastante más hermético como local que como visitante, había que tirar de buen fútbol y el Mallorca no lo hizo. La batalla se preveía dura y rocosa. Y así fue. En esta Segunda División hay equipos mejores o peores pero ninguno es fácil de batir y los mallorquines contribuyeron a explotar las pocas virtudes de su rival. 
Inicialmente Lluís Carreras tomó sus decisiones y salió cruz falsa. Kevin se acomodó en la izquierda, con Agus y Ximo en el eje, y N'Sue volviendo a trabajar desde el lateral. Y la línea de cobertura trabajó volviendo a dejar lagunas y fisuras. Es cierto que no se pasó por un excesivo peligro pero tampoco se creó el necesario. El trivote se vistió con Iriney, Generelo y Thomas. Aquí el Mallorca retrasó y se dedicó a buscar contras esperando una acción ganadora. No buscar el partido de cara fue un error que costó muy caro. 
Claudio Barragán acudió a la cita con lo puesto. La Ponferradina es un equipo limitado pero trabajador. Repliegue, cerrando espacios en campo propio, y salidas sorpresivas sobre contraataque. Velocidad en línea de tres cuartos sin pausa para la elaboración. Yuri se vistió de amenaza y Javi Lara cogió los mandos de la estrategia. Los dos laterales estuvieron muy tímidos en tareas de incorporación y la baja de Óscar Ramírez condicionó las llegadas desde la tercera línea. Con todos fueron mejores y se merecieron la victoria. 
Ahora se presentará en Son Moix el más fuerte de toda la competición. El Deportivo manda la categoría gracias a su fútbol plomizo y correoso. Será toda una prueba de fuego para los futbolistas y el cuerpo técnico y del Mallorca. Ganar sería un bálsamo que alejaría el fantasma del descenso. ¿Lo aprovechará el Mallorca? 

 

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