01 junio 2015

INFERIORES HASTA EL FINAL



El Mallorca cerró su temporada en Son Moix con un año para recordar y no olvidar jamás. Los errores, en su globalidad, han sido tan grandes que el éxito deportivo hubiera sido un auténtico milagro. Anotarlos todos, corregir y lanzar soluciones será, a partir de ahora, prioridad. 
En fútbol no hay recetas mágicas de rendimiento pero sí trabajo bien o mal hecho. Y en este sentido el Girona puede ser un espejo. Interesante propuesta táctica con típicos jugadores de Segunda División. Cinco futbolistas en retaguardia, con tres interiores en la medular y dos delanteros. Un sistema regado con una ocupación del campo equilibrada y participación ofensiva de muchos de sus futbolistas. Pero sobre todo trabajo, mucho trabajo. Tuvieron que jugar en inferioridad y bregaron hasta conseguir su objetivo de victoria. 
Durante la temporada ha sido curioso ver como el Mallorca, tanto de Valeri Karpin como de Miquel Soler,  ha utilizado en ocasiones un sistema similar pero con conceptos totalmente diferentes. Ambos entrenadores se blindaron olvidándose de jugar la fase ofensiva del juego. El Girona nunca lo hizo.
Para este trascendental encuentro Pablo Machín siguió fiel a su propuesta. Buscó amplitud con Juncà y Cifuentes y otorgó galones de llegada a sus medios centros. Su juego típico que tan buenos resultados le ha dado. Pero le costó mucho entrar dentro del partido ya que los mallorquines pusieron cierta traba competitiva. 
Miquel Soler aprovechó la ocasión, con buen criterio, para regalar su último partido en Son Moix a Pep Lluis Martí. El capitán es el único futbolista de la entidad que ha podido jugar un partido con cuarenta años y el reconocimiento era totalmente imprescindible. En el centro del campo también apareció Javi Ros.
La línea de retaguardia, uno de los puntos más débiles durante toda la temporada, se vistió con Joao y Pedro Bigas como centrales. Ambos no tuvieron excesivos problemas para sujetar a la dupla atacante del adversario. 
Es justo reconocer que el Girona tiró de cambios ofensivos y valientes, salvó su inferioridad numérica y apostó a ganador. El Mallorca no pudo voltear el partido y terminó haciendo un propio resumen de la temporada. Incapacidad, inferioridad y derrota. 

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