08 junio 2015

MUCHO CAMINO POR RECORRER


El Mallorca ha cerrado un año absolutamente nefasto. Nada es rescatable y casi todo susceptible de cambio. El inicio esperpéntico, en el tema entrenador, es posiblemente único en el mundo del fútbol. Ser cesado antes de comenzar la competición, para después terminarla, puede considerarse un claro ejemplo de mala praxis institucional. La perspectiva del tiempo lo convertirá en un hecho todavía más ridículo.
Deportivamente el objetivo se hizo inalcanzable demasiado pronto. Socialmente el desarraigo con la afición está alcanzando una cota demasiado peligrosa. Y la estructura global del club parece insoportable. Utz Claassen tendrá que decidir, acertar y asumir toda la responsabilidad. Es ley de fútbol. Pero antes de ejecutar es necesario organizarse. Definir y conseguir el presupuesto, adecuado con los objetivos marcados, es una prioridad. Después tocará atinar en toda la toma de decisiones. Y no serán pocas.
Acertar con el entrenador del primer equipo puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Utz Claassen no tiene más excusas en la manga. Ha llegado el momento de demostrar músculo financiero, capacidad de gestión y liderazgo ejecutivo. Su objetivo es conseguir los dos ascensos, de primer y segundo equipo, y sentar las bases adecuadas de crecimiento. A partir de ahora su gestión será su carta de presentación. 
Desgraciadamente el último partido de Liga careció de total trascendencia e interés competitivo. El encuentro no merece un análisis ni profundo ni exhaustivo. Fue un choque sin historia y con poco fútbol. El Mirandés se puso por delante en el marcador y el Mallorca jugó a remolque.
La alineación de Miquel Soler estuvo marcada por las ausencias significativas. Damià, Gabri y Brandon fueron titulares. El control del partido fue para el equipo local y los mallorquines solo tuvieron una oportunidad de Gabri que detuvo Razak. 
El resto de partido transcurrió por un camino insoportable. Jugando, ambos equipos, con la intensidad justa pero sin efectuar faltas que pudieran acarrear lesión. Finalmente se cerró el telón con otra derrota justa y ajustada a juego. Que el Mirandés haya cerrado sus últimos cuatro partidos con victoria, sin jugarse absolutamente nada, debería ser la última reflexión para el Real Mallorca. 

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