A estas alturas de la temporada dos derrotas consecutivas
son amenaza de crisis. Después del percance en Zaragoza no había más solución
que puntuar y, a ser posible, con victoria. Solo pudo ser un empate que debe
considerarse justo.
El partido tuvo una presencia táctica interesante.
Fernando Vázquez jugó con Aveldaño y Kasim de centrales mientras su adversario
le metió velocidad y astucia en el eje de su ataque. La intención de Nino y
Berenguer fue la de amenazar en ruptura. Al final hubo una parte para cada
equipo pero ninguno de los dos se mereció ganar los tres puntos en
litigio.
Osasuna llevaba tres partidos seguidos empatando a cero.
Con el objetivo de ascenso en el horizonte precisaba mejorar indiscutiblemente
sus guarismos. Enrique Martín ha utilizado diferentes sistemas de juego y, para
esta ocasión, volvió a su clásica apuesta de tres centrales. David García, Tano
y Miguel Flaño cerraron el eje de la defensa. Ya durante el segundo periodo
Osasuna cambió el sistema y el Mallorca se atragantó.
Últimamente el Mallorca ha mostrado dificultad ante
defensas de tres centrales. Una asignatura pendiente era no retrasar en exceso
a los medios de banda y elegir muy bien el talento. Y aquí el entrenador
gallego eligió a Salomao con Arana. Ambos no retrasaron en exceso su posición y ayudaron a mejorar las prestaciones. Curiosamente se jugó mejor contra la defensa de cinco que con el cambio táctico de la segunda parte.
Con la zurda de Mikel Merino fuera de combate el Mallorca debía jugar sus cartas con inteligencia. Meter presión y neutralizar las carreras de despliegue de los centrocampistas contrarios debía ser material sensible. Damià y Sissoko jugaron por dentro y tuvieron mayor jerarquía en los primeros cuarenta y cinco minutos. Después, contra Oier y Roberto Torres, tuvieron muchas más dificultad.
La batalla entre marcaje y desmarque, con Aveldaño y Urko
Vera, se produjo ya en la segunda parte. La victoria de este duelo individual
fue claramente para el defensa argentino.
El Mallorca tuvo alguna oportunidad final que hubiera
podido decantar el partido. No fue así. El empate final explica aquello que
sucedió durante el encuentro. A partir de ahora toca seguir sumando y conviene
hacerlo rápido.
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