12 octubre 2014

UNA VICTORIA DE ULTIMÁTUM



Jugar sobre la bocina de un ultimátum nunca es recomendable. Cuando un equipo llega al partido límite, de cese o continuidad de su entrenador, el juego suele haberse deteriorado bastante. Los errores, defensivos y groseros, han sido tan altos que ocultarlos era imposible. Pero las circunstancias se han ido ganando a pulso y así tocó jugar. El resultado, al fin, fue victoria. No debe aparecer ninguna duda sobre la capacidad de esta plantilla. Estos futbolistas son capaces de defender mejor y, por supuesto, obtener mejores resultados. Así lo demostraron tímidamente. 
Valeri Karpin decidió ir con Kasim y Bigas, en el eje de la defensa, arropados por sus laterales Cendrós y Gulan. Los dos centrales terminaron con tarjeta y Pedro Bigas se erigió como el mejor de la línea de cuatro. Un centro del campo de perfil más bien mixto. Capacidad de destrucción pero con posibilidad de creación. Joao y Pep Lluis Martí trabajaron con dedicación. Pereira estuvo dinámico, colaborador y también representa una amenaza que debe seguir creciendo. Como casi siempre Marco Asensio lideró la calidad del ataque rojo. Su capacidad técnica representa el mejor aval de combate. Además mezcló a la perfección con un Abdón Prats que consiguió un magnífico gol. Su combinación fue, sin duda, la mejor jugada del presente campeonato. 
Desde la distancia sorprendió la decisión de Alberto López de dejar fuera de la convocatoria a Ion Vélez. El Deportivo Alavés es un equipo experimentado pero conocedor de sus limitaciones. Su plan fue sencillo, previsible y conocido. Toribio ejerció la labor de anclaje táctico.  Él, fue el equilibrio. Las incorporaciones de tercera línea de Raúl García, así como las llegadas de Manu García, estuvieron bajo su vigilancia defensiva. Las gotas de calidad estaban más que anunciadas. Curiosamente el número dieciséis propició la jugada que sirvió para abrir el marcador. Pero es justo reconocer que Marco Asensio tuvo la fe necesaria para presionar a Toribio y, después, a Manu Fernández. 
En el marco meramente institucional no se puede tolerar que el Mallorca se quede sin ninguna representación pública en el palco. La degradación ya es absoluta. La afición mallorquinista se encuentra en un callejón sin salida y, lo peor de todo, no se ve una solución ni quirúrgica ni rápida.  Lo mejor es que deportivamente se sumaron los  tres puntos y no se encajó ningún gol. 

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