La Segunda División siempre es larga, dura, inestable y
de pronóstico altamente incierto. Muchos equipos han sido diseñados con el
mismo objetivo final; el ascenso. Algunos, sin tener la plantilla cerrada, ya
se han colgado la vitola de favoritos y ese peso se tendrá que asumir de forma
natural. Todos no cabrán y las decepciones terminarán por llegar.
El juego no
admite ningún tipo de mentira y solo los mejores conseguirán alcanzar el reto.
Los conjuntos que hayan hinchado, de manera artificial, sus posibilidades lo pagarán ante su afición.
La credibilidad, de los ejecutivos y directivos, quedará manchada y ninguna
explicación saciará a la afición. Es ley de fútbol. El balón quita y pone
reyes. Fue así y seguirá siendo así.
Veintidós equipos, con solo un filial, tendrán instantes
de cima pero también de cierta zozobra competitiva. Tener poso, en los momentos
de dificultad, ayudará a no perder la perspectiva de la competición.Desde un punto de vista objetivo es prácticamente
imposible adivinar los tres caballos ganadores. Eso sí, hay escuadras que
aparentemente se han reforzado mejor que otras.
El Zaragoza, la temporada pasada, se quedó a las puertas
del éxito. Los últimos minutos, ante Las Palmas, fueron condena y este año
buscará un resarcimiento completo. Futbolistas con la fortaleza de Diamanka, el
desequilibrio de Hinestroza, Ortuño o Marc Bertrán tendrán opciones de
rendimiento. ¿Ascenderán?
El Almería será un ex Primera a derrumbar. Además de los
jugadores que ha mantenido en sus filas aparecerán Casto, en portería, Chuli,
Eldin o Montoro. Será un duro rival que también tendrá que adaptarse a su nueva
situación. ¿Lo conseguirá?
El Valladolid terminó con cierta sensación de decepción.
Para este curso intentará reconducir su juego y eficacia. La velocidad de
Mojica continuará habitando cerca de la línea de cal. Jeffren, Timor o Alvaro
Rubio buscarán el éxito. ¿Serán tendencia?
El Córdoba es otro equipo que tendrá que readaptarse.
Contará con un delantero killer para la Segunda División. Xisco puede ser el
gran referente de la línea de vanguardia andaluza. Pedro Ríos debe ejercer de
asistente de lujo. Esta dupla está capacitada para esconder defectos y, a la
vez, ganar partidos. ¿Podrá asumir el reto de ascenso justo después de un
descenso? El espíritu de Pepe Bordalás ha sido la apuesta de un Alavés que no debe menospreciarse. El técnico alicantino ha arrastrado, desde Santo Domingo, la velocidad de Facundo Guichón, la experiencia de Sergio Mora y a Kiko Femenía. Además hay que contar, entre otros, con Carpio, Gaizka Toquero o Dani Pacheco. ¿Será este equipo la alternativa de poder?
Por otro lado un pelotón de escuadras buscará enarbolar
la bandera de equipo revelación. Leganés, Lugo, Girona, Alcorcón o Llagostera,
entre otros, cuentan con entrenadores y futbolistas capaces de todo. Es repasar
la nómina de jugadores de estos conjuntos y ver que tumbarlos no estará exento
de dificultad. ¿Podrá alguno dar la campanada?
Huesca, Nástic, Oviedo y Bilbao Athletic vienen de
categoría inferior y cada caso es completamente diferente. La juventud de un
filial muchas veces es sinónimo de inestabilidad. Por su parte el Oviedo cuenta
con el rescoldo de una afición entregada. Los cuatro buscarán, inicialmente,
atar la permanencia para después intentar algo más.
Otros conjuntos como Ponferradina, Albacete, Numancia u
Osasuna intentarán empezar lo mejor posible y alargar su rendimiento al máximo.
Ningún rival será sencillo y todos tendrán su punto de complicación.
Entre todo este berenjenal debe aparecer el Mallorca. Utz
Claassen ha lanzado un mensaje ambicioso y de no retorno. La Presidencia del
Club ha marcado su objetivo y para conseguirlo ha cerrado a los futbolistas que
ha considerado más oportuno. ¿Habrá hecho bien su trabajo?
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