31 agosto 2015

UNA VICTORIA CON OFICIO



El tiempo es un bien escaso en fútbol y para un equipo con aspiraciones de ascenso mucho más. Después de la mala imagen, ofrecida ante el Alcorcón, mejorar era obligación. Para tumbar el partido del costado rojo era imprescindible conocer y aprovechar, al máximo, debilidades del rival.
La Ponferradina suele manifestar fortaleza defensiva, en la medular, con solvencia en ataque por banda. Un central con dudas y laterales, con un marcado papel ofensivo, podían abrir una buena estrategia de partido para el técnico mallorquinista. Durante la primera media hora de partido así se hizo. Después de la auto expulsión de Acuña el partido entró en un apartado de sufrimiento en el que se pudo conservar la victoria. 
Albert Ferrer anunció cambios y cumplió con su promesa. Wellenreuther repitió bajo palos. Su nivel fue muy bueno. De hecho sus paradas fueron determinantes. La línea de cobertura estuvo con Kasim y Aveldaño sobre el eje. Su misión principal, en defensa, debía ser cerrar el eje de la zaga. Se consiguió eficacia defensiva pero con dudas en el inicio de juego de ataque. Campabadal desde el lateral derecho, debía neutralizar a Álvaro Antón. El número veinte, además de lanzar la estrategia, se suele vestir de pasador. Fue sujetado y neutralizado. 
En la elaboración del juego se masticaron algunas jugadas con criterio. La Ponferradina manifestó carencias en la zona de medios. Manolo Díaz encriptó, como suele hacer en sus partidos, su juego en la medular. Andy y Melero se anclaron, por dentro, para favorecer el juego exterior.
Los mallorquines no cayeron en la trampa y buscaron su espacio ganador a la espalda de laterales. Todo esto y la movilidad de Brandon fueron veneno para un adversario que demostró demasiadas carencias. El número veintiocho, hasta que jugó, fue el jugador más valioso del Mallorca. Dejó detalles de su talento y es un futbolista a tener muy en cuenta. 
Por su parte la Ponferradina utilizó a Jebor como estilete para desgastar y favorecer la posición de Yuri. El brasileño no es rápido, ni demasiado habilidoso, pero sí intuitivo. Sus características, a priori, parecían asequibles para los centrales rojos. Fue así. 

Al final del encuentro el Mallorca tuvo que sufrir para mantener un resultado que es muy beneficioso para el futuro más inmediato. Esto no ha hecho más que empezar y toca seguir. 

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