Ningún
partido de fútbol es igual. Ni siquiera parecido. El Mallorca de la
primera vuelta fue absolutamente superior. Barrió a su rival en todas las
facetas del juego y solo la fortuna le impidió la victoria.
Para este encuentro tan importante los dos se presentaron con roles muy diferentes pero con la
necesidad imperiosa de ganar. Los azules necesitaban meter la cabeza entre los
mejores y los rojos salir del pozo de la
clasificación. Al final el equipo que jugó mejor sus bazas y enseñó menos
sus vergüenzas defensivas conquistó los tres puntos en juego.
Javier
Olaizola vistió a los suyos bajo la directriz del 1-4-4-2. Lekic fue punta de lanza y tuvo que
medir su envergadura con un Héctor
Verdés que jamás rehuyó el cuerpo a cuerpo. El central salió victorioso hasta que jugó.
Quizás la falta de
velocidad, en el eje de la línea de cobertura carbayona, era la opción más
inteligente para tener más opción de victoria. Brandon fue una alternativa que
terminó algo desconectado de la zona de peligro.
Fernando
Hierro modificó aspectos de su juego. Cambió el sistema de nuevo
para volver a la defensa de tres
centrales y además metió la dinamita esperada en su línea de ataque. Toché tenía escrito la palabra gol en su
frente. El nueve firmó el primer gol gracias a una jugada trenzada en el
centro del campo que tuvo una falta de
presión roja que tocó la grosería.
Y Susaeta fue la
otra gran amenaza azul. Se movió en una
posición intermedia que fue un dolor de cabeza para Saúl. Hubo dudas sobre
si seguir o quedar y el número siete lo aprovechó sobre todo en situaciones de
contraataque. Sus acciones con pases,
aunque fueron en cuentagotas, supusieron
una pesadilla que no se suturó.
Con empate en el marcador un equipo arriesgó a ganador y el
otro especuló. El Oviedo retiró un
central para meter a Linares y el Mallorca simplemente esperó. Después con
derrota llegaron unos cambios que ya fueron totalmente estériles.
La situación es delicada y la clasificación produce vértigo. El próximo partido, contra el
Rayo Vallecano, tiene estatus de final y no se puede ni empatar
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