Toda la problemática acaecida en la seria A hace cuatro temporadas ha marcado al fútbol italiano. Los equipos intentan recuperarse de una situación que jamás debió producirse y la asistencia a los estadios mejora poco a poco.
Dos de los tres trasatlánticos italianos perfilan sus plantillas de cara a la competición doméstica, para así destronar al Inter, y presentar su candidatura a la Champions.
El Ac Milan tiene que sobrevivir a la era post Ancelotti. Pero, si pretenden medirse con los grandes de Europa, deberán mejorar mucho su talento y estilo en la última fase del juego. Allí es donde tienen más problemas ya que Pato aún parece demasiado incipiente, Ronaldhino sigue más pendiente de él mismo que del balón y los 36 años de Inzhagi pueden tener un peso demasiado alto. Borriello sigue viendo la portería demasiado pequeña y a todos los porteros extremadamente grandes. La juventud de Di Gennaro y Viudez Tabaré no parece ser el punto de partida idóneo para un grande con aspiraciones a todo.
Para la creación, en la zona ancha, sólo hay que contar con Pirlo ya que aún sigue siendo el faro de este equipo decadente. Gattuso continuará ejerciendo su función en la recuperación del balón y Ambrosini aportará algún gol llegando desde la segunda línea con certeros remates aéreos. Flamini tendrá que sacrificarse mucho más puesto que la presencia de Cardacio o Abate pudiera ser casi insignificante.
En la zaga se hace imprescindible la incorporación de un central de garantía. La pareja entre Nesta y Kaladze puede presentar algún tipo de fisura y el americano Onyewo cuenta con mucho fuerza pero su técnica es limitada. En las alas Zambrotta, Jankvlovski y Antonini cumplirán pero tampoco maravillarán.
PD. Pienso que este equipo necesita reforzar su delantera con un ariete de referencia. Su centro del campo debe ser un poco más creativo y, aún así, pueden tener muchos problemas para estar entre los cuatro mejores de Europa. Pero ojo porque con los más grandes siempre todo es posible y este equipo, en algunas ocasiones, ha sabido resurgir de sus propias cenizas.
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