Para el
Mallorca se ha terminado el margen. Se acabó. Su próximo partido tiene rango de
semifinal absoluta. Y si se pierde la semifinal no habrá final que valga. La
clasificación manda y conquistar una victoria ya es del todo imprescindible. Si
se abre la brecha de los ochos puntos, con respecto a la zona Play Off y con
tantos equipos en la batalla, el objetivo tendrá que ser mucho más conservador
y peligroso. Habrá llegado el momento de mirar hacia abajo.
Pero si se
vence todavía sería posible el envite. Ganar al Tenerife no será nada sencillo.
Más bien todo lo contrario. Los veinticinco minutos mejores que he visto esta
temporada, en la Liga Adelante, corresponden al equipo chicharrero. En su
último partido, contra el Recreativo, Álvaro Cervera alineó hasta nueve
jugadores nacidos en Canarias. Más del setenta por ciento de sus goles
corresponden a jugadores nacidos allí y el espíritu competitivo es excelente.
Dos delanteros que se entienden a la perfección representarán un escollo
difícil de sujetar. Aridane tiene una excelente visión en el juego aéreo y
Ayoze se vestirá de clara amenaza para los centrales rojos. Además habrá que
sumar llegadores como Cristo o Suso. La potencia de Edgar y el balón parado del
zurdo Luismi Loro también pueden ser alternativa de poder. Es quizás en
portería dónde Roberto puede generar algunas dudas. Dubitativo en las salidas y
vulnerable sobre su lado derecho. Aún así puede vestirse de cancerbero ágil y
dominador del blocaje.
Pero más
importante que el rival es el propio equipo. Los de Lluís Carreras ni pueden ni
deben eludir su responsabilidad. Ellos, y sólo ellos, se han ganado a pulso
jugar con la presión del resultado inmediato. Y ahora tienen que afrontarlo con
naturalidad y buen fútbol. No hay más opción que sumar tres puntos. A estas
alturas ya no hay excusas creíbles. En cualquier caso podría venir un Dios y habría que vencerle. Ese el objetivo. Sólo sirve la victoria. Y para conseguir que el rival capitule se tendrá que alcanzar, de una vez por todas, eficacia defensiva. Sin ella, no habrá posibilidad de victoria. El rival cuenta con velocidad, tanto en el eje como en banda, y el Mallorca tendrá que acertar en sus preceptos defensivos. ¿Qué hará Lluís Carreras? ¿Cómo protegerá su zaga? ¿Dónde lanzará la presión?
No hay comentarios:
Publicar un comentario