10 marzo 2014

SUMAR PARA NO PERDER LA ESPERANZA




El Mallorca tuvo fortuna en muchos lances del encuentro y, aún así, sólo pudo arañar un empate que puede considerarse como medicamentoso. Ponerse por delante en el marcador, detener un penalti en el tramo final y la lesión del mejor central adversario no fue suficiente. Ya no hay objetivo a largo plazo. Ahora todo el Mallorca tiene que arrimar el hombro y centrarse en luchar cada segundo de competición como si fuera el último. Y no es un tópico. Jugadores, cuerpo técnico y propietarios están obligados a tomar decisiones que estén por encima del bien particular. La situación es grave, pero no caótica. La arboleda no pude ocultar que esto es fútbol y con fútbol se puede arreglar.  
Lluís Carreras tuvo que retocar su alineación. Eligió a Agus con Cadamuro para cerrar el eje y éstos nos enseñaron un grave error, de ajuste defensivo, que costó el gol del adversario. El centro de la zaga sigue siendo asignatura pendiente. Kevin y N'Sue jugaron por el exterior y se mostraron demasiado previsibles. En la sala de máquinas Generelo manifestó  carreras defensivas demasiado grandes. Este desgaste jugó en su contra. Poco a poco se fue diluyendo y bajando su aportación ofensiva. Además su posición fue demasiado evidente para el adversario que se aprovechó lanzando presión sobre su ubicación. 
Por su parte Paco Herrera fue fiel a su tendencia de juego. Su doble pivote, poco creativo pero abnegado en tareas de recuperación, trabajó a destajo para voltear la fortuna esquiva. Además, en la segunda parte, Montañés colaboró en tareas de creación y el control fue más aragonés que mallorquín sin llegar al agobio. Hacia el último tramo de partido los dos entrenadores buscaron velocidad. Razzagui fue la apuesta roja y Víctor Rodríguez la maña. Pero fue el dieciocho aragonés el encargado de crear algo más de peligro. El bajón competitivo del Mallorca, al final del partido, fue más que evidente y conviene esperar que sea más mental que físico. 
En condiciones normales el empate debería ser considerado un resultado óptimo pero el bagaje del Mallorca es insuficiente. Cuando no es por una cosa es por otra y la victoria no llega. Después de siete partidos consecutivos sin ganar no queda más margen. El próximo partido, ante el Tenerife, tiene rango de partido trascendental. ¿Se podrá ganar?  

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