11 enero 2015

BLINDARSE HASTA EL FINAL PARA EMPATAR




El Mallorca necesitaba un espaldarazo de convencimiento. Ganar, de una vez por todas, a un equipo de la zona Play Off era necesario. Y no se consiguió. Los rojos se blindaron hasta el infinito para así conquistar un punto. Cambiar el sistema de juego no implica ser más defensivo pero el Mallorca sí lo fue.

Jugar contra un rival que plantea tres centrales obliga a buscar otras alternativas de ataque. El eje estaba más protegido pero los costados algo más expuestos. Buscar la superioridad numérica por fuera era la opción correcta y el Mallorca debía buscar amplitud con sus laterales.Valeri Karpin decidió cambiarlo todo. Hasta el sistema. Puso tres centrales en cobertura pero con un poco más de obligación ofensiva para sus laterales. Saborit y Pau Cendrós subieron por su banda, los primeros veinticinco minutos de partido, después perdieron fuelle y se dedicaron a aplicarse en tareas defensivas. 

El centro del campo tuvo el mismo fútbol de siempre. Mucha destrucción con escasa elaboración. La pareja que forman Joao y Bustos trabaja en defensa pero se encripta en ataque. La fluidez en la creación de juego brilla por su ausencia. Arana y Marco Asensio tuvieron una presencia relativa. Demasiado retrasados y lejos de su objetivo. Fofo, ante la baja de Scepovic, volvió a liderar la línea de ataque y estuvo realmente incómodo. Esta posición condena su juego.

Pablo Machín fue fiel a su sistema de tres centrales. El trío cerró el centro de la zaga y dificultó el trabajo del único delantero mallorquín que jugó. Tres más, en el centro del campo, para así tener más control por dentro y la combinación de un delantero alto con otro de menos estatura. Poco a poco el partido se fue decantando sin llegar a destriparse del todo.

La ambición es un arma que debe utilizarse y el Mallorca se olvidó de ella. El rival tuvo más intención de ataque y, sobre todo, de victoria pero el empate fue el resultado final. Todos los cambios, por parte del equipo mallorquín, fueron conservadores y la victoria solo se hubiera podido imputar a un golpe de fortuna. El fútbol ofrecido por los dos equipos no enseñó la diferencia en la clasificación y esto debe ser motivo de reflexión por parte de todos los integrantes de la plantilla.

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