10 febrero 2015

KARPIN, UN DISCURSO AGOTADO


El fútbol profesional es, ante todo y por encima de cualquier cosa, rendimiento. Valeri Karpin no ha podido cumplir con los objetivos fijados y su mensaje ha terminado por agotarse. Además el técnico ruso ha tenido una gestión del grupo deficiente y muy cuestionable. La cohesión grupal, desde afuera, ha parecido resquebrajarse. Demasiados futbolistas han dejado de ser importantes y un entrenador también tiene la obligación de mantener el espíritu competitivo de todos sus integrantes. 
Sobre el terreno de juego ha habido alarmantes deficiencias. La falta de intensidad, reconocida por futbolistas y entrenador, en algún partido es imperdonable. El Mallorca de Karpin no ha demostrado galones de juego en sus veinticuatro partidos de Liga. El doble pivote de contención ha sido una elección que ha condicionado el estilo del fútbol elegido. Los rojos no han sabido jugar de manera jerárquica, ante equipos inferiores, y se han diluido ante conjuntos más poderosos.  No han sido un equipo reconocible desde ningún aspecto del juego. Defensivamente muy poco consistentes y además muy previsibles en ataque. El cenit del desastre se produjo en el partido jugado contra el Leganés. Ante un equipo muy inferior el Mallorca ofreció un fútbol inconexo y lleno de falta de intensidad defensiva. De hecho el adversario pareció de superior categoría y el Mallorca jugó muchos minutos persiguiendo sombras. Y lo peor es la reincidencia. 
Tampoco se ha podido ver eficacia en estrategia. Cuando el fútbol posicional se encalla el balón parado puede otorgar puntos y las jugadas de laboratorio, en fase ofensiva, no han brillado. El Mallorca, en ataque, se ha visto completamente dependiente de Marco Asensio. Era él o prácticamente nada más. Y para el adversario esta manera de atacar ha sido cada vez  más sencilla de neutralizar. 
Tampoco el contraataque ha sido una opción. Las características de los futbolistas alojados por delante de la línea de balón no han marcado opciones de juego y las posibilidades se han reducido alarmantemente. 

En definitiva Valeri Karpin no ha encajado en el Mallorca. Esto no significa que su potencial como entrenador sea deficiente sino sencillamente que no se adaptó ni a sus jugadores ni a la categoría. Este equipo tiene argumentos superiores a los demostrados y es una obligación, para todos los integrantes de la plantilla, empezar a rendir más.  

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