La posición incómoda en la clasificación no ofrecía
posibilidad de duda. Ganar para intentar definir un futuro más nítido era un
acto de responsabilidad. No pudo ser. Pepe Gálvez debía tejer un plan
estratégico adecuado para tumbar a un rival temible como visitante.
El Mallorca estaba obligado a aprovechar el punto
defensivo más débil de su rival; los flancos. El Girona, sobre su juego
exterior, ha enseñado en numerosas ocasiones su aval y, a la vez, sus
vergüenzas. Encontrar el momento adecuado de robo de balón para, justo después
y en la transición, picar a los espacios exteriores era pura necesidad táctica.
El Mallorca fue, durante muchos minutos, mejor que su adversario pero no pudo cerrar un resultado favorable. Los mallorquines fueron con Damià y Yuste en la sala de máquinas. Chocaron con hasta tres futbolistas contrarios y salvaron con éxito el envite. Pudieron asumir el control y se convirtieron en los constructores invisibles de enrocar el centro del campo. Jugaron en inferioridad numérica pero la transformaron en superioridad posicional. ¿Por qué? Contar con un futbolista más, en la zona ancha del terreno de juego, no es garantía de eficacia y el Mallorca se encargó de demostrarlo. Dominó el juego y tuvo mucho más control.
Pablo Machín, de forma previsible, se apoyó bajo la
fortaleza de sus tres centrales. Poderosos en el juego aéreo pero con alguna
duda en basculaciones extremas. Bianchi fijó y condicionó pero jamás intimidó. Su anclaje
fue una condena para la línea de vanguardia del conjunto mallorquín. Brandon
por detrás y las llegadas machaconas, con diagonales incluidas, de Moutinho y
Pereira fueron el aval para poder tumbar el partido del costado rojillo.
Desgraciadamente no fue así.
En la segunda parte hubo cambios de sistema de juego y
adaptación. El Girona pasó a 1-4-4-2 clavando a sus laterales. El Mallorca
buscó músculo con Sissoko y desplazó a Brandon al costado. La decisión de
fortificar la medular no fue negativa en el juego y sí en el resultado. Los
mallorquines fueron superiores al contrario pero la falta de gol terminó por
dictar sentencia. Además ahora se abre una nueva incógnita. ¿Qué pasará con
Pepe Gálvez?
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