El Milan presenta credenciales al título, Seedorf y Pirlo en la distribución tienen el suficiente talento por ellos solos para desequilibrar la gran final pero si ello no fuera suficiente tendrán el auxilio del gran Kaká que se mueve como pez en el agua a la espalda de los movimientos de presión de los medios centros contrarios.
El Liverpool es un equipo. Sin fisuras defensivas, con un ritmo defensivo brutal, sus jugadores son generosos en las ayudas defensivas y sus movimientos en perpendicular hacia la portería contraria son rápidos, profundos e inteligentes. Steven Gerrard es el corazón del Liverpool, Carragher es imprescindible para señalar donde se iniciaran los movimientos de marcaje zonal sobre la posición de Gilardino y Kaká. Peter Crouch y Kuyt colaborarán en defensa hasta la extenuación.
La gran final está servida. Quizás el Milan tenga mayor talento ofensivo y más potencial técnico, sin embargo el Liverpool tiene asegurado el equilibrio defensivo y el contraataque.
Aunque el AC Milan tiene un icono entre su afición, un referente capaz de desquiciar a cualquier jugador del mundo, es capaz de hacer sombra al mejor, poner nervioso a cualquier témpano de hielo y encima cuenta con la sabiduría futbolística de reconocer sus limitaciones técnicas. Sacrificio, talento defensivo y buena orientación en el primer pase después de la recuperación son sus señas de identidad.
¿De qué jugador estoy hablando?
El Liverpool es un equipo. Sin fisuras defensivas, con un ritmo defensivo brutal, sus jugadores son generosos en las ayudas defensivas y sus movimientos en perpendicular hacia la portería contraria son rápidos, profundos e inteligentes. Steven Gerrard es el corazón del Liverpool, Carragher es imprescindible para señalar donde se iniciaran los movimientos de marcaje zonal sobre la posición de Gilardino y Kaká. Peter Crouch y Kuyt colaborarán en defensa hasta la extenuación.
La gran final está servida. Quizás el Milan tenga mayor talento ofensivo y más potencial técnico, sin embargo el Liverpool tiene asegurado el equilibrio defensivo y el contraataque.
Aunque el AC Milan tiene un icono entre su afición, un referente capaz de desquiciar a cualquier jugador del mundo, es capaz de hacer sombra al mejor, poner nervioso a cualquier témpano de hielo y encima cuenta con la sabiduría futbolística de reconocer sus limitaciones técnicas. Sacrificio, talento defensivo y buena orientación en el primer pase después de la recuperación son sus señas de identidad.
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